El cáncer de mama frecuentemente es causa de largos procesos de baja. La duración media de las bajas (incapacidades temporales) por cáncer de mama es de unos 320 días, estando entre los tres procesos principales que causan “bajas largas” de más de 365 días junto con las lumbalgias y el trastorno ansioso depresivo.
Cada año se producen 26.000 casos nuevos en España de los que en su mayoría se producen en plena edad laboral. La supervivencia a los cinco años entre mujeres de 30 a 60 años es del 86%.
El cáncer de mama es la segunda causa de inicio de expedientes de incapacidad permanente de las bajas que alcanzan los doce meses de duración, tras la lumbalgia.
Pero a pesar de la bonanza en la supervivencia y la mayor eficacia terapéutica, sólo el 53% de las mujeres retorna al trabajo.
El retorno al trabajo se vuelve dificultoso tanto por la intensidad y pauta espaciada de los tratamientos, como por la afectación de la calidad de vida, que condiciona la ausencia prolongada del trabajo. Influyendo factores ligados al subtipo de cáncer, a su evolución, a los tratamientos, así como factores laborales y personales que todos ellos considerados no siempre hacen que la vuelta al trabajo sea posible.
Es preciso facilitar el retorno al trabajo, en especial de aquellos casos complicados que han precisado de largas bajas laborales, pero aun así ya están curados o con una mejoría que permite trabajar, mejorando la comunicación de los aspectos clínicos, laborales y de valoración entre las partes implicadas: atención sanitaria, administración y medicina del trabajo. Promoviendo el alta parcial para una integración preventiva y efectiva, procurando la adaptación del puesto de trabajo y la implantación de medidas de incentivación a las empresas, para evitar uno de los mayores problemas de la mujer trabajadora superviviente al cáncer de mama que es la pérdida del trabajo.
Se hace necesario la realización urgente del Mapa de Incapacidad en España, para conocer población afectada por incapacidad, por procesos, por edad, tipo de trabajo, sector de actividad, zona geográfica y otros datos que permitan conocer el impacto incapacitante. La incapacidad, como indicador de retorno al trabajo (“de no retorno al trabajo”), es también un indicador de calidad de vida, es un indicador de resultado de gestión sanitaria y un indicador de salud pública y laboral.
La revista Medicina y Seguridad del Trabajo Nº 246 publica este artículo de los doctores Araceli López-Guillén García, y José Manuel Vicente Pardo
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