Siguiendo con el artículo sobre la conservación de los alimentos, la semana pasado hablamos sobre
1.¿Cómo hacer la compra? y 2.Qué características tienen los alimentos para saber dónde guardarlos. Nos quedaba pendiente la tercera y última clave para completar el proceso de conservación de los alimentos, que hoy os desvelamos.
Tercer paso: Cada cosa en su sitio, ¿Dónde guardo qué?
Despensa
Guardaremos en la despensa todos aquellos alimentos o productos alimentarios que no requieren de ningún tratamiento especial para su conservación, y que pueden almacenarse con seguridad durante largos períodos de más de 6 meses.
El armario o despensa donde se guarden, tiene que ser un lugar fresco, seco y ordenado, nunca guardaremos los alimentos apelotonados. Cuando los alimentos no estén envasados, los colocaremos en recipientes cerrados.
Nunca dejaremos nada en el suelo, sino encima de estanterías.
Conviene revisarlos y utilizar la regla PEPS (Primero en Entrar, Primero en Salir) para que los alimentos más antiguos se consuman primero.
¿Qué alimentos son? Legumbres, azúcar, harina, sal, pastas, arroz, conservas, agua y demás bebidas, patatas, ajos y cebollas, hierbas y especies, pan y sus derivados, cereales, aceite, vinagre, snacks, frutos secos, cacao, café, y productos envasados antes de abrirlos (leche, zumos, caldos, purés…).
Frigorífico
En la nevera guardaremos aquellos productos que necesitan frío para evitar su contaminación y alargar un poco más su duración.
La temperatura que debemos fijar en la nevera es de máximo 5 – 6ºC. En verano es aconsejable bajarla un par de grados. Y convendría no abarrotar el frigorífico ni abrir la puerta con frecuencia.
Pero también hay que tener en cuenta que la temperatura no es la misma en todo su interior, de forma que colocaremos los alimentos en los estantes según la temperatura ideal para su conservación.
- Estante superior: 8ºC: Huevos, embutidos envasados, bebidas…
- Estantes medios 4 – 5ºC: Quesos, yogures y postres refrigerados, embutidos, platos cocinados, sobras o restos de productos ya abiertos (conservas, semiconservas)
- Estante inferior 0 – 2ºC: Carne y derivados crudos, pescado, marisco… y productos en descongelación
- Cajones inferiores: 8 – 10ºC: Frutas y verduras
- Puerta del frigorífico: 10ºC: Bebidas, huevos, salsas industriales, mantequilla, mermelada…
Situaremos en la parte posterior los alimentos más nuevos para consumir primero los más antiguos (regla PEPS). Y nunca guardaremos alimentos calientes, ya que elevarían la temperatura del frigorífico.
Además, dispondremos todos los alimentos bien tapados evitando el contacto entre ellos, para que no se transmitan ni olores, ni sabores, y en especial no se produzca contaminación cruzada.
De ahí también la importancia de colocar siempre los crudos o congelados en la parte baja, y los embutidos o platos cocinados en la parte más alta: para evitar el posible goteo de carnes o pescados, o el exudado de la descongelación.
Si respetamos el orden dentro del frigorífico, conservaremos los alimentos a su temperatura ideal alargando su vida media, y evitaremos la contaminación.
Congelador
La temperatura que debe marcar nuestro congelador son – 18ºC. Si lo recargamos con muchos productos, la bajaremos a – 20ºC durante unas horas para que congele lo más rápido posible.
En el congelador podemos guardar productos ultracongelados que hemos comprado y preparar cubitos. Si nos disponemos a congelar nosotros mismos, tendremos en cuenta ciertas premisas muy importantes:
- Siempre guardaremos los productos envueltos y bien tapados.
- Mejor en pequeñas porciones, para descongelar únicamente aquello que vayamos a consumir.
- Marcaremos cada paquete con la fecha de congelación, para recordar que productos consumir primero.
- Si se trata de platos cocinados, esperaremos a que se enfríen y luego los congelaremos dentro de un “tupper”.
Uno de los procesos con más riesgo es la descongelación. Si no se hace adecuadamente, el producto se puede contaminar y perder sus propiedades organolépticas y nutritivas.
Así que la descongelación siempre será lo más lenta posible, en el frigorífico (estante inferior) y se consumirá/cocinará inmediatamente.
Si tenemos mucha prisa, el método menos malo es el microondas.
Nunca volveremos a congelar un alimento previamente descongelado, ya que multiplica las posibilidades de contaminación. Cada vez que se somete a este proceso el riesgo va incrementando. Y por supuesto, su aspecto, textura y sabor va empeorando.
Como en el compartimento superior los alimentos se congelan más rápidamente, en él guardaremos la carne y el pescado fresco. En los estantes inferiores colocaremos productos ultracongelados como helados, pizzas, verduras, pescado, así como embutidos, pan y platos cocinados por nosotros.