Ésta es la premisa de “The Fun theory”, la campaña que Volkswagen inició en 2009, partiendo de la idea de que algo tan simple como la diversión es la manera más fácil de cambiar a mejor el comportamiento de la gente. Las propuestas de “The Fun Theory” son paradigmáticas en lo que a gamificación se refiere.
Un ejemplo de esta campaña es “La escalera piano”. El punto de partida era motivar a los usuarios del metro de Estocolmo para que abandonaran las escaleras mecánicas e hicieran algo de ejercicio. Durante el tiempo que duró el experimento se produjo un incremento de un 66% en el uso de las escaleras tradicionales respecto a las mecánicas. En este vídeo puedes ver cómo lo consiguieron.
Otro de los experimentos recogidos en esta misma campaña, con resultados igualmente satisfactorios, es el de la “Lotería del radar”. En este caso el objetivo era reducir la velocidad del tráfico en una zona transitada por escolares. Para ello, y a diferencia de lo que sucede normalmente, se instaló un radar que fotografiaba a todos los vehículos que circulaban por la zona, a los infractores se les remitía una multa, al resto, es decir, a los que circulaban dentro de los límites de velocidad se les enviaba un billete para un sorteo de lotería. Lo sorteado era el importe recaudado por las multas. Sorprendentemente, en 3 días, el promedio de velocidad de los vehículos se redujo en un 22%.
¿Qué tienen en común ambas experiencias? Sin duda su carácter positivo. Es indudable el aspecto lúdico de ambas propuestas pero, sobre todo en el segundo caso, resulta especialmente estimulante el premiar comportamientos positivos. Las actitudes frente a las sanciones se enfrentan a las posiciones de quienes no tienen miedo al castigo, a quienes optan por jugársela o a quienes están dotados de la seguridad de que no van a ser sorprendidos en un renuncio. Pero cuando se trata de recibir un obsequio, cambiamos.
¿Podemos realizar ejercicios similares en el ámbito de la prevención de riesgos laborales? Sin duda. Ha llegado el tiempo de hablar de prevención de otra manera y dejar de asociar la PRL a las sanciones, los accidentes, las imágenes escabrosas..., no porque carezcan de importancia sino porque son el resultado de la ausencia de prevención. También es el momento de acabar con la visión clásica que culpabiliza al trabajador accidentado por su impericia o insensatez. Es el momento de hablar en positivo y capacitar y adiestrar a los trabajadores, explicando cómo hacer bien las cosas, porque eso es hacer prevención. Y en este caso, no hay mejor herramienta que la gamificación.
En ningún sitio está escrito que la prevención deba ser aburrida. Desde exYge Consultores te ayudamos a planificar tus campañas preventivas, porque sabemos que otra forma de hacer prevención es posible.