Metodología AMFE para la prevención de riesgos laborales
Integración AMFE-FINE
El sistema AMFE (Análisis Modal de Fallos y Efectos) fue introducido formalmente a finales de los años 40 para usarlo por las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Más adelante fue utilizado también en el desarrollo aeroespacial, con el fin de evitar fallos en pequeñas muestras y experimentos. En los años 60 alcanzó su primer boom y en los 70 Ford lo introdujo en la industria del automóvil para mejorar la seguridad, la producción y el diseño.
Actualmente, la metodología AMFE es utilizada en un gran número de industrias, incluyendo la de fabricación de semiconductores, softwares, alimentaria y sanitaria. Está integrado en la planificación avanzada de la calidad de los productos (APQP-Advance Product Quality Planning) para ser utilizada como herramienta con el fin de disminuir el riesgo y el tiempo de las estrategias preventivas, en todo el ciclo del APQP (es decir: planificación, diseño, desarrollo del producto, validación del producto, industrialización y producción).
El método FINE, creado por el matemático William T. Fine y publicado en 1971, como método de evaluación matemática para el control de riesgos, consiste en la determinación del nivel estimado de riesgo potencial a partir de la multiplicación de tres factores: consecuencia, exposición y probabilidad. Cada factor tiene un valor dependiendo de las características del puesto, los sistemas de seguridad instalados, los equipos de protección utilizados, etc.
El AMFE es una metodología enfocada en asegurar la calidad y no tengo ninguna duda de que la seguridad y salud de los trabajadores está dentro de lo que llamamos ‘calidad empresarial’. El AMFE, mediante el análisis sistemático, contribuye a la identificación y prevención de modos de fallo, tanto de un producto como de un proceso/servicio. Contextualizándolo en el ámbito de seguridad, tenemos una metodología que puede identificar las posibilidades que tiene un proceso/servicio de causar daños al trabajador en su luga0r o puesto de trabajo, o un producto al usuario final.
Por tanto, sabiendo cómo pueden fallar los productos, procesos y servicios, podremos saber qué repercusiones tiene que no funcionen; podremos analizar por qué falla y consecuentemente idear un plan de acciones para evitarlo.
En definitiva, el AMFE es la herramienta que investiga de manera sistemática los puntos potencialmente débiles de productos, procesos y servicios, para después cuantificarlos y evaluar su riesgo. Una vez analizado esto, podrán adoptarse las acciones correctoras y preventivas correspondientes. El AMFE persigue introducir en las empresas la filosofía de prevención.
El problema es que siempre ha sido utilizado pensando en términos de calidad: para evitar que la pieza sea defectuosa, que la máquina se estropee o que la cadena de distribución se rompa en alguna parte. La seguridad es, y debe ser considerada, un aspecto relevante dentro de lo que habitualmente llamamos calidad, y, por tanto, esa filosofía de prevención es también válida para la prevención de los daños derivados del trabajo.
Otro de los objetivos de esta metodología es obtener la satisfacción del cliente interno y externo, eliminando así las no conformidades del cliente externo y los despilfarros en los que puede incurrir por no atender adecuadamente al cliente interno. Seguir leyendo artículo completo.
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