En una entrevista reciente con The Economist Intelligence Unit acerca de las tendencias que marcarán el entorno laboral del futuro, el Director del Laboratorio de Factores Humanos y Ergonomía de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), señala que: «estamos en el inicio de una revolución de objetos y productos “activos” con sensores integrados».
El profesor denomina esta interacción entre las personas y la tecnología «everywhere ergonomics» (ergonomía integral). Aunque no todas las oficinas dispongan todavía de sillas y superficies inteligentes, es solo cuestión de tiempo que la tendencia de los «wearables» o dispositivos portátiles empiece a transformar el entorno de trabajo.
La comodidad y facilidad de acceso a la información, como factor de productividad, junto a los hábitos de trabajo saludables serán el impulso que promueva el concepto de «everywhere ergonomics» en el lugar de trabajo.
El profesor Hedge considera que estas tecnologías que «cada vez están más integradas en nuestro entorno» son las que nos permiten acceder, de forma centralizada, a la información personal y a la profesional, a medida que interactuamos con las superficies y los materiales inteligentes que nos rodean. Resulta tentador vislumbrar un mundo en el que los propios empleados sean los que estén conectados. En ese mundo, son las personas y no la tecnología las que constituyen el dispositivo móvil, puesto que el acceso se realiza a través de casi cualquier superficie, accesorio o prenda de ropa, por lo que dejamos de necesitar un dispositivo móvil para ello. La demanda de formas más sencillas de trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento es ya evidente. De acuerdo con el estudio encargado por RICOH en 2013 acerca del iWorker, los empresarios prevén que en 2018 la mayoría de su personal esté formado por empleados con acceso las 24 horas y los 7 días de la semana a toda la información necesaria.
Sin embargo, pese a las nuevas tecnologías y las ventajas que supone contar con una fuerza laboral móvil y «madura» en términos digitales, algunas compañías se resisten a adaptarse.
Según otro estudio sobre el lugar de trabajo evolucionado tecnológicamente, solo el 29 % de los empleados opinaba que su compañía tiene un fuerte interés por crear nuevas formas de trabajar e implementar tecnologías que hagan del futuro una realidad.
Algunas organizaciones se toman con la misma lentitud la adopción de procesos que permitan medir el bienestar de los empleados, una cuestión que cobrará cada vez más importancia en la era del «everywhere ergonomics». Los dispositivos que proporcionan información sobre la postura y el nivel de estrés ofrecen datos muy valiosos sobre la salud de los empleados que, si se usan de la manera adecuada, pueden contribuir a crear las mejores condiciones de trabajo posibles.
Para las compañías que miran al futuro, es fundamental prepararse de cara a esta integración de nuevas y futuras innovaciones tecnológicas.
Fuente: Ricoh