Con esta entrada damos la bienvenida a Lola Blanco y Alfonso Cortés Pérez a la familia de Prevencionar
Lola Blanco Aguiar, es Vocal de la Junta Directiva de ISSCO y Directora del Área de Gestión de la Oferta Pública del Grupo MGO.
Alfonso Cortés Pérez es Secretario Técnico de ISSCO (www.issco.es), Coordinador de Seguridad y Salud y Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales.
Lola y Alfonso actuarán como moderadores en el apartado de Seguridad en la Construcción de nuestro foro.
El sector de la construcción es el que mayores tasas de accidentalidad tiene de entre todos los sectores productivos en España… y en el resto del mundo.
La construcción es un sector muy difícil para hacer prevención, de entrada podemos encontrar multitud de personas con capacidad para tomar decisiones que afectan directamente al ritmo y a la organización del trabajo, promotores, contratas, subcontratas, autónomos, laboratorios, suministradores, proyectistas, project manager, construction manager, el servicio de prevención de cada empresa, directores de obra, jefes de obra, de producción, encargados, técnicos de prevención, coordinadores de seguridad y salud, recursos preventivos, e incluso otros externos a la obra pero cuya influencia no puede desdeñarse como el ayuntamiento, la comunidad autónoma, las confederaciones hidrográficas, operadoras de servicios, propietarios colindantes,… Aquel que conoce el sector seguro que se le ocurren muchos más agentes, internos o externos, aquel que no lo conoce se queda perplejo y es que organizar un centro de trabajo con esas características no es nada fácil.
Tiene otra particularidad y es que el centro de trabajo está en cambio permanente, se incorporan nuevas empresas, mientras otras siguen y otras se van marchando, el solape de actividades es constante, los riesgos se multiplican, las unidades de obra comienzan y se terminan y donde ayer no había nada hoy encontramos una excavación de tres metros, mañana unas armaduras, pasado unos encofrados, al día siguiente mucho hormigón y “voila” una zapata, al siguiente otra vez ferralla, luego encofrado y ¿un pilar? ¿un muro? Y al día siguiente… y ningún día es igual al anterior y lo planificado se debe replanificar continuamente y es fácil llegar al desorden y es difícil mantener el orden.
No sólo el cambio constante y la cantidad de intereses simultáneos y contrapuestos que podemos encontrar son fuente de desorganización, sino que además las características de los trabajos y del propio centro de trabajo lo hace intrínsecamente peligroso, medio ambiente de trabajo hostil (ruido, polvo, vibraciones, temperaturas extremas,…) elevada carga de trabajo (física y mental, depende del puesto) ritmo de trabajo desaforado (destajos y elevada subcontratación) mano de obra con una cualificación dudosa, equipos de trabajo deteriorados, instalaciones peligrosas, (es difícil conseguir un estándar de seguridad similar para una instalación temporal que para una definitiva) baja cultura preventiva.
Lo normal es que el resultado no sea muy bueno, sin embargo ante un panorama como el descrito nos encontramos que se hacen muchas cosas muy bien, cada vez más, los trabajadores, los profesionales, los empresarios, las autoridades,… cada vez están más concienciados y más cualificados, sabemos más y queremos hacerlo mejor, se nota ¿no es suficiente? No, pero desde luego el camino se ha comenzado a andar y la dirección es la correcta y eso es lo más importante.