“Antes de realizar cualquier maniobra, el conductor debe mirar y señalizar, y posteriormente realizarla”, recuerdo esta frase del libro de teoría cuando estudiaba para obtener el permiso de conducir. También, cuando los escolares reciben clases de educación vial en el colegio y les enseñan a maniobrar con las bicicletas, también se repite esta secuencia. por lo tanto, está claro que es importante.
Sin pretender entrar en interpretaciones gramaticales , ni ser demasiado puntilloso, cuando se hable de este “mirar” sería necesario parar un poco, reflexionar, y darle la dimensión que le corresponde. Quizá sea esta fase, la clave para que muchos de los incidentes y accidentes que se producen cada día, se pudiesen evitar.
Muchos programas de radio ya no hablan de oyentes, sino de “escuchantes” , con ello pretenden dar a sus seguidores una dimensión más cualitativa, en la que además de oír, estos entienden e interpretan aquello que le están diciendo. Pues bien, algo similar debe ocurrir con conductores y peatones, no les basta mirar, también deben entender, analizar e interpretar la situación y el entorno.
Está claro que todos no nos comportamos de la misma manera en las vías públicas. En principio, todos, conductores y peatones miramos (más o menos), algunos señalizan y otros no y si finalmente se ejecuta la maniobra unas veces se habrá hecho con más información y otras veces con un claro déficit de esta. Pero si la realidad es la misma para todos y la normativa también lo es, ¿porque hay tantos comportamientos diferentes?.
Nuestra visión de la realidad está condicionada por la forma en que interpretamos lo que ocurre a nuestro alrededor, “nuestra realidad se forma en nuestra mente”. Los científicos han demostrado que cada persona tiene su propia representación de la realidad en su mente, interpretando las situaciones de manera diferente. Esto se conoce como percepción de la realidad, y esto sí, por suerte o por desgracia, es diferente de unos a otros.
Seguro que es esta una de las causas principales de las discusiones y malentendidos que se producen en el entorno del tráfico. Cada uno percibimos las situaciones de forma diferente, por tanto, lo que es muy seguro para unos, para otros puede resultar peligroso. Los que estáis acostumbrados a viajar mucho por motivos laborales, os daréis cuenta que hay muchos factores que influyen en vuestra forma de conducir, pero quizá el más importante sea el conocimiento o no del entorno, y sobre todo, la interpretación que hagáis de esa realidad. Circulando por una ciudad que no conocemos, nuestra forma de conducir es diferente a los que viven allí y se conocen perfectamente las calles, la realidad es la misma, pero nuestra interpretación no, y por lo tanto, nuestra forma de actuar es diferente.
Por desgracia muchos conductores no son lo suficientemente empáticos, no son capaces de ponerse en el lugar de la otra persona y prefieren no entenderlas o comprenderlas, esto genera día a día miles de conflictos, malentendidos, discusiones, etc.. Si usted circula por su ciudad, con su coche, en una vía de alta velocidad, y va detrás de un coche extranjero que circula un poco más despacio, es muy probable que cuando pase por algún cartel indicativo, aminore la marcha o incluso frene, ¡tranquilo! esto no lo hace para fastidiarle a usted, lo hace sencillamente para ver cómo puede continuar su camino.
Acuérdese de todo esto, si va a circular por un lugar desconocido prepare bien su ruta, y sobretodo sea empático, comprensivo y actúe con respeto. Seguro que nos irá mejor a todos.
Agustín Galdón Medina
Experto en Seguridad Vial y Técnico en Prevención de Riesgos Laborales. Lleva más de 17 años dedicado a la formación y el desarrollo de programas en empresas para prevenir accidentes de tráfico y mejorar la movilidad de los empleados.
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