Hoy os traemos este interesante documento del ISNHT que lleva por título: “Protejamos el oído musical en las orquestas sinfónicas”
Hace poco se pudo oír decir a un director de orquesta que “el primer acorde es el silencio”, preciosa imagen de la emoción y la tensión propias del momento previo a que suenen las notas. ¿Qué se puede decir de la genialidad de la música clásica y de los que la interpretan que no se haya dicho ya? Se puede decir, a nivel individual, que es una fuente de sentimientos o que eleva el espíritu; o, a nivel social, que no es posible entender la cultura de los pueblos sin atender a su música. Todo ello es verdad y también que no se puede obviar el hecho de que los que producen la música en una orquesta son personas y que, como en otros trabajos menos creativos, conviven con altos niveles sonoros.