Determinar la idoneidad de una situación higiénica concreta, con unas pocas mediciones, dada la enorme variabilidad de las exposiciones entre días y dentro de una misma jornada, siempre ha sido un reto para el higienista; lo era con la primera versión de la norma europea EN 689 y lo seguirá siendo con la nueva versión, ya revisada EN 689:2018+AC en 2019.
Hay que agradecer a la estadística que sea posible afrontar ese reto con garantías, utilizando unos recursos más bien moderados, si se tiene en cuenta que con esas pocas mediciones (muestra) se pueden sacar conclusiones sobre un número enorme de exposiciones futuras.
Entre las principales novedades que aporta esta UNE-EN 689:2019 se pueden destacar las siguientes: a) Se evaluará siempre por grupos de exposición similar (GES), un único trabajador puede constituir un GES; b) la agrupación que se haga de trabajadores expuestos para constituir los GES se validará mediante técnicas estadísticas, una vez realizadas las mediciones; c) la muestra mínima de un GES son tres exposiciones, desaparece la posibilidad de decidir conformidad con el valor límite (VL) con un única medición; d) la prueba estadística para tamaños de muestra iguales o superiores a seis cambia, se establecen intervalos de confianza sobre la fracción 95 (P95) en lugar de hacerlo sobre el valor promedio de las exposiciones y se fija un nivel mínimo de confianza del 70%; e) el tratamiento estadístico de los resultados de mediciones por debajo de la sensibilidad del método de medida cambia y f) aunque la prueba de conformidad resulte favorable hay que medir periódicamente.
En definitiva, se puede afirmar que en esta nueva versión de la norma hay más rigor estadístico y mayor seguridad para el trabajador, a cambio de un coste superior del diagnóstico higiénico que la Comisión Europea ha considerado asumible, una vez superada aquella primera etapa de asimilación de la prevención en la que arrancó la primera versión de la norma.