El uso y la comercialización de amianto están prohibidos desde el año 2002 pero no es obligatorio eliminar el que está colocado si no ha llegado el fin de su vida útil.
Sin duda, los mayores riesgos del amianto en la actualidad los sufren las personas trabajadoras que participan en las tareas de desamiantado, pero también todas aquellas que, de manera inesperada, se pueden encontrar con el amianto sin tener suficiente formación, en especial en tareas de mantenimiento y reformas de edificios e instalaciones, así como de buques o trenes.
Con esta publicación el Issga quiere ofrecer una herramienta que sirva de ayuda y dé unas pautas básicas de actuación para evitar que estos materiales encontrados de manera inesperada puedan poner en riesgo a personas trabajadoras o terceras personas por desconocimiento de la posible presencia de amianto o por actuar de manera imprudente.
Esperamos así ayudar a mejorar la información y a concienciar al empresariado y personal trabajador gallego sobre los riesgos que pueden generar los materiales con amianto instalados y su prevención.