Autor: Saturnino Villajos Nieto. Bombero Ayto de Toledo. Técnico Superior en Prevención de Riesgos Profesionales. Perito Judicial en PRL.
La investigación de incendios, desde el punto de vista de los bomberos, la podríamos definir como una exploración técnica y sistemática del escenario de un incendio, con el fin de recoger la información necesaria que nos permita reconstruir los hechos que propiciaron el desarrollo y propagación del mismo, para posteriormente estudiar y extraer conclusiones, que nos permitan evitar que lo ocurrido vuelva a suceder, en todo caso minimizar los efectos o bien tomar las medidas preventivas pertinentes.
El Real Decreto 1053/1985 de 25 de mayo, sobre ordenación de la estadística de las actuaciones de los Servicios contra Incendios y de Salvamentos, en su Art.2, establece :
“La recogida de información relativa a cada actuación será efectuada por el Servicio Contra Incendios y Salvamento al que corresponde la competencia en el lugar de actuación. A tal fin este servicio podrá recabar la colaboración de otros Servicios Contra Incendios y de Salvamento, Servicios de Bomberos Privados, Equipos de Autoprotección de Empresas, particulares y otros servicios públicos o privados, que hayan participado en la actuación”.
Paradójica y sorprendentemente, la cuestión de la investigación de incendios en España, está delegada actualmente en otros servicios públicos y/o privados, sin embargo, la competencia y la responsabilidad de la elaboración de las Estadísticas Nacionales sobre Incendios, corresponde a la DGPCE (Dirección General de Protección Civil y Emergencias).
Las estadísticas sobre siniestros son fundamentales, ya que constituyen la base de la investigación sobre las causas de los mismos y de la eficacia de los medios de prevención, así como establecer medidas de seguridad esenciales y complementarias en su caso.
No obstante no debemos confundir la investigación técnica que pueden hacer los bomberos, con la investigación judicial, que el juez encomienda a los servicios de policía cuando hay indicios de delito. También es cierto que la habitual recogida de datos y demás información, para realizar el parte interno de intervención, es una actividad cotidiana en los SEPEIS, dado que tienen legalmente la responsabilidad de recoger dicha información sobre aspectos técnicos relativos al incendio, es decir, dicha recogida de datos forma parte del procedimiento de trabajo, a realizar por los bomberos después de actuar en un siniestro.
El 75 % de los incendios que se producen en España, tienen como causa iniciadora de los mismos, lo que se denomina “causa indeterminada”, según datos estadísticos recogidos de los Partes Unificados de Actuación de los SPEIS. Falta un estudio pos – siniestro, que nos ayude a calificarlo sobre la base de una investigación técnica del mismo.
En este sentido el Art. 5 del R.D 1053/1985 dice: “Los titulares, arrendatarios u ocupantes, por cualquier título de las edificaciones, locales o instalaciones y de bienes o derechos de cualquier naturaleza en que se haya desarrollado la actuación de los Servicios contra Incendios y de Salvamento, están obligados a facilitar la información a que se hace referencia en el Art.2 de este R.D. Igualmente lo estarán los responsables de los Servicios y Equipos a que se alude en el mismo”.
A tenor de lo anterior es evidente que los Bomberos tenemos muchas razones para asumir la competencia de investigar los incendios, que por otro lado es legítima, a los SPEIS:
1º – Somos los encargados de la extinción del incendio, acudimos en una fase inicial o intermedia del mismo, y disponemos de conocimientos suficientes sobre física y química del fuego, además observamos en primer plano y entendemos su dinámica al instante o a pocos minutos de su desarrollo. Las observaciones en un primer momento de dicha dinámica, son datos cruciales a la hora de obtener información para cumplimentar el posterior, parte de trabajo, informe técnico o de investigación, entre otras cosas porque supuestamente, aún no ha sido modificado el escenario del incendio por actuación de terceros, sabemos y además somos plenamente conscientes que en cualquier caso, dicho escenario ha podido ser susceptible de modificación por nuestra propia actuación durante las tareas de extinción, lo cual son indicativos y datos muy relevantes que nos ayudan, a la hora de investigar el verdadero origen y las causas del incendio.
