Cada vez nos trasladan más quejas de trabajadores que manifiestan sufrir desagradables descargas o chispazos al tocar algún elemento metálico de los que se encuentran en su oficina, como picaportes de puertas o armarios al intentar abrirlas o cerrarlas o barandillas al subir o bajar una escalera.
¿Pero a qué se deben estas molestas descargas?
Las descargas se producen debido a una generación y acumulación de electricidad estática sobre algún elemento aislante o conductor que se encuentra aislado, al descargarse bruscamente sobre la parte del cuerpo que entra en contacto.
¿Pueden llegar a ser peligrosas?
Normalmente los efectos fisiológicos de las descargas electrostáticas se limitan a una molesta sensación de picazón o escozor en la piel, que suele llevar asociado un acto reflejo instintivo con sacudida muscular más o menos violenta.
Aunque no suele provocar lesiones, se trata de una situación ciertamente molesta que si se repite con frecuencia debe adoptarse algún tipo de medida.
¿Dónde es más probable la generación de esta electricidad estática?
Es habitual en oficinas con suelos sintéticos como moquetas, parqué, placas acrílicas, etc. en conjunción con un ambiente muy seco, debido a una deficiente regulación del aire acondicionado, y el uso de ropa de vestir con alto contenido en fibras artificiales.
En estas condiciones, la electricidad estática se genera durante el desplazamiento de personas por este tipo de instalaciones.