El objetivo de ESENER-2 es averiguar cómo se gestionan realmente la seguridad y la salud —y, en particular los riesgos nuevos y emergentes, como los de tipo psicosocial— en organizaciones de cualquier tamaño, incluidas las microempresas con 5-10 empleados. Las preguntas de la encuesta iban dirigidas a la persona de la empresa con más conocimientos sobre seguridad y salud en el trabajo (SST). Los encuestados identificaron los mayores factores de riesgo en su organización y describieron cómo se abordaban. También facilitaron información sobre las razones por las que se gestiona el riesgo en sus empresas, y sobre las principales dificultades a las que se enfrentan para evaluar los riesgos en el lugar de trabajo.
El factor de riesgo más común entre los notificados es tener que tratar con clientes, pacientes, alumnos, etc. difíciles (el 58 % de los centros de trabajo de la EU-28), lo que refleja en parte el crecimiento continuo del sector de los servicios. Los factores que causan trastornos musculoesqueléticos (TME), como las posturas que producen cansancio o dolor y los movimientos repetitivos de la mano o el brazo, se citan muy a menudo en todos los sectores de actividad.
Los resultados indican que un 76 % de los centros de trabajo de la UE-28 efectúan evaluaciones de riesgos periódicas, y de ellos, un 90 % las consideran una manera útil de gestionar la seguridad y la salud. Hay diferencias notables a escala nacional en la proporción de empresas que realizan la evaluación de riesgos con personal interno, y las que contratan para ello los servicios de proveedores externos. La utilización de personal interno varía del 76 % en Dinamarca al 7 % en Eslovenia. Aunque el tamaño del centro de trabajo tiene una gran influencia, en algunos Estados miembros incluso las empresas más pequeñas suelen realizar evaluaciones de riesgos con personal interno.
Otra conclusión clave es que un nivel elevado de participación (sea formal o informal) de los trabajadores es un indicador importante de buena calidad del trabajo, incluida la calidad de la gestión de la SST en general y la gestión de los riesgos psicosociales en particular.
El marco jurídico actual en materia de SST es de 1989, fecha de adopción de la Directiva marco sobre salud y seguridad en el trabajo (Directiva 89/391 CEE) y como en la anterior edición de ESENER, el motivo más frecuente para gestionar la SST fue el cumplimiento de las obligaciones legales (85 % de las empresas de la EU-28), aunque una alta proporción de encuestados mencionaron también como motivo cumplir las expectativas de los empleados y sus representantes (79 %) y evitar las multas de la inspección de trabajo (78 %). ESENER-2 facilita asimismo información sobre si las empresas perciben la gestión de la SST como una carga, lo cual es muy importante para programas en curso como REFIT[1]. Ante la pregunta de si la complejidad de las obligaciones legales en esta materia se consideran un obstáculo para la gestión de la SST, los resultados varían entre el 67 % en Italia y el 14 % en Lituania. Dado que todos los Estados miembros se rigen por la misma legislación a escala de la UE, estas cifras reflejan las distintas situaciones existentes a escala nacional y ponen de relieve la importancia de la legislación nacional, las estructuras de apoyo y otros recursos.