2º – El avance del conocimiento, de los procedimientos de trabajo, de las medidas de protección y prevención, se nutren necesariamente de la investigación. Los bomberos tenemos las competencias en materia de incendios y por lo tanto de su análisis, estudio, evaluación e investigación y en el supuesto caso, de encontrar indicios o sospechas de delito, dichos informes técnicos deberían sumar de oficio a la investigación paralela de los Servicios Policiales y/o Judiciales pertinentes, como parte técnica del proceso de investigación del incendio, esto es : inicio, propagación, evolución y técnicas de extinción del mismo. En ausencia de delito, los informes de los SPEIS deberían ser suficientemente considerados y probados, como para garantizar que incluso el sujeto pasivo, pudiera resolver el propio expediente con la aseguradora correspondiente.
3º – La investigación de incendios debería ser realizada de forma rutinaria por los SPEIS, este hecho mejoraría sustancialmente la calidad de los servicios, nos acercaríamos a indices de calidad de otros Servicios de Bomberos europeos que sí tienen asumida la investigación como parte de su trabajo, así podríamos definir, clarificar y estudiar mejor con una base de datos más precisa y objetiva, para la elaboración de estadísticas reales, en los Departamentos competentes en la materia, así como asesorar cuales son las necesarias, adecuadas y correctas medidas de protección y prevención, con datos y condiciones reales y no fruto de ensayos en laboratorio.
En el caso de los bomberos españoles, fundamentalmente debido a la falta de investigación propia, dicho avance siempre depende de terceros, lo cual afecta a la calidad del servicio que prestamos a los ciudadanos. La palabra investigación se le ha dedicado más atención verbal que la derivada de los hechos, pues son muy pocos los servicios de bomberos que cuentan con personal cualificado y formado o bien tengan partidas económicas dedicadas a ello, esto es posiblemente debido a la naturaleza y estructura actual que tienen los SPEIS en nuestro país, estos son en su inmensa mayoría servicios infradimensionados, sobre todo a nivel de personal, tanto es así, que a veces resulta complicado atender a los requerimientos diarios, en muchas ocasiones 2 salidas simultáneas.
La formación en investigación de incendios debería ser una tónica constante y rutinaria, como sucede en otros Servicios de Bomberos europeos, se debería valorar por su repercusión positiva y directa en la prevención, como último remedio deberíamos encontrar la extinción y/o el salvamento, precisamente en este orden están denominados los SPEIS. Cuanto mejor conozcamos la dinámica o el comportamiento del fuego, mejor nos protegeremos, más efectivas serán las medidas de prevención y por lo tanto en menor número de incendios tendremos que actuar.
La Disposición Final Segunda de este R.D contempla: “El seguimiento y evaluación del desarrollo y aplicación del presente R.D, corresponderá a la Comisión Nacional de Protección Civil, que formulará las propuestas que considere oportunas para la revisión de la normativa, programas o acciones que pudieran resultar afectadas por los datos incorporados a la estadística mencionada”
Consideramos que es posible adecuar a los tiempos y las circunstancias actuales dicha normativa, es importante avanzar y apostar por la investigación, como base para eliminar o minimizar los riesgos, en pro de la actividad preventiva, evitando en la medida de lo posible tener que acudir sin más remedio a la extinción y/o al salvamento.
Son muchos los argumentos a favor de la necesaria y urgente investigación de los siniestros desde los SPEIS, tenemos que recurrir a normativa, posiblemente obsoleta y susceptible de actualizar y en el peor de los casos al agravio comparativo que se produce cuando miramos a otros países importantes, donde la investigación pos-siniestro se viene realizando con total normalidad desde hace muchos años, insistimos por tanto, es una cuestión importante el hecho que los SPEIS de este país también presten dicho servicio a la comunidad en pro de la seguridad.
