[pullquote]Cada año mueren en el mundo cerca de un millón doscientas cuarenta mil personas por accidente de tráfico y entre 20 y 50 millones sufren lesiones no mortales. Los accidentes de tráfico son la octava causa de muerte a nivel mundial y la primera para los jóvenes de 15 a 29 años[/pullquote] Aunque en los últimos años los Estados han realizado esfuerzos para reducir los accidentes de tráfico y sus consecuencias, se estima que cada año mueren en el mundo cerca de un millón doscientas cuarenta mil personas por accidente de tráfico y entre 20 y 50 millones sufren lesiones no mortales. Los accidentes de tráfico son la octava causa de muerte a nivel mundial y la primera para los jóvenes de 15 a 29 años, lo que conlleva una considerable cantidad de años potenciales de vida perdidos. Los fallecimientos y las lesiones a causa de las colisiones de tráfico suponen un gran impacto para los individuos, las familias, las comunidades y las economías nacionales. Para estas últimas se calcula que en los países con bajos y medios ingresos el coste de los accidentes de tráfico está entre el 1% y el 2% de su PIB, es decir unos 100 mil millones de dólares al año.
Las tendencias actuales sugieren que para el año 2030 los accidentes de tráfico se convertirán en la quinta causa de muerte mundial, acentuándose más la disparidad existente entre los países con altos y bajos ingresos. Sin embargo, hay evidencias que muestran que se pueden conseguir grandes logros en la prevención de accidentes cuando se concentran y coordinan intervenciones integrales a nivel nacional, como ha sucedido en Australia, Canadá, Francia, Países Bajos, Suecia y el Reino Unido, donde se han implementado medidas en relación al comportamiento del usuario, la seguridad de los vehículos, la del entorno y la atención post accidente.
Además de los traumatismos causados por el tráfico, el aumento del mercado de vehículos de motor ha tenido otras repercusiones negativas en la salud humana y el medio ambiente mundial. La disminución del empleo de vehículos de motor fomentando el uso de formas seguras y menos contaminantes, como son los desplazamientos a pie y en bicicleta y el uso del transporte público, tendrían beneficios comunes en la salud y en la reducción de los traumatismos relacionados con el tráfico.
Fuente: DGT