Se acercan las vacaciones y con ellas las de este rincón, que no volverá hasta septiembre. Pero antes os queremos dejar un repaso a las últimas novedades.
Ideas a destacar:
Oculus Rift: El pasado mes de enero os comentábamos la importancia que alcanzarían durante 2014 los dispositivos wearables, destacando la versatilidad de estos gadgets para su aplicación en prevención de riesgos laborales. De entre ellos, apostábamos por las Oculus Rift como sorpresa del año. Esta compañía fue adquirida en el mes de marzo por Facebook, por el módico precio de 1450 millones de euros. Está claro que el Sr. Mark Zuckerberg vislumbró un futuro esperanzador a estas gafas de realidad virtual y los acontecimientos nos demuestran cada día que no se equivocó. Los usos de estas gafas a parte de utilizarlos en los videojuegos, son infinitos: desde vivir una experiencia en tercera persona, a poder mostrar una casa a un posible comprador sin que este deba desplazarse para verla, probarse una prenda de ropa a distancia, o el poder experimentar el movernos por un entorno lejano o inaccesible, como pudo disfrutar hace poco una anciana con una enfermedad terminal que estando demasiado débil para moverse y quedándole pocas horas de vida, experimentó la sensación de pasear por el campo gracias a su nieta y a las Oculus Rift.
Las aplicaciones en seguridad no se han hecho esperar. En Australia una compañía aseguradora está utilizando las gafas para simular accidentes de tráfico de forma que los usuarios pueden experimentar las sensaciones exactas de lo que supone tener una colisión con el vehículo, o comprobar qué ocurre cuando se está dentro del vehículo y suceden situaciones meteorológicas extremadamente adversas, por ejemplo, como dinámica para concienciar a los conductores sobre la movilidad segura. Ello también sería útil como investigación de accidentes.
Y una vuelta de tuerca más a esta tecnología es el reciente desarrollo de unos guantes para ganar en sensación de realismo total, y una plataforma por la que nos podemos desplazar libremente por un escenario virtual.
Todo ello está diseñado principalmente para la industria del videojuego con la intención de hacernos mover por escenarios determinados con la máxima naturalidad. Y por supuesto tiene múltiples aplicaciones en prevención dado que esta tecnología nos permite practicar cualquier posible trabajo a llevar a cabo las veces que haga falta y con total seguridad para nuestra integridad física. Los reticentes dirán que no es real al 100%, y tendrán razón, pero podríamos decir que ya estamos al 80%, y que se está trabajando en que además de que veamos escenarios determinados, andar por los mismos, y podamos tocar y manipular objetos, también tengamos sensaciones (que notemos la gravedad, que tengamos sensaciones olfactivas…). Al tiempo. La revolución en la práctica en prevención de riesgos laborales está servida: simulación real de un posible accidente, investigación del propio accidente, formación práctica en PRL, etc.
Y estaréis pensando: Si, esto está muy bien pero será carísimo. Y no os lo negaré. Es caro. Pero es caro hoy en día, cuando de momento no está comercializado a gran escala, pero en poco tiempo será bastante más asequible de lo que nos podemos imaginar, y todo ello gracias a las cámaras de captación de entornos en 3D que ya se están desarrollando para que el gran público pueda disfrutar de ellas en el propio dispositivo móvil, como la novedosa Structure, una estupenda cámara 3D para smartphones y tablets. Insisto, al tiempo.
Epis a medida fabricados con impresora 3D: Hemos comentado en este rincón alguna vez la importancia de las impresoras 3D como uno de los cambios de paradigma en el ámbito industrial. A partir de estas factorías domésticas se va a pasar de valorar más el ingenio o el diseño que no el precio de fabricación, amén de volver a localizar la industria, después del proceso de deslocalización que hemos sufrido en los últimos años. O al menos esta es la previsión que hacen los expertos con lo que se ha denominado ya como la incipiente tercera revolución industrial. En el campo de la seguridad y salud las posibilidades son múltiples: fabricación de protecciones a medida, piezas de recambio complicadas, e incluso epis personalizados. Esta es la iniciativa que se ha llevado a cabo como parte de un proyecto piloto en la planta de montaje de Múnich de BMW Group. El fabricante de automóviles ha desarrollado una herramienta ergonómica diseñada para proteger a los trabajadores en sus articulaciones del pulgar.
