Para muchas personas el trabajo, por diversos motivos, es una fuente continua de insatisfacción y malestar, lo que hace que los trabajadores se sientan insatisfechos profesional y personalmente lo que puede provocar procesos de estrés, ansiedad y desafección laboral que pueden llegar a provocar la disminución de su rendimiento laboral y de la productividad de la empresa así como un aumento del absentismo por bajas laborales.
Por el contrario, para otras muchas personas el trabajo aporta sentido a sus vidas, aumenta su autoestima, sienten que su labor es útil a los demás y encuentran un reconocimiento social. A través del trabajo, también se relacionan con otras personas, y encuentran cubiertas sus expectativas y deseos de mejorar y prosperar.
La satisfacción en el trabajo es un elemento esencial para lograr trabajadores eficaces, implicados y comprometidos con la organización y dispuestos a aportar innovación y mejoras.
Las encuestan demuestran que entorno al 30-60% de los trabajadores no están satisfechos en sus puestos de trabajo, aunque de éstos el 80-85% afirma que podría estarlo si cambiase algún aspecto de su trabajo.
Los principales motivos que alegan los trabajadores no satisfechos con su empleo son:
- su jefe no es un buen líder (29%);
- disconformidad con su remuneración (25%);
- falta de desafíos/retos/objetivos (17%);
- clima laboral negativo (17%);
- imposibilidad de aportar nuevas ideas/innovar (4%);
- falta de posibilidades de ascenso y promoción (4%);
- carencia de reconocimiento de los logros (4%).
Entre los principales factores de satisfacción laboral pueden mencionarse los siguientes:
- El tipo de trabajo.
- El estilo de mando.
- La responsabilidad.
- La carga de trabajo.
- El grado de autonomía.
- Las condiciones de seguridad y salud.
- El clima de trabajo.
- Las condiciones laborales básicas (salario, horario, conciliación…).
- El entorno y el espacio de trabajo.
- La posibilidad de aprendizaje.
- La diversidad y la variabilidad de tareas.
Todos estos son factores que en general provocan satisfacción o insatisfacción laboral, según el caso, en la mayoría de los trabajadores. No obstante, hay que decir que estos factores propios del trabajo no son absolutos y tienen su componente subjetiva en el sentido de que el mismo factor puede ser elemento de satisfacción laboral para unos trabajadores y de insatisfacción para otros.
Una adecuada gestión y organización de recursos humanos pasa por incidir en lo que se pueda sobre los factores que en general provocan satisfacción a la mayor parte de los trabajadores. No obstante, también debe tenerse en cuenta el componente particular de cada trabajador e incidir en ello para crearle un entorno lo más satisfactorio posible (o lo menos insatisfactorio). Lo ideal es tener unos trabajadores lo más satisfechos posible pero al menos debe lograrse que no tengan factores de insatisfacción.
El tipo de trabajo en sí mismo es un elemento principal para generar satisfacción o insatisfacción laboral. No obstante, el margen de maniobra con este factor es muy limitado, los trabajos son como son y es difícil hacerlos más atractivos de por sí. Particularmente complicado es generar satisfacción con actividades duras y penosas físicamente (minería, construcción, limpieza de algunos entornos como alcantarillas o mataderos, etc.). En estos casos, lo más que se puede hacer es que los trabajos, a pesar de su dureza intrínseca, se lleven a cabo en las mejores condiciones posibles de seguridad y salud y con medios y equipos modernos que aporten mayor comodidad y limiten en parte la dureza de los trabajos. También para reducir la insatisfacción intrínseca que pueden aportar estos trabajos es conveniente compensarlo con unas condiciones laborales adecuadas (horarios, descansos, permisos, conciliación, salarios, etc.).
Por el contrario, hay empleos que en sí mismos son gratificantes para muchos trabajadores, suelen ser trabajos intelectuales con alto grado de autonomía y con importantes componentes de innovación y creatividad que aportan un gran desarrollo personal y bienestar al trabajador. En estas actividades el trabajador suele implicarse por sí mismo más allá de su compromiso laboral e incluso pueden llegar a generar otro tipo de problemas como la adicción al trabajo, que pueden producir problemas en el ámbito familiar y social fuera del trabajo.
