Desde que entró en vigor la Ley de Prevención de riesgos laborales 31/95, son numerosas las empresas que se esfuerzan por garantizar la seguridad y salud de sus trabajadores. Desde el año 95 ha ido surgiendo numerosa legislación y normativa que obliga a la empresa a ponerse al día en diferentes ámbitos de la prevención del riesgo laboral, y no siempre es tarea fácil. Hasta el año 97 no surge el RD39/97 de los servicios de prevención por el que se le dice a la empresa qué estructura organizativa en seguridad y salud laboral puede o debe tener y, a través de qué mecanismos pueden los trabajadores participar y ser consultados. A partir de ese momento, la empresa empieza a tomar algo más de conciencia sobre la necesidad de poner la prevención del riesgo laboral al mismo nivel que la productividad (incluso en lo que a la cuenta de resultados se refiere).
Sin embargo, nos encontramos en el s.XXI y nos damos cuenta de que el nivel de concienciación no ha alcanzado los niveles esperados y todavía son una gran cantidad de empresas quienes no comprenden que la inversión en seguridad y salud laboral es precisamente eso, una inversión y no un gasto. Una inversión capaz de verse reflejada en los beneficios de la empresa y, por tanto, en su competitividad.
Cierto es, por otra parte, que la crisis que nos lleva azotando desde 2008 no está favoreciendo, precisamente, la mejora en las condiciones de trabajo, pero de ningún tipo, ni sociales, ni laborales, ni formativas, etc. Gracias a la existencia de unos mínimos a cumplir (legislación y normativa), se puede afirmar que, a riesgo de sanciones administrativas, civiles y penales, la empresa debe mantener unas adecuadas condiciones de seguridad y salud en sus trabajadores.
Por otra parte, desde 2010 el título de técnico en prevención de riesgos laborales sólo puede ser dado por las universidades. Esto nos hace pensar que se ha producido un incremento de la exigencia en la calidad de formación como consecuencia de una clara necesidad: buenos profesionales en seguridad y salud laboral. La paradoja producción–prevención sigue existiendo y ha aumentado como consecuencia de la situación de crisis. Sin embargo, es necesario que la prevención sea vista como la salud de la empresa, como un elemento transversal a todos los procesos empresariales y no como un ámbito aislado y enfocado solo al cumplimiento legal.
Teniendo en cuenta toda esta casuística, podemos concluir que la formación supone uno de los elementos fundamentales para el logro de una mayor excelencia profesional en el ámbito de seguridad y salud laboral. Con ese objetivo, la Universidad de Mondragón, entidad colaboradora en el diseño funcional de Unifikas ha desarrollado el Máster en Seguridad industrial y laboral. La formación dará comienzo en marzo de 2014 y contará con un módulo dedicado a la integración de sistemas (OSHAS 18001, ISO 14001 e ISO 9001) que se desarrollará haciendo uso de Unifikas, como ejemplo de herramienta que facilita a la empresa la gestión de los tres sistemas de manera integrada. Además, Unifikas desde su concepción, se ha desarrollado para dar cobertura al cumplimiento legal en los tres ámbitos: prevención de riesgos laborales, medio ambiente y calidad, por lo que servirá para dar apoyo a los alumnos para que tengan una visión más global de la normativa vigente.
Mediante esta formación los alumnos quedarán capacitados como Técnico superior en prevención de riesgos laborales pudiendo así contribuir con mayor conocimiento y experiencia a lograr el objetivo último que fomenta Unifikas, empresas más seguras, sostenibles y eficientes.
Fuente: Unifikas