Los objetivos que se persiguen con la investigación de siniestros por los bomberos son claros, exclusivos y contemplados siempre desde el punto de vista técnico. Legítimamente es competencia nuestra a pesar de ser evidente que otros agentes privados y públicos también tienen intereses y competencias en la materia, como son las compañías aseguradoras, los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, fabricantes e investigadores, servicios de prevención, laboratorios del fuego…etc. Lógicamente los objetivos serán básicamente los mismos a grandes rasgos, es decir, encontrar las causas y el origen, no obstante en lo que podemos diferir notablemente, es en los intereses de cada colectivo, mientras que las compañías aseguradoras, su interés básico, que no único, es llegar a saber si ha habido intencionalidad ó no y por tanto posibilidad de fraude, ya que es quién soporta el coste económico del incendio. Por otro lado, Los cuerpos y fuerzas de seguridad intentan delimitar si ha habido incendiarismo doloso y posterior identificación de los autores y/o se derivan actuaciones de la justicia, en base a lo que establece el Código Penal.
De esta forma podríamos deducir que según estos intereses, los incendios a investigar por los mencionados agentes, serían básicamente los incendios provocados, mientras que el deber de los bomberos es intentar mejorar las técnicas y las tácticas de extinción, reducir los tiempos de actuación, aumentar en lo posible la seguridad durante las tareas de extinción, eficiencia en la elección de los equipos de protección individual adecuados a todos los incendios, que se produzcan en el ámbito de actuación, mejorar la calidad de la formación…etc.
Por tanto los objetivos de los SPEIS van a estar supeditados a otros intereses diferentes como son:
1º – Análisis pormenorizado del desarrollo del incendio (origen, fuente de calor, causas, propagación,…etc).
2º – Estudio y mejora de las tácticas y técnicas de extinción utilizadas, así como la autoprotección y las comunicaciones.
3º – Análisis del comportamiento y eficacia de las medidas de prevención y/o protección existentes en los diferentes niveles, si las hubiera, como la accesibilidad, compartimentación, ventilación, evacuación, señalización, instalaciones…etc.
4º – Aplicación de las medidas correctoras pertinentes en los diferentes niveles de formación, investigación, prevención y extinción.
Del estudio exclusivo del comportamiento del fuego, de sus marcas, efectos, temperaturas, color, olor, humos… etc, podemos extraer datos muy importantes que nos ayudan a comprender mejor los fundamentos de la ciencia del fuego, que efectos ha producido la ventilación, por qué se ha producido la propagación, que tipo de daños ha provocado, de qué manera ha influido la ventilación en la propagación de los humos, que indicativos o señales ha dejado el fuego….etc.
Podemos analizar el siniestro desde el primer momento que este se inicia, es decir, desde que se produce la primera llamada de auxilio a nuestra Central de Comunicaciones, quienes son los alertantes, cuantas llamadas han entrado, qué tiempos de respuesta se han empleado, si los recorridos utilizados han sido correctos…etc. Se pueden estudiar también que decisiones fueron determinantes para cortar la propagación del incendio, si se hubieran tomado otras, qué podía haber sucedido, si se tardó mucho en localizarlo y por qué, si los medios que se utilizaron fueron los más convenientes en función de lo que se estaba quemando o si fueron suficientes….es decir, todas aquellas preguntas tendentes a contestar si las estrategias y tácticas empleadas han sido las correctas o por el contrario indican que hay que mejorar y/o modificar los procedimientos operativos.
Al llegar al lugar del incendio los bomberos debemos observar numerosas variables a fin de determinar la integridad estructural de un edificio en llamas : Tamaño y ubicación del incendio, cuanto tiempo hace que se produjo, condiciones a la llegada de los bomberos, tamaño del edificio y su distribución, edad del edificio, (deterioro de los elementos estructurales, evidencia de deterioro por intemperie). Presencia de materiales combustibles, (acelerantes), ocupación, renovaciones y modificaciones del edificio, incendios anteriores, cargas pesadas, (sistemas de calefacción y enfriamiento) que puedan afectar a la integridad de la estructura, riesgos de propagación que puedan afectar a otras personas o edificios aledaños, recursos en el lugar del siniestro para la extinción del incendio, personal de bomberos, ambulancias, zona caliente, distancias de seguridad, hidrantes, hora, condiciones meteorológicas… etc.
