La conducta y la cognición constituyen un proceso activo y continuado. Las personas somos agentes activos que, sin cesar, estamos realizando tareas que conducen a la consecución de objetivos relacionados con necesidades y deseos. Desde el momento en que nos levantamos, nos sumimos en una continua serie de actividades: aseo, desayuno, desplazamientos, trabajo, compras, actividades recreativas… Además, cada época de la vida está relacionada con situaciones específicas, como la escuela, el trabajo, la pareja, los hijos, los nietos, la jubilación… En esta serie de actividades, las necesidades y los deseos de una persona se relacionan primariamente con su bienestar físico y mental dentro del entramado social. [pullquote]El envejecimiento no debe distanciarse de la realidad de las actividades del día a día, aunque estas se adapten a la situación específica de cada individuo y de la época de la vida. [/pullquote]Estar activo es vivir plenamente y mantener el cuerpo en una situación saludable y optimizada, que previene la dependencia.
El manual de la Obra Social de La Caixa Vive el envejecimiento activo recoge las últimas aportaciones e investigaciones que se están realizando en torno a este tema. Redactado con un lenguaje sencillo, persigue dar a conocer cómo funciona nuestro cuerpo – y nuestro cerebro en particular -, y cuáles son los efectos sobre uno y otro de envejecer. Asimismo, pone al alcance de todos herramientas para saber detectar la diferencia entre envejecimiento natural y enfermedad, lo que nos ayudará a desterrar estereotipos y prejuicios que nuestra sociedad tiene respecto al envejecimiento.