En general el trabajo físico de esfuerzo y de cierta dureza no suele generar satisfacción, aunque hay personas que por otros motivos (tradición familiar, vocación, etc.) sienten satisfacción y plenitud personal realizando estos trabajos.
Una de las principales fuentes de insatisfacción laboral es la percepción que tienen los empleados de sus jefes en cuánto a dirección y mando. Estilos autoritarios, rígidos, estrictos e inflexibles provocan desafección en los trabajadores hacía los jefes, llegando en muchos casos a provocar stress en los empleados.
Lo ideal son estilos más modernos, de liderazgo, basados en el ejemplo, la motivación, la comunicación asertiva, la coordinación, el reconocimiento y el desarrollo personal del trabajador.
La responsabilidad es un factor que a algunas personas les motiva y a otras les incomoda hasta llegar incluso a abrumarles y angustiarles.
Normalmente una carga de trabajo o exigencia elevada provoca agotamiento del trabajador e insatisfacción. Por ello, en los trabajos en los que se requiera un alto nivel de producción de forma continua y a ritmos elevados, es conveniente establecer medidas de carácter organizativo para limitar tales inconvenientes.
Del mismo modo, trabajos con una escasa carga de trabajo o en los que no se adapta el trabajo a las competencias y capacidades del trabajador también pueden provocar insatisfacción laboral.
En general a mayor grado de autonomía del trabajador para organizarse su trabajo se genera mayor satisfacción, no obstante, este factor depende en gran medida de cada persona. Hay trabajadores que se sienten más cómodos y rinden más y mejor si se les marca estrictamente lo que tienen qué hacer y hasta cómo lo tienen que hacer, y si se les permite cierta autonomía para actuar por sí mismos, suelen desorientarse y no saben como actuar. Otros en cambio presentan más oposición a la imposición y rinden mejor con mayor autonomía.
Las condiciones de seguridad y salud más que un factor de satisfacción, es un factor de insatisfacción en el caso de que no sean las adecuadas, o que el trabajador no las vea así. En actividades que puedan afectar la vida o la integridad del trabajador si no se cuentan con las medidas necesarias pueden producir un importante stress al tener que trabajar en esas condiciones.
Condiciones deficientes ergonómicamente también provocan a medio y largo plazo insatisfacción.
Un entorno agradable, limpio, aseado y cómodo, dentro de lo que se pueda y de acuerdo a las características del centro de trabajo, favorece una mejor disposición para el trabajo. Especialmente importante es este aspecto en los lugares y dependencias de uso común tales como comedores, salas de descanso, vestuarios, aseos, salas de reuniones, etc.
Es necesario recordar que además de la responsabilidad de la empresa en mantener estas condiciones de adecuada higiene, limpieza y salubridad, los trabajadores también deben participar y colaborar en esta materia.
Aspectos tales como el salario, el horario o las vacaciones, normalmente son los factores en los que suele pensarse en primer lugar cuándo de habla de satisfacción en el trabajo, sobretodo la remuneración económica. No obstante, las condiciones laborales básicas, se consideran más un factor de insatisfacción laboral en el caso de no ser las adecuadas según el trabajador más que un elemento de satisfacción por sí mismas.
Si el trabajador considera razonablemente que su salario no se corresponde con el que debería ser de acuerdo a su trabajo, funciones y responsabilidades, acaba siendo un elemento de insatisfacción importante. No obstante, un salario más alto no garantiza mayor satisfacción laboral. Normalmente en la mayoría de los casos, cuándo se produce un aumento del sueldo, durante un cierto tiempo sí se genera cierto entusiasmo en el trabajador y durante ese tiempo suele mostrar más actitud hacia el trabajo, no obstante, pasado un tiempo, esa motivación extra se va apagando y finalmente desaparece. Digamos que el trabajador se “adapta” a su nuevo salario y ya no lo ve como elemento motivador para trabajar más y mejor.
