Los riesgos psicosociales evolucionan como cualquier disciplina preventiva. Hace unos 15 años, no se tenían prácticamente en cuenta a pesar de existir la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Sólo unas pocas empresas se animaban a considerar su existencia y los abordaban con métodos parecidos a las evaluaciones de satisfacción o de clima social.
Poco a poco se fue haciendo una labor de mentalización e información por parte de Instituciones, Sindicatos y Empresarios y se fue extendiendo la práctica de la evaluación de riesgos psicosociales. Incluso las entidades Auditoras pasaron de considerar la evaluación de riesgos psicosociales a No Conformidad, cuando antes eran simplemente observaciones. Además, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, con ayuda del INSHT, publicó su primera guía de actuación inspectora, posteriormente mejorada y ampliada con la guía del 2012, que según mi opinión, es el documento de referencia más importante en cuanto a los riesgos psicosociales se refiere. Pues bien, esta guía ha marcado la pauta ya que muestra el futuro de los riesgos psicosociales, que ahora vamos a explicar.
Sin embargo, antes de explicar el futuro, me gustaría plasmar las experiencias de los técnicos evaluadores a lo largo de estos años. En primer lugar (hace 15 o 20 años) se ha recurrido siempre a ver lo que hacen los demás en esto y/o que hacen las disciplinas parecidas. Como buenos psicólogos o psicosociologos el primer paso era casi obligado: los cuestionarios, el dogma de fe que nadie cuestiona pero que a nadie satisface y sobre todo, a nadie le ofrece soluciones prácticas. Esta situación permanece en la actualidad, aunque cada vez con más tino en los contenidos y con grandes desatinos pertenecientes a algunas metodologías. Pero claro, el que pega primero, pega dos veces y aún permanecen en la mente de todos como cuestión insalvable a la hora de abordar los riesgos psicosociales.
Entre tanto los técnicos aplica que te aplica cuestionarios y claro, la cuestión de los técnicos una vez aplicado era y es ¿y ahora que hago con este resultado?, pues la solución era y es sencilla, volver a estudiar y a preguntar, pero de otra forma para arrojar algo de luz a las causas de los riesgos.
Y en este punto es cuando volvemos a la guía de la Inspección de Trabajo. La guía dice que si no es suficiente la información que obtenemos del cuestionario para evaluar y conocer las causas de los riesgos, (que nunca lo es), deberemos aplicar técnicas cualitativitas. Y aquí llega el futuro, la entrevista y los grupos de trabajo, el método sencillo que cuando hace 15 años se explicaba nadie daba por bueno al considerarlo poco científico, y ahora es lo más de lo más. Yo recuerdo haber explicado hace mucho en algunos sitios, que en mi pueblo cuando no se conocía la causa de algo, se preguntaba al trabajador y así era más fácil. Pero claro, los garantes de la prevención teórica no lo iban a permitir, ¿cómo le va a preguntar un técnico en PRL a un trabajador?… oiga, y ¿por qué no?, si la evaluación es su responsabilidad. Y así estábamos hace un tiempo.
Ahora una vez aplicado el pertinente cuestionario, lo bueno y lo avanzado es la toma de datos “cualitativa”, éste es el futuro, cuyo origen es la calidad, la calidad del técnico que aplica la entrevista o modera los grupos, la calidad del técnico en el que depositamos nuestra confianza y no ayuda a prevenir riesgos ni a justificarlos. El futuro sonríe a la sencillez, como en Seguridad, ir al puesto y preguntar, sería lo sencillo, lo fácil, lo que permite obtener medidas preventivas.