“Un e-mail del jefe, ¿qué querrá a estas horas?”, pensaba Luis. “Nos ha entrado un pedido de última hora de bastante dinero”, indicaba el e-mail. “Es una empresa extranjera, con tres trabajadores, que estarán trabajando la tarde del 5 enero en el Centro Comercial del polígono sur. Les piden un montón de papeles, ya sabes…, les he dicho que estarías a las 12hr. Es imposible contactar con ellos antes, encima no tienen ni teléfono ni ordenador, la petición del servicio nos ha venido por carta. Tienes que entregarles la evaluación, darles una formación…Escucha, que son de Oriente… pero que como tú estás estudiando inglés seguro que te entiendes bien con ellos. Bueno lo de siempre. Muy fácil, además el trabajo es muy simple y sin riesgos”
“Otra tarea de última hora”, pensaba Luis. “¿Pero, ¿cómo voy a hacer ésto?, ¿qué quiere, que vaya allí con una evaluación hecha sin conocer bien las tareas y que me la firmen…?, ¿y de qué riesgos les voy a informar?, ¿cómo me voy a hacer entender…? Otro día que salgo tarde. Estoy cansado de trabajar así, todo corriendo y mal; haciendo servicios low cost… Desde que despidieron a mi compañero y me quedé sólo ya no doy abasto. No se valora el trabajo del técnico, mi jefe el primero. Espero no se alargue el tema, le prometí a mi hija que le llevaría a ver la cabalgata de Reyes”
A la mañana siguiente en las cercanías de un Centro Comercial…
“Melchor, date prisa que no llegamos, hemos quedado con Luis a las 12:00”. “Ya voy”, dijo Melchor. “Mi camello está muy cansado, no puedo ir más deprisa. Cada vez los niños piden más regalos y los pobres no pueden cargar con tanto peso”.
Luis, consultaba sus e-mails en el móvil, cuando escuchó su nombre. Al levantar la cabeza vio ante sí a los Reyes Magos en sus camellos. “Hola, ¿eres Luis?”, dijo Gaspar. “Ehhhh sí”, consiguió decir Luis. “Perfecto, nosotros somos los Reyes Magos”, prosiguió Gaspar, “hemos quedado para que nos des un curso nos han dicho…vamos dentro que hace frío y no tenemos tiempo que perder”. “Yo había quedado con una empresa de mensajería que iba a hacer entrega de regalos esta tarde”, dijo Luis. “Claro chico, somos nosotros quienes entregamos los regalos, quien pensabas si no”, indicó Baltasar.
“¡Pues no hay tiempo que perder!” dijo Luis, emocionado al poder participar en este encargo tan especial. “Lo primero que tenéis que hacer es explicarme vuestras tareas, ¿qué venís a hacer hoy al Centro Comercial”. “Nosotros venimos a entregar juguetes a los niños, algunos están en los sacos que portan los camellos, otros están en las estanterías”, indicó Melchor. “Ya veo, dijo Luis, “Manipulación manual de cargas, riesgos de caída al mismo nivel, cortes al abrir sacos, golpes al manipular embalajes…”. “¡Ay, no te olvides de los camellos!”, exclamó Baltasar. “Muchas veces, cuando les damos de comer, nos llevamos alguna mordedura en la mano como ahora.” “¿Pensáis que es una tarea muy cansada?, les preguntó Luis. “Bueno, es un poco estresante porque los días antes a la noche del 5 en las que vamos a las casas de los niños, recorremos todos los centros comerciales y ayuntamientos. A aquellos sitios donde no llegamos, no ayudan los pajes, pero los niños se ponen muy tristes si no ven a los Reyes así que intentamos llegar a todas las partes”, indicó Gaspar.
“Bueno chicos. Cuando terminéis de cambiaros os daré una formación sobre prácticas seguras para que evitéis estos golpes o caídas de los que hemos hablado. Además, tengo aquí una nota para que os explique la actuación en caso de emergencia. Será una horita”, les explicó Luis.
Al término los Reyes Magos le dieron las gracias por la formación recibida, que les pareció muy interesante y le hicieron entrega de un obsequio especial…
“Luis, tenemos algo para ti”, dijo Baltasar. “Te preguntarás por qué te hemos elegido como técnico de prevención para hacer esta tarea. Tu hija nos indicó en su carta que quería que te entregáramos tu regalo antes de la entrega oficial en el centro comercial. Temía que al final no recibieras el regalo porque no habías podido acompañarla al quedarte trabajando, como ha pasado otras veces”.
“Si… están siendo épocas muy duras de trabajo. Es imposible conciliar”, dijo con un tono triste Luis. Al abrir el regalo, encontró dentro una Agenda del 2016. En la primera hoja se leía “Querido papi, el año pasado no pudimos estar muchas tardes juntos; algunos días ni te pude ver… Para que el 2016 pasemos más ratos en familia, te regalo esta agenda mágica, donde apuntarás un montón de actividades chulas a hacer con mamá, los abuelos, los vecinos… y conmigo. Tu hija Sonia, que te quiere mucho.
“Muchas gracias chicos”, dijo Luis emocionado. “Pero corre ves a darle un abrazo a tu hija que, seguro está haciendo cola expectante con el resto de niño”, le dijo Gaspar. “No olvides: cuida lo que tienes, supera aquello que te hace sufrir y lucha por lo que quieres”.
Feliz Navidad y próspero 2016!!