Interesante entrada en el blog Ergonomata sobre el peligro sonoro que implica el impacto sonoro producido por altas cantidades de decibelios (volumen alto) representa una amenaza constante para nuestros oídos y sistema nervioso, entre otras afecciones.
Nuestros oídos están expuestos a los volúmenes altos casi sin que nos demos cuenta. Para Simón C. Parisier (medico, co-director del Cochlear Implant Center en elNew York Eye & Ear Infirmary y fundador delChildren’s Hearing Institute) “La audición es un don que la mayoría de la gente da por concedido hasta que comienzan a perderla”. Debido a que el crónico de la vida común es mayor que nunca, el reducir el ruido excesivo puede mejorar su salud auditiva, sin importar su edad. Haga que la protección de su audición sea parte de su estilo de vida diario.
Algunas de las fuentes cotidianas de exposición a volúmenes excesivamente altos son los reproductores de música portátil (mp3), entre otros medios de reproducción sonora que inciden directamente adentro de nuestros oídos.
Cuando el entorno donde estamos empleando los auriculares es ruidoso, tenemos que subir el volumen para lograr escuchar el audio y bloquear el ruido exterior. Esta acción, cuando se realiza habitualmente, puede resultar muy peligrosa para nuestra salud.