Desde El Corte Inglés División Empresas (www.empresas.elcorteingles.es) se han recogido una serie de recomendaciones para la elección del vestuario de los empleados de las empresas, en función de ciertos factores de seguridad.
Al fin y al cabo no se trata de una decisión baladí, ya que además de ser aplicable en sectores como la construcción, donde está más extendido el concepto de EPI (Equipo de Protección Individual), también está presente en establecimientos como hoteles, restaurantes, centros sanitarios, etc.
Por definición, los EPI deben ser utilizados siempre que, mediante acciones colectivas, no sea posible la eliminación del riesgo o la completa protección de los individuos sobre este. Este tipo de vestuario profesional cumple el objetivo de garantizar la seguridad de los empleados en el trabajo, en todas aquellas tareas con riesgos asociados a la salud física.
Por ello, en múltiples casos, es necesario y obligatorio emplear accesorios o vestimenta adecuados para la protección de las zonas del cuerpo expuestas a una posible agresión externa. Esta vestimenta debe cumplir con la composición exigida para la protección del riesgo determinado, considerando los distintos niveles de riesgo que existan, algo en lo que pone acento el equipo comercial de El Corte Inglés División Empresas.
Algunos de los riesgos más conocidos que cubren los EPI son principalmente mecánicos, aunque dependiendo del sector de actividad, la protección también deberá cubrir riesgos químicos o biológicos, como es el caso de laboratorios o centros de salud, entre otros.
Así pues, dentro de los factores más habituales para elegir el mejor vestuario, en función de las medidas de seguridad que debe garantizar, se encuentran estos:
- Protección de agresiones mecánicas. Protección contra cortes, golpes, proyecciones de partículas sólidas, caídas de objetos en altura y caídas al mismo o distinto nivel. Un error frecuente en este tipo de riesgos es recurrir a los equipos más económicos creyendo que serán suficientes para evitar el daño, pero no siempre es así. Además, debemos revisarlos y reponerlos siempre que sea necesario. En un restaurante, por ejemplo, también es importante controlar que todo el personal dispone de ellos, pues a veces se relega únicamente a algunos de sus miembros.
- Protección del calor o fuego. Debe proteger agresiones por proyección de partículas o materiales a altas temperaturas, de las llamas y de la transmisión del calor por los distintos medios (convección, radiación y conducción). Según ciertos criterios establecidos, a cada nivel de riesgo le corresponde un nivel de prestación. Cada nivel de prestación se asocia con las características necesarias de la prenda. Se recomienda fijarse en los niveles de prestación, que deben estar indicados adecuadamente en la prenda y la ficha del fabricante.
- Riesgo químico. Dependiendo del agente químico a tratar, la prenda debe proteger de riesgos por contacto e inhalación, pues el agente puede ser líquido o gaseoso. Cada agente químico requiere unos niveles de protección que se determinan en una escala del uno al seis, siendo el uno el de mayor protección, que es hermético frente a gases. Además de contemplar los agentes químicos, también se han de considerar las posibles reacciones o combinaciones que se puedan generar en el manipulado.
- Temperaturas ambientales extremas. Muy importante de cara al bienestar de los empleados. Aquí no sólo hablamos de entornos extraordinarios, sino del día a día, pues en función de la actividad de nuestros empleados durante la época del año, no es lo mismo elegir un vestuario para verano que para invierno. A veces no es el efecto directo sobre ellos lo que debe preocupar, sino efectos secundarios como el cansancio, deshidratación, etc.
- Riesgos biológicos (contagios, enfermedades, etc.). Muy importante en centros de salud y laboratorios, pero también en centros de alimentación y otros lugares expuestos a la transmisión de microorganismos. No sólo se deben tener en cuenta los equipos más cercanos al epicentro de los mismos, sino también las personas de apoyo que serían necesarias en el caso de un incidente.
- Riesgo eléctrico. Algo muy común en establecimientos y negocios es considerar que la electricidad es un factor de riesgo sólo en altos voltajes, pero la experiencia demuestra que muchos accidentes en entornos cotidianos podrían evitarse con un buen equipo de protección.
En todo caso, para la elección de este vestuario y como norma general, los responsables de compras siempre deberían fijarse en el marcado de las prendas. Estas deben cumplir lo exigido en la normativa europea UNE – EN 340, y por supuesto, comprobar que sean auténticas y provengan de una fuente de confianza.
Lo más aconsejable es acudir a una empresa experta en EPI, que pueda asesorar y escoger las prendas más apropiadas para garantizar la seguridad laboral.
Todos estos consejos y productos pueden ser consultados en la web de El Corte Inglés División Empresas o a través de su equipo asesor.