Autor: José Antonio De la Rosa López
Licenciado en Derecho y Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales. Experto en Sistemas de Gestión. Actualmente colabora como Profesor Asociado en la EAE Business School y como Asesor en la Asociación de Empresas del Metal de Madrid (AECIM).
No me canso de explicar que todos los Departamentos de Prevención de Riesgos Laborales deberían saber cuantificar los costes de la No-Prevención en sus empresas. También las empresas que tengan subcontratadas las actividades preventivas, deberían solicitárselos a sus Servicios de Prevención Ajenos.
Seamos realistas: la forma más práctica, rápida y eficaz de convencer a la Dirección de la Empresa de las bondades de la implantación de un Sistema de Gestión de PRL en su organización interna, sigue siendo demostrando sus beneficios económicos. Lo ideal sería que la concienciación de la empresa llegara por otras vías, como por ejemplo gracias a la lógica comprensión de que la seguridad y la salud de las personas debe anteponerse a todo lo demás, y que la fabricación y entrega de los productos o servicios terminados debe ser secundaria y de importancia relativa en comparación con la seguridad de los trabajadores. Pero esto, hoy por hoy, y por motivos obvios de rentabilidad, sigue siendo tarea muy complicada.
La pregunta que cabría hacernos, siguiendo la anterior reflexión, es ¿están preparadas las empresas para recibir estos Informes de Costes de No-Prevención? ¿Cuál sería su reacción si de una forma periódica (trimestralmente, anualmente, etc) recibieran un informe en el que se las demostrara con datos ciertos (medibles y fiables) los costes de la No-Prevención en sus organizaciones internas? ¿Podrían sus Consejos de Administración soportar la “presión ambiental” de no aplicar las medidas preventivas necesarias teniendo en cuenta la ayuda que supondría para la mejora de sus balances de resultados y el incesante interés de las organizaciones por reducir gastos?
Por otro lado, y quizás la pregunta más importante, retomando el título de este artículo, sería: ¿están preparados los Departamentos de Prevención de Riesgos Laborales para elaborar un informe de estas características? Me temo que la respuesta a esta pregunta sería en más de un 90% de los casos que no. Y la responsabilidad de que esto ocurra tiene diferentes raíces:
- Falta de conocimientos: los estudios que dan acceso a la profesión (másteres en prevención de riesgos laborales y titulaciones universitarias relacionadas), no han enseñado suficientemente a sus alumnos a elaborar estos informes.
- Falta de mentalización: incluso los propios profesionales dedicados a la Prevención no están aún concienciados de la necesidad de realizar estos informes y presentarlos a la Dirección de la Empresa. Sin embargo, la tarea de realizarlos y presentarlos debe entenderse como un elemento más de su quehacer rutinario.
- Falta de medios: muchas veces el exiguo tiempo del que disponen los Técnicos en PRL, no les permite dedicarse a una tarea de oficina que junto con la Coordinación de Actividades Empresariales (CAE) y el resto de tareas administrativas propias del ámbito preventivo, no supondría más que un aumento del ya de por sí ingente trabajo de elaboración y gestión de toda la documentación preventiva.
- Resistencia al cambio: como siempre, la resistencia al cambio obstaculiza la inclusión de nuevas tareas, métodos o formas de trabajo dentro de las labores habituales de estos profesionales.
Les invito a que realicen un ejercicio de retrospección reflexiva e intenten recordar cuantos Informes de Costes de No-Prevención han pasado por sus manos. O cuantos profesionales colegas suyos les han comentado que alguna vez vieron o realizaron uno.
Y todo esto tiene lugar en un país en el que se estima que los costes totales por siniestralidad se encuentran en torno al 1,5 % del PIB español, aproximadamente 15.000 millones de euros.
En mi opinión, los pasos que debieran dar los Departamentos de Prevención para normalizar su “relación” con los costes de la No-Prevención, tendrían que estar basados en los siguientes puntos:
- Aprender los métodos necesarios para llevar a cabo las labores de cuantificación de costes. En estas tareas destaca la recopilación y análisis de datos precisos de cara a la realización del informe, para lo cual se exige la colaboración de otros departamentos implicados (áreas de Compras, RRHH, etc), o SPA´s subcontratados, y el uso de programas informáticos que aligeren el trabajo a realizar.
- Saber redactar el informe, incluyendo en el mismo un análisis coste-beneficios y una propuesta de aplicación de medidas preventivas o correctivas concretas para hacer disminuir los costes.
- Saber explicar y “vender” el informe a la Dirección y al resto de la empresa. Esta tarea supone una ardua labor de comunicación (por otro lado siempre trascendental para los prevencionistas). La labor de “vender” los resultados del informe significa que se poseen competencias suficientes para concienciar y convencer a la organización de las ventajas competitivas que se pueden derivar de la aplicación de las medidas de seguridad propuestas: ser comunicativo, tener habilidades sociales, entender la transversalidad de la Prevención dentro de la estructura organizativa y estar alineado como departamento con los objetivos globales de la empresa, son puntos básicos que aportarán fortaleza en el momento de la “presentación y difusión” del informe.
En conclusión, para implantar una nueva cultura de asimilación de los costes de la No-Prevención, deberíamos contar con los siguientes elementos:
- Un Departamento de PRL concienciado para llevar a cabo estas tareas: debe ser el primero en creer en lo que propugna.
- Un Departamento de PRL con poder de influencia suficiente para convencer al resto de la organización.
- Un Departamento de PRL instruido y con conocimientos suficientes para realizar un desglose pormenorizado de costes, plasmado en un Informe de Costes de No-Prevención riguroso (a este respecto se aconseja la consulta de las NTP´s 540 y la serie de NTP´s 982, 983 y 984 publicadas por el INSHT).
- Un Departamento de PRL actualizado y conocedor de las nuevas tecnologías y los mejores programas informáticos que pueden simplificar la tarea de elaboración del informe.
- Y como siempre, una Dirección abierta a las propuestas en materia de Prevención, allanará el camino.
Como se suele decir, y si no lo digo yo, todo es posible en la empresa con un buen apoyo de la Dirección.
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