En cambio, si que suelen ser de gran utilidad las remuneraciones variables por objetivos, las cuales incentivan al trabajador en la consecución de dichos objetivos.
Lo que se desincentiva mucho a los trabajadores es lo que ellos puedan apreciar como diferencias en las condiciones laborales de empleados que ocupan los mismos puestos, con las mismas funciones e igual responsabilidad. La falta de equidad, especialmente en el aspecto salarial, es un factor muy desmotivante. También lo es la diferencia de trato en aspectos como la concesión de vacaciones, permisos, ausencias, puntualidad, etc.
Un aspecto especialmente importante hoy en día para lograr mayor satisfacción laboral de los trabajadores es sin duda las posibilidades de conciliación entre la vida laboral y personal/familiar.
Con los estilos de vida actuales y las características de las familias de hoy en día, la conciliación se hace prácticamente necesaria, no solo desde el punto de vista familiar o personal, sino también desde el punto de vista social y económico.
La posibilidad de tener más tiempo para poder atender a los hijos, poder participar de su educación y de su crianza, es un elemento que cada día tiene mucha más importancia para muchos trabajadores, y no solamente mujeres. Incluso es un elemento por el cual muchos trabajadores están o estarían dispuestos a sacrificar otros aspectos laborales.
Puede decirse que es de las pocas condiciones laborales que realmente es un factor en general de mayor satisfacción laboral.
El barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) refleja que al 45% de los españoles le resulta difícil realizar sus tareas familiares por la dificultad de compaginarlas con el trabajo.
España está entre los países de la Unión Europea con los salarios más bajos y las jornadas laborales más largas. Las estadísticas nos sitúan entre los países que más horas trabaja y menos productivo resulta.
La cultura del “presentismo” y calentar la silla es un error, por mucho que los empresarios crean que un empleado “presentista” está más comprometido con la empresa. No, lo que está es temiendo que si no se queda hasta el cierre, su puesto de trabajo peligre.
Según un informe del IESE Business, las empresas que concilian vida familiar y laboral consiguen trabajadores más implicados y satisfechos, un 19% más productivos y con una reducción del 30% del absentismo laboral.
Aparte de los permisos facilitados por la empresa (ampliación de los permisos de maternidad y paternidad, permiso para el cuidado de un descendiente/ascendente, excedencias…), existen medidas de organización del tiempo laboral que facilitan la conciliación; como el teletrabajo, jornadas intensivas, flexibilidad de horarios -que permiten entrar o salir con un margen para llevar a los niños/abuelos al médico o asistir a tutorías y funciones escolares- y políticas de luces apagadas (a una determinada hora de la tarde se desaloja el edificio como si fuera un simulacro) han demostrado que la conciliación es posible y rentable.
Por supuesto, la conciliación debe ir acompañada de medidas de carácter social y educativo para progresar en la igualdad entre hombres y mujeres en las labores y responsabilidades domésticas y familiares.
Los humanos por naturaleza somos seres curiosos con inquietud por saber y aprender, si se consigue despertar la vena del conocimiento en la mente humana, el aprendizaje genera un bienestar emocional y psicológico que incentiva a la persona a seguir y profundizar en la actividad de aprendizaje, que no necesariamente tiene que ser intelectual, puede ser también el aprendizaje de una habilidad manual.
A nivel laboral, lo interesante es tratar de involucrar lo más que se pueda a los trabajadores en procesos de aprendizaje de nuevas tareas y de actualización de conocimientos.
Sí que es cierto que hay algunos trabajadores reacios a los cambios y a la actualización de conocimientos, se sienten cómodos en sus tareas, no obstante es recomendable incentivar en lo que se pueda el aprendizaje (con rotaciones de puestos, nuevas tareas…) y siempre tratar de adaptar el método de aprendizaje a las características y competencias de cada trabajador.