En el área de montaje donde se montan los tapones de hule, éstos deben ser presionados con el dedo pulgar, movimiento que requiere un cierto esfuerzo incluso para las personas con fuerza en los músculos de la mano.
Con el fin de evitar un estiramiento excesivo innecesario de la articulación del pulgar, BMW y el Departamento de Ergonomía de la Universidad Técnica de Munich, ha diseñado un “dedil flexible” de poliuretano termoplástico que se coloca sobre el dedo pulgar como una segunda piel, y que se personaliza para que coincida con la forma y el tamaño de la mano de cada trabajador. Es decir, un EPI hecho a medida de la morfología del operario, elástico y totalmente resistente que se ha valorado de forma muy positiva por parte de los empleados.
Se está evaluando el dispositivo ergonómico para ver si se puede aplicar la herramienta en otras áreas de producción.
HIRO: Nos ha llamado la atención el robot HIRO, un humanoide que está utilizando Tecnalia para un proyecto en la industria aeronáutica con Airbus, en el que el robot realiza los procesos de rebarbado, remachado y taladrado en una línea de montaje de la citada empresa, es decir, las tareas repetitivas y ergonómicamente más perjudiciales para las personas. El robot está dotado de cámaras tanto en la cabeza como en las pinzas que harían de manos. Estas cámaras sirven para detectar las piezas y componentes que tiene que coger el robot, para poder posicionarse con la pieza que está trabajando y también para detectar si hay algún movimiento en el entorno, es decir por si hay personas alrededor, ocasión en la que el robot detendría su movimiento. Por tanto, la idea es que el humanoide no esté enjaulado en al futuro, sino que pueda trabajar de forma conjunta con los empleados de la compañía, en un mismo proceso. El robot realizaría los trabajos de precisión más dañinos para los humanos, dejando las tareas de planificación, control y adaptación a las circunstancias que podemos aportar las personas, es decir, en lo que realmente aporte valor.
Otras novedades interesantes: Un par de manos adicionales para trabajar, exoesqueleto que permitirá a los militares correr una milla en 4 minutos, gadget para el smartphone que te puede salvar la vida, dispositivo de utilización saludable de una tablet, crean baterías más duraderas y rápidas, radar para bicicletas que detecta otros vehículos a 140 metros,y un sistema de calefacción que calienta solo las zonas ocupadas por cuerpos de personas.
Reflexión:
Vemos como la utilización de la robótica puede ir sustituyendo paulatinamente a los trabajos más penosos para el hombre, alejándolo de las tareas perjudiciales para su seguridad y salud. Pero puede que lleguen a sustuirnos en más áreas. Parece ser que el gigante Google, uno de las principales compañías adquirentes de fabricantes de robots del mundo, está trabajando con el objetivo de que las máquinas piensen mejor que los hombres.
E incluso puede que lleguen a sustituirnos totalmente, línea en la que trabaja la compañía taiwanesa fabricante de los iPhone de Apple, Foxconn, conocida por las lamentables y penosas condiciones a las que somete a sus empleados en varias fábricas situadas en China. La compañía tiene previsto robotizar gran parte de la fabricación del nuevo iPhone 6 y de este modo acabar con las polémicas sobre las citadas condiciones laborales de sus trabajadores a la vez que conseguir reducir costes y aumentar la productividad.
La imagen da bastante miedo. La adquisición de 10.000 robots de Foxconn conllevará prescindir de al menos un millón de trabajadores para finales de este año. Una tremenda barbaridad!
Y entonces me planteo: ¿qué es peor, un trabajo penoso (ojo, no tanto como el de Foxconn) o el “no trabajo” que se ha demostrado también gravoso para la salud a nivel psicosocial? Lo digo desde sin ningún tipo de segundas lecturas, sino como una reflexión lanzada al viento de la que no tengo una respuesta clara.
Imagino que lo mismo pensaron en el siglo XVIII en Gran Bretaña con la Spinning Jenny que propició la revolución industrial. ¿Qué opinión tenéis?