Una vida sedentaria a partir de los 50 años aumenta el riesgo de desarrollar fragilidad en la vejez. Por eso motivo, los geriatras recomiendan mantener una vida activa que incluya actividad física regular, una dieta equilibrada y un entorno social favorable que ayudarán a evitar la dependencia en el futuro.
La fragilidad es un síndrome geriátrico independiente que sufren sobre todo las personas mayores y que se caracteriza por la pérdida de peso, la pobre actividad física, el cansancio y la marcha ralentizada.
En la web ConSalud.es entrevistan sobre la fragilidad a Leocadio Rodríguez Mañas, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe y ex presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) y a La doctora Marta Castro, geriatra del Hospital Universitario de Getafe.