AMIANTO y CRISOTILO nos rodean por doquier, se encuentran ocultos en los materiales de la construcción y de los hogares en los que vivimos, techos, tejas, tuberías, incluso en los termos que utilizamos para beber, frenos y embragues, arandelas, juntas, lámparas de jardín, en el fibrocemento, en baldosas, azulejos y en los respaldos de las láminas de vinilo. Cada vez que lijamos un material de este tipo lo más probable es que al hacerlo se liberen fibras al aire que puedan contaminar nuestro organismo, lo mismo ocurre con las láminas de vinilo cuando las quitamos. Las cañerías de vapor, las calderas y los conductos para hornos también cuentan con dicho material, todos estos elementos se encuentran aislados con mantas de asbesto (amianto) o cinta de papel del mismo material. Las juntas para puertas de hornos y estufas de leña o carbón, junto con los tableros de fibra prensada, contienen amianto; los últimos se utilizan como aislamiento alrededor de las calderas y estufas. Estos elementos pueden desprender fibras al aire cuando se corten, rompan, lijen, o rasguen. Créase o no, el asbesto está por todas partes, cuando decidimos remodelar nuestra casa y llevar a cabo procesos de insonorización o decoración es muy probable que estemos en contacto con dicho material. Los rociadores que se aplican en las paredes o los cielos rasos contienen amianto; los materiales flojos o dañados por el agua pueden soltar fibras de asbesto. Los techos, las tejas, los enchapados de paredes externas hechas de asbesto-cemento contienen amianto, por eso se aconseja no serruchar ni perforarestos materiales.