Educación y eficiencia gestual preventiva (Método Feldenkrais®): Recurso y aplicación a posturas básica en el trabajo.
“El dolor proviene de la manera en como efectuamos nuestros movimientos y no de la configuración anatómica que resulta de los movimientos mismos. Para mejorar nuestros movimientos y posturas tenemos que perfeccionar nuestra manera de hacer las cosas”. (M. Feldenkrais, 1980).
Los trabajadores de muchas empresas padecen dolores y patologías a nivel músculo esquelético, tensiones y estrés producidos por movimientos repetitivos (TME), sedentarismo, posiciones y movimientos incorrectos.
Los hábitos, el ritmo acelerado de trabajo que impone la sociedad actual y el entorno exigente, nos impiden ser conscientes de los gestos que hacemos y de cómo nos movemos y nos conducen a adoptar posturas incorrectas que a la larga producen dolor y tensiones.
Debido a estas posturas incorrectas, es necesario realizar una educación postural para evitar dolor de espalda, lumbagos, tendinitis, molestias cervicales y para generar más calidad de vida en la empresa.
En general las personas afectadas por los Trastornos músculo-esqueléticos (TME) no comprenden lo que les ocurre y no saben como encontrar los recursos para superar sus propias limitaciones a la hora de hacer un gesto adecuado o tomar una postura eficiente. Para hacer un mejor uso de sí mismo, se tiene que comprender como se funciona a nivel corporal.
La educación y eficiencia gestual preventiva, basada en los trabajos del Doctor Feldenkrais, es un proceso de aprendizaje, orientado hacia el desarrollo del potencial físico y de la funcionalidad del movimiento. Actúa sobre las posturas ineficientes y hábitos defectuosos. Se centra en la capacidad del sistema nervioso, para adoptar las mejores opciones estratégicas a la hora de moverse.
El objetivo de este enfoque, en un plano operativo, es permitir al trabajador, tener otra visión sobre sus dolencias músculo-esqueléticas, desarrollar nuevas perspectivas sobre su manera de moverse, ser actor de su propia mejoría, tomar conciencia de los hábitos que interfieren en su gesto profesional para, finalmente, adoptar nuevos comportamientos gestuales.
Mediante un enfoque basado en la atención al cuerpo en acción, se aportan las herramientas y los recursos para la auto gestión, el cambio de hábitos y la mejora del gesto profesional.
El aprendizaje debe centrarse en el funcionamiento y en el comportamiento de las personas en relación al entorno en que se mueven, viven y trabajan y como organizan su movimiento para ser funcionales en dicho entorno, tanto a nivel profesional como personal. Para tratar los TME no solo se considera el origen biomecánico sino también el contexto psicológico y social de la persona.
El sistema nervioso en la elaboración gestual: ¿podemos cambiar los hábitos adquiridos?
Nuestros hábitos se construyen a partir de patrones de movimiento adquiridos a lo largo de nuestra historia personal. Estos patrones de movimiento, modelan nuestra imagen personal y los hábitos que provocan, influyen en la eficiencia o ineficiencia de nuestras acciones.
Una postura o mecanismo reflejo incorrecto, repetido de forma habitual (sentados, de pie, al andar o al trabajar), provoca un conflicto en el sistema nervioso. Este conflicto provoca a su vez, cansancio, estrés y tensiones e impide al individuo moverse con eficacia.
El objetivo, es permitir tomar conciencia de los mecanismos que impiden hacer un buen gesto a nivel músculo articular, modificándolos. Para ello no basta con adoptar una imagen de lo que es un buen gesto, copiando un modelo exterior. Es importante que la persona aprenda a estar atenta al gesto adecuado, a partir de sus propias sensaciones sin copiar un modelo o a otros.
Se trata de mejorar la propia funcionalidad, explorando la preparación subyacente al gesto antes de efectuarlo. Identificando los mecanismos reflejos que obstaculizan la capacidad a hacer un buen movimiento y por una reorganización de las funciones sensorio motrices del sistema nervioso, la persona puede influir en sus hábitos y variarlos, adoptando los movimientos que mejor le convienen para efectuar sus tareas laborales.
Ello requiere un aprendizaje que le permita comprender cómo funciona el sistema nervioso a nivel motor.
El propósito de las secuencias gestuales, es concienciar a la persona de los movimientos de su cuerpo y permitirle mejorar el propio funcionamiento. La atención específica al gesto que se está efectuando, permite tomar conciencia de las condiciones y particularidades del gesto ejecutado. Reconociendo el hábito, se modifica, encontrando nuevas formas de efectuar las tareas, más eficientes y menos costosas para el bienestar y la salud. Se enseña a los participantes a desarrollar los recursos necesarios para gestionar el movimiento, el esfuerzo, la fatiga y el hábito adquirido.
A la vez, concienciar a la persona de su propio bienestar gestual, favorece transferir las competencias aprendidas en el lugar de trabajo, aportando a los participantes un aprendizaje gestual más vivencial, integrado y responsable.
Construir recursos para la prevención de los TME.
Si consideramos la salud como la facultad de movilizar nuestros recursos, podemos desarrollar nuestras habilidades corporales y reducir el dolor. Si desarrollamos nuestras competencias sobre la gestión de nuestros movimientos, podemos cambiar nuestros hábitos.
Como decía el Doctor M. Feldenkrais «un buen uso de sí mismo permite un buen ejercicio de sus facultades ».
La educación y eficiencia gestual preventiva, puede aportar una piedra al edificio de la prevención de los TME, ofreciendo nuevos recursos a la empresa.
Su práctica permite:
- adquirir vitalidad,
- incrementar la capacidad de recuperación,
- ser más conscientes del hábito adquirido,
- desarrollar las habilidades gestuales,
- auto gestionarse,
- sensibilizarse al cuidado del cuerpo,
- adaptarse mejor al estrés,
- prevenir los TME (en complemento con la disciplina preventiva de la ergonomía),
- descubrir por sus propios medios los movimientos que mejor convienen a cada uno para que efectúe los gestos necesarios a su actividad profesional.
Conclusión.
La contribución de la educación y eficiencia gestual preventiva al desarrollo del bienestar de los trabajadores de la empresa, impacta en la eficacia del gesto, la prevención de las enfermedades músculoarticulares, el potencial físico, la creatividad, la autonomía.
Un nuevo enfoque responsable, sobre el conocimiento del cuerpo, más allá del dolor y de los gestos repetitivos es un factor complementario que enriquece la prevención de los TME.
Aportando más capacidad de autogestión, aliviando tensiones y estrés, rencontrando equilibrio y vitalidad, está metodología permite la aparición de nuevos recursos para la gestión personal y profesional y la implicación de la persona a través de su propia corporeidad.
Susana Ramón
InPuls Art Coaching
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