¿Celebrar el cumpleaños de la ley de prevención?
En realidad el hecho mismo de celebrar el aniversario de una ley ya nos pone en sobreaviso de que posiblemente tengamos un serio problema. ¿Recordáis que se haya celebrado el cumpleaños de alguna otra ley? Yo la verdad que salvo la celebración habitual del aniversario de la constitución, no recuerdo algún otro. Lo que suele ocurrir con las leyes es que una vez que se publican todos se olvidan de ellas, simplemente se cumplen en mayor o menor medida, si caso asistimos a algún debate previo a alguna reforma legal, pero poco más. Nadie celebra los cumpleaños de las leyes.
Por tanto si esta celebración cuanto menos es extraña tendríamos que hacernos preguntas, ¿Por qué en el mundo de la prevención le damos tanta relevancia a algo como el nacimiento de una ley, que en principio no tendría por qué tenerlo? O dicho en sentido negativo ¿Qué ocurría en el mundo de la prevención de riesgos si no existiera la ley 31/1995?
Si hacemos suspensión de juicio sobre la ley de prevención, la primera pregunta que podríamos hacernos los que trabajamos de técnicos de prevención sería lógicamente la cuestión por nuestra propia subsistencia ¿la empresa en la que trabajo me mantendría en mi puesto? Si la respuesta es negativa entonces es evidente que a nuestra empresa solamente le somos de utilidad en tanto que le ayudamos a salvar las apariencias de legalidad, pero no porque nuestra nuestro quehacer diario como técnico de prevención les pueda reportar algún tipo de beneficio adicional. Si esto es así entonces creo que tenemos que replantearnos nuestra profesión, porque si lo que hacemos carece de utilidad para la empresa, con independencia de la ley, entonces es muy probable que no esté bien hecho, porque la empresa es el lugar de lo útil y práctico por antonomasia. Por tanto si no cambiamos o no se cambia me temo que tarde o temprano empezaremos a sobrar.
“hay trescientos sesenta y cuatro días en los que puedes conseguir regalos de no-cumpleaños, y solamente uno para regalos de cumpleaños, como sabes”
Lewis Carroll
Por ejemplo, si no existiera la ley de prevención. ¿Pensáis que algún empresario mandaría voluntariamente a sus trabajadores a que asistieran a una formación inicial sobre riesgos y medidas preventivas del puesto de trabajo? Si la respuesta es no, entonces es evidente que la formación que impartimos carece de utilidad para el trabajo, por tanto tendríamos que replantearnos el modo de hacer formación, porque es muy posible que no lo estemos haciendo bien. Y de este modo podemos extendernos en cada una de las actividades que realizamos: coordinación de actividades, investigación de accidentes, propuestas de medidas…etc.
Llegados a este punto alguien me podría decir, el problema no es de los técnicos de prevención sino de las empresas que por lo general carecen de la cultura preventiva necesaria y otras cosas por el estilo. A esto tendría que decir que si la empresa carece de ese interés por la prevención de por sí, seguramente sea porque no ha encontrado utilidad o beneficio alguno en ello. Por tanto nuestro ingrato trabajo previo tiene que ser el de tratar de cambiar la perspectiva no solo del empresario sino de la sociedad en su conjunto, tenemos que empezar a ser propulsores de cambio, no asalariados de la prevención sino activistas de la prevención. De lo contrario me temo que no tenemos nada que hacer, salvo de momento continuar ayudando a salvar las apariencias.
Alguien me podría decir, tu reflexión solo ha tenido en cuenta al empresario pero no al trabajador que es el principal beneficiario de la ley de prevención. Y estaría en lo cierto. Podemos hacer el mismo ejercicio pero ahora adoptando la perspectiva del trabajador.
Si no existiera la ley de prevención de riesgos es evidente que el trabajador dejaría de tener una serie de derechos que pensamos que son importantes: información, formación, consulta, participación, protección eficaz etc. ¿Pero realmente los trabajadores de vuestras empresa reivindicarían como propios esos derechos? Pongamos el caso ¿algún trabajador de vuestra empresa se pondría en huelga porque no ha recibido el documento de información de los riesgos de su puesto de trabajo? Si la respuesta a esta pregunta es no, posiblente sea porque ese documento carezca de la utilidad necesaria para la salud del trabajador. Si no existiera la ley de prevención ¿algún trabajador se pondría en huelga porque no pueda asistir alguna de las formaciones en prevención que solemos impartir? Si aún así esa formación la impartiéramos nosotros, con nuestros propios recursos, gratuitamente con acceso libre para cualquier trabajador ¿asistirían muchos trabajadores?
Podríamos hacer ese mismo ejercicio con todas las actividades que llevamos a cabo. Si la respuesta es no, lo mismo después de 20 años de la ley de prevención tendríamos urgentemente que empezar a re-construir nuestra actividad, porque me temo que es un signo manifiesto de que nos estamos equivocando de camino.
Después de 20 años de la ley de prevención lo mismo ha llegado el momento de empezar a olvidarnos de ella y empezar a hacer las cosas como si no existiera la ley de prevención, eso sí sin olvidar el objetivo último que debe movernos a todos, el logro de la salud en el trabajo, entendida esta como estado de bienestar integral de la persona. Sólo en este ámbito, que nótese que ya no es de lo legal, sino simplemente de lo ético, nuestro quehacer puede llegar a tener pleno sentido.