Recientemente la Inspección de Trabajo y de Seguridad Social del Ministerio de Empleo y Seguridad Social (ITSS), hacía públicas las conclusiones de un estudio sobre la caracterización de accidentes de trabajo mortales en el año 2015, estudio cuya base empírica procedía del contenido de las investigaciones de accidentes de trabajo mortales llevadas a cabo por los inspectores de trabajo y Seguridad Social en dicho año. Más concretamente, de los accidentes de trabajo mortales de carácter traumático (excluidos los accidentes de tráfico). Los datos analizados evidencian una elevada siniestralidad mortal en el colectivo de trabajadores de empresas contratistas y subcontratistas.
El estudio ofrece información de alto interés preventivo, no solamente sobre las causas típicas de los accidentes, según la terminología tradicional (caídas de altura, aplastamientos, contactos eléctricos…) de los accidentes, sino en particular, sobre las situaciones o contextos en que dichos accidentes suceden, lo que permite disponer de un conocimiento más completo de la siniestralidad para enfocar más convenientemente la acción preventiva.
Es significativo, sin duda, que entre las principales causas de siniestralidad mortal se encuentren por orden:
- Aplastamientos
- Las caídas en altura
- El contacto eléctrico
- Los atropellos
- Golpes contra objetos
- Atrapamiento
- Explosiones
- Intoxicaciones
- Caídas al mismo nivel y quemaduras
Los datos y conclusiones expuestas ponen en relieve la necesidad de coordinar efectivamente los riesgos de las empresas contratistas / subcontratistas con los de las empresas titulares o principales. Son numerosas las ocasiones, como en el caso de la caída en altura que en el 66.6% de las ocasiones los accidentes morales los sufren trabajadores de este colectivo. Son varias las zonas de los centros de trabajo que concentran mayores riesgos, dada la naturaleza de los trabajos que se realizan y la interacción de varias actividades.
Así, las zonas de paso por las que deben transitar los operarios para efectuar labores de mantenimiento, áreas de tráfico o circulación que rodean la zona de producción en las cuales andan los trabajadores, zonas de carga y descarga de materiales en las que coinciden varios clientes / suministradores, áreas de depósito y llegada de producto para su entrega, etc. Son zonas en las que la concurrencia de riegos hace la coordinación sea imprescindible. Zonas de carga y descarga de material en la que coinciden diversos suministradores.
Para una correcta coordinación de trabajadores propios y contratistas – subcontratistas que a su vez evite la siniestralidad y los incumplimientos de la actividad preventiva deben establecerse, tal y como determina el Real Decreto 171/2004 de Coordinación de Actividades Empresariales:
- Las adecuadas medidas preventivas en concurrencia de trabajos
- La entrega de los correspondientes EPI’s – Equipos de Protección Individual
- Antes del inicio de actividad en el centro de trabajo, las empresas titulares deben haber vigilado a las empresas contratistas y subcontratistas que acrediten por escrito que han realizado, para las obras y servicios contratados, la evaluación de riesgos y planificación de su actividad preventiva. Que acrediten por escrito las empresas concurrentes que han cumplido con sus obligaciones en materia de información y formación respecto de los trabajadores que vaya a prestar sus servicios en el centro de trabajo.
- Comprobar que las empresas contratistas y subcontratistas han establecido los necesarios medios de coordinación entre ellas
- Establecer de un adecuado sistema de coordinación, combinado con un adecuado marco de delimitación y señalización de áreas, impedirá accidentes tan comunes como los derivados de atropellos por carretillas automotoras, camiones y otros vehículos automotores de transporte y manipulación de cargas.
¿Cómo establecer un sistema de coordinación adecuado? ¿Eficaz?
La Coordinación de Actividades Empresariales no se reduce sólo a solicitar e intercambiar documentos para que así, se reduzcan los riesgos laborales de forma efectiva y eficaz. Para llegar a indicadores de rentabilidad, eficiencia y sobretodo reducir y/o eliminar los riesgos hay que saber qué solicitar y cómo, y sobretodo es necesario saber cómo planificar la coordinación más allá de los papeles: inspecciones de campo, reuniones de coordinación, formación, definición de procedimientos de coordinación, gestionar las particularidades: autónomos, ETT’s, extranjeros, becarios, transportistas….
En definitiva, si las empresas quieren una buena relación entre lo que invierten en Coordinación de Actividades Empresariales y la rentabilidad obtenida, tienen que apostar por dotarse de una buena solución tecnológica, robusta y que incorpore las mejores prácticas en materia preventiva, como CTAIMACAE.net
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