Un buen clima de trabajo facilita una mayor satisfacción de los trabajadores, especialmente en el trato con compañeros, tanto a nivel personal como profesional. En lo que se pueda es muy conveniente promover y desarrollar el trabajo en equipo, que no solamente es repartir o compartir tareas.
Es conocido que los trabajos que suponen una comunicación frecuente con terceros (usuarios, clientes, público…) sufren a medio plazo un cierto agotamiento mental y, en algunos casos, procesos de stress, sobretodo si se atienden quejas y reclamaciones.
Estos trabajadores deben contar con ciertas aptitudes y habilidades para reducir el riesgo de carga mental y stress.
La monotonía es otro de los factores que mayor insatisfacción laboral causan, por ello debe promoverse, en lo que se pueda, la diversidad y la variabilidad de tareas.
Los trabajos manuales repetitivos (tipo cadena de montaje) son el paradigma de las tareas monótonas, pero también existen muchos trabajos considerados intelectuales que tienen un gran componente rutinario y monótono, como ciertos trabajos administrativos. Hay que tener en cuenta que por monótono debe entenderse cualquier actividad que se repita sin grandes variaciones, incluso ciertas profesiones consideradas muy cualificadas pueden acabar siendo monótonas y repetitivas.
Además de los factores del propio trabajo ya comentados, existen factores personales que inciden en el grado de satisfacción laboral que tengan los empleados, independientemente del trabajo que tengan y de las condiciones laborales.
Son factores que en gran medida están vinculados al carácter y a la personalidad de los trabajadores, forjada por múltiples factores; genéticos, educacionales, sociales, familiares, ideológicos, psicológicos…, y por ello mucho más difíciles de controlar y de incidir desde la empresa, aunque pueden tenerse en cuenta en algún aspecto como en la selección de personal, asignación de tareas, responsabilidades u objetivos, configuración de grupos, desarrollo de trabajo en equipo, etc.
El rasgo de personalidad que incide en mayor grado en la satisfacción personal en todos sus ámbitos, incluido el laboral, es la positividad o actitud positiva.
La actitud positiva es un factor clave para afrontar los diferentes lances que nos depara la vida y para conseguir los objetivos que nos marquemos superando los distintos obstáculos y adversidades con los que nos encontremos.
En última instancia, la consideración de cualquier hecho que intervenga en la vida de una persona depende de su propia interpretación. Sucede en todos los órdenes de la vida y también pasa por supuesto con el trabajo y todos sus factores asociados. Una actitud positiva ante la vida, hace que se reciba mucha menor insatisfacción de cualquier hecho o acontecimiento.
En el trabajo, como en la vida en general, la actitud con la que afrontamos los acontecimientos que nos suceden es vital para el resultado de nuestras acciones.
Los conocimientos y la experiencia consiguen buenos trabajadores pero para alcanzar la excelencia es necesaria además una actitud positiva.
No es sencillo encontrar una persona con una actitud positiva plena. La mayoría de las personas nos movemos en mayor o menor medida por motivaciones externas.
La principales características de una actitud positiva son:
- No temer ningún desafío o reto por difícil que parezca. Tener fe y confianza en sí mismo.
- Estar predispuesto siempre a extraer lo positivo de los acontecimientos (optimismo).
- No recrearse en lo negativo ni en los problemas sino en lo positivo y en las soluciones.
- Valorar positivamente cada suceso y cada paso de la vida por pequeño e insignificante que parezca, tratando de disfrutar en todo momento de todo cuánto nos suceda.
- Ser respetuoso, educado y cortés con las personas. Ser asertivo y honesto. Cumplir con lo prometido. Ser agradecido.
- No desear el mal ajeno aún cuando pueda favorecernos.
- Poner interés y empeño en hacer las cosas lo mejor posible.
- Estar dispuesto siempre a aprender de cualquier acontecimiento o persona, y a mejorar con ello.
- Ser tolerante con las formas de pensar de otras personas.
- Tratar de aunar esfuerzos con otras personas para la consecución de objetivos comunes.
