El estrés y los riesgos psicosociales relacionados con el trabajo, junto con sus efectos negativos para la salud y las empresas, afectan a un número considerable de lugares de trabajo en Europa (EU- OSHA, 2014a, 2014b). Los cambios significativos que afectan a los lugares de trabajo a lo largo de las últimas décadas y que generan desafíos en materia de seguridad y salud en el trabajo (SST) incluyen los desarrollos mundiales sociopolíticos, como el aumento de la globalización y la creación de un mercado libre, los avances de la tecnología de la información y comunicación, los nuevos tipos de disposiciones contractuales y sobre el tiempo de trabajo, así como los cambios demográficos significativos (EU-OSHA, 2007). En un contexto sociológico más amplio, la vida de trabajo se ve afectada por la aceleración general del ritmo de vida, lo que contribuye a la intensificación del trabajo, una presión del tiempo constante, la multitarea y la necesidad de obtener nuevos conocimientos para mantener la situación actual (Rosa, 2013). Además de estos cambios estructurales y a largo plazo, la actual crisis económica está poniendo una creciente presión tanto en los empleadores como en los trabajadores para que sigan siendo competitivos.
Muchos de estos cambios ofrecen oportunidades para el desarrollo. No obstante, cuando se gestionan de forma incorrecta, aumentan los riesgos psicosociales y generan efectos negativos sobre la seguridad y la salud. La bibliografía de investigación ha sido coherente en concluir que las características del lugar de trabajo afectan al nivel de estrés y al número de problemas de salud que experimentan los trabajadores (Sparks et al., 1997; Sverke et al., 2002; Stansfeld y Candy, 2006).
Según la Encuesta de población activa de la Unión Europea, en el periodo 1999-2007 casi el 28 % de los participantes, que se corresponden aproximadamente a 55,6 millones de trabajadores europeos, informó de que su bienestar mental se había visto afectado por la exposición a los riesgos psicosociales. El factor de riesgo seleccionado de forma más común fue tener demasiado poco tiempo y demasiado trabajo (23,0 %). Entre los trabajadores con problemas de salud de índole laboral, el 14 % informó de que «el estrés, la depresión o la ansiedad» era el problema de salud más grave (Comisión Europea, 2010). Asimismo, en la quinta Encuesta europea sobre las condiciones de trabajo (Eurofound, 2012), aproximadamente el 45 % de trabajadores comunicó que había experimentado, durante los tres años anteriores, algún tipo de cambio organizativo que afectó a su entorno de trabajo y el 62 % comunicó que trabajaba con plazos ajustados. Los responsables son conscientes de esta cuestión y la Encuesta Europea de Empresas sobre Riesgos Nuevos y Emergentes (ESENER; EU OSHA, 2010a) indica que el 79 % de los responsables europeos se encuentran afectados por el estrés en sus lugares de trabajo. Al mismo tiempo, menos del 30 % de las organizaciones en Europa disponen de procedimientos que tratan el estrés el acoso y la violencia por parte de terceros en el lugar de trabajo. ESENER demostró que más del 40 % de los responsables europeos consideran que el riesgo psicosocial es más difícil de gestionar que los riesgos SST «tradicionales» (EU-OSHA, 2010a).
Los empresarios tienen la responsabilidad jurídica de reducir los riesgos en materia de seguridad y salud de los trabajadores, la cual deriva de la Directiva marco (89/391/CEE), en la que se incluyen los riesgos psicosociales. No obstante, en muchas organizaciones existe una percepción errónea de que tratar los riesgos psicosociales supone un desafío y que se incurrirá en costes adicionales cuando, de hecho, las pruebas sugieren que si no se abordan estos riesgos esto puede ser aún más costoso para los empleadores, los trabajadores y las sociedades en general (Cooper et al. 1996; EU-OSHA, 2004; Bond et al. 2006).
Fuente: EUOSHA