Dichos datos los vamos a tomar de primera mano, cuando llegamos al siniestro y serán muy útiles a la hora de realizar cualquier informe posterior sobre lo sucedido. Como vemos, a través de un análisis sistemático y convenientemente documentado, tendremos una herramienta muy útil en todo momento para determinar las direcciones a seguir tanto en las estrategias, técnicas y tácticas de extinción, como en equipamiento, EPIS, comunicaciones y en su caso investigación posterior.
A tenor de todo lo expuesto anteriormente, podemos resumir para terminar, que de la investigación de un incendio deriva directamente una parte importante y positiva en el campo de la prevención, ya que del estudio directo e “in situ” del fuego, de sus causas, de su comportamiento, de su desarrollo, de sus efectos, así como del comportamiento de las diferentes medidas de prevención y protección contra incendios existentes en el edificio o bien de la ausencia de ellas, nos permitirá extraer en cualquier caso importantes conclusiones, todas aplicables para la mejora de la prevención, extinción y protección de incendios.
Una observación de la realidad del incendio en su propio escenario, desde dentro y no desde ejercicios planificados en laboratorio, en los que todos los detalles están previstos con anterioridad, con parámetros establecidos de carga de fuego, de ventilación, de definición de espacios, de temperatura,… etc. Los incendios son nuestro “libro de aprendizaje de cabecera”, del que debemos aprender en cada ocasión, para llegar realizar una prevención y una protección eficaz, contrastada con la realidad de cada día en nuestro trabajo, que ayude a mejorar las medidas preventivas a implantar y por otra parte desde nuestra experiencia y perspectiva poder proponer o sugerir medidas para la elaboración de normas, reglamentos, protocolos de actuación etc, directrices en definitiva que muchas veces se han redactado o aplicado al margen de la opinión, punto de vista y experiencia de los bomberos.
Estamos viendo que tenemos mucho que decir, a parte de hacer en un incendio, sobre todo y muy especialmente los que ya tienen más de un “ libro de cabecera ” sin desmerecer la “nueva sabia”. Sirvan en definitiva estas reflexiones, que de alguna manera nos hemos planteado en más de una ocasión,… como punto de partida, para conseguir a corto plazo, un verdadero punto de inflexión a cerca de la necesidad de investigar los incendios, con el fin primordial de conocer cada vez más y mejor el comportamiento del fuego, para aprender a protegernos con más garantías de el, cómo proteger mejor a terceros y también como prevenir con más exactitud los riesgos que el mismo genera, a los cuales estamos cada día expuestos en este oficio multi – riesgo. Los materiales de construcción han evolucionado, algunos son muy distintos a los de hace unas décadas, se han creado nuevas tecnologías, entre ellas la nano – técnia, no sabemos actualmente el comportamiento real de estos nuevos materiales en un incendio.
Esta labor debería también estar implantada en nuestros SPEIS, como lo está en otros servicios europeos, labor de investigación absolutamente necesaria, que puede y debe realizarse contando también con los bomberos más veteranos, dada su experiencia en la extinción, no en vano y con los años han ido aprendiendo a conocer bien el comportamiento del fuego, además de aprovechar su valiosa experiencia en la extinción, pueden ser formados o instruidos específicamente para realizar labores de investigación, con el fin coherente y legítimo de investigar los incendios para seguir aprendiendo de su trabajo, a la vez que seguir siendo útiles y realizándose profesionalmente en el mismo.
La investigación de incendios es ciencia y tecnología aplicada, por tanto un buen punto de partida, y una excelente oportunidad para desarrollar esa tan necesaria, interesante e importante faceta de nuestra profesión, incidiendo si cabe aún más, en el pleno desarrollo profesional, llegada la última etapa de la vida laboral como bomberos, mejorando en lo posible los estereotipos actuales de la no bien considerada y enfocada “segunda actividad”, en la cual evidentemente acabaremos todos con el tiempo de una manera u otra, des aprovechando tal vez, la oportunidad que nos brindan los conocimientos adquiridos, con los años de experiencia en la extinción, y que deberían derivarse en pro de la protección, la prevención y la investigación.
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