- No desanimarse por ningún obstáculo o dificultad, recuperarse pronto de los fracasos y ser insistente en la consecución de nuestros objetivos.
- Ser disciplinado y perseverante.
- No recrearse en la queja ni en buscar culpables de lo que nos sucede.
- Ser proactivo, no esperar a que nos resuelvan los problemas, pensar en lo que nosotros podemos hacer para resolverlos, y hacerlo.
- En la medida de lo posible, tomarse las cosas con humor inteligente.
- Una persona con actitud vital positiva emana energía, vitalidad, transmite confianza y humanidad.
- No tiene grandes deseos ni ambiciones concretas, solamente el de disfrutar de lo que la vida le depara y el de aprender y mejorar como persona en todos los ámbitos.
- Trata de realizar las cosas bien por sí mismo sin esperar ni agradecimiento ni reconocimiento.
- Una persona con actitud positiva es la ideal para casi todo en la vida; como pareja, como amigo, como compañero de trabajo, como profesional…
- Por sí misma ya tiene la motivación suficiente para tratar de hacer las cosas lo mejor posible y mejorar cada día.
- El trabajo es una parte más de la vida que hay que agradecer y disfrutar y que hay que aprovechar para aprender y para forjarse mejores personas.
La mayoría de las personas tenemos ciertas actitudes positivas pero normalmente necesitamos motivadores externos para desarrollarlas.
Entre los principales motivos externos al trabajo qué pueden considerarse motivadores o alentadores para trabajar pueden mencionarse los siguientes:
- Para sostener económicamente a la familia.
- Por creencias religiosas o ideológicas.
- Cumplir con una obligación y responsabilidad social o moral.
- Por realización personal, para sentirnos útiles.
- Para aprender y mejorar.
- Para hacernos ricos.
- Para servir al progreso de la sociedad.
- Como terapia frente a problemas personales.
- Por autoestima, por reconocimiento.
- Para ser el mejor en algo.
- Para tener relaciones humanas.
- Para disfrutar, nos gusta nuestro trabajo.
- Por hacer un servicio social o humanitario.
Acciones para fomentar la motivación de los trabajadores:
- Establecer unas condiciones laborales adecuadas y justas. En particular un salario adecuado a la tarea que se realiza y en función de la responsabilidad que se tiene, pues aunque se trabaja por muchas razones que no son solamente las económicas, el dinero es un instrumento para satisfacer necesidades.
- Generar una visión del trabajo atrayente y retadora, con capacidad de ilusionar y estimular.
- Apoyarse en la autoridad moral y no hacer uso y abuso del poder.
- Lograr que los trabajadores dispongan de los recursos necesarios para realizar con calidad sus funciones.
- Respetar la dignidad personal y profesional de los trabajadores.
- Fomentar en los trabajadores una conciencia sobre la importancia de su trabajo para la producción de bienes y servicios y para el desarrollo de la economía, así como para la satisfacción de las necesidades de la sociedad y del ser humano en general.
- Facilitar el desarrollo humano y profesional de las personas, proporcionándole oportunidades de aprendizaje.
- Fomentar la autoestima, pues en muchas ocasiones la opinión que el individuo tiene de sí mismo y de la función que realiza, así como el reconocimiento que le brinda la sociedad a la labor que desempeña es un elemento motivador para realizar con mayor eficiencia su trabajo.
- Impulsar el espíritu de equipo, estableciendo las condiciones en las que las colaboraciones sucedan con facilidad y naturalidad.
- Fomentar la crítica constructiva de los trabajadores, facilitando las quejas y las reclamaciones.
- Involucrar a los trabajadores en resolución de problemas y en la toma de soluciones.
- Fomentar condiciones laborales atractivas que retengan a los empleados más productivos, así como alentar y estimular la creatividad.
- Fomentar y promover el optimismo y la actitud positiva ante el trabajo, los retos que se plantean y las dificultades que se presentan en el desarrollo del mismo.
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