Agotamiento emocional y psíquico, disminución y pérdida del sentimiento de realización personal, deshumanización de las relaciones humanas. El factor determinante está sin duda ligado al ámbito laboral.
Si bien reconoce la realidad del problema, el ministro del trabajo François Rebsamen se muestra reservado sobre el tema, consciente del impacto que podría tener una resolución de este tipo.
La discusión de los parlamentarios franceses tal vez sea un primer paso hacia el reconocimiento como enfermedad profesional de un fenómeno que lejos de reducirse progresa significativamente.