En la sentencia dictada por la jueza de lo Penal 1 de Ferrol se considera probado que el 15 de junio de 2012, un trabajador sufrió un accidente laboral cuando estaba cortando un perfil de aluminio en una cizalla, al quedarle atrapada la mano derecha en la prensa hidráulica que estaba manipulando.
El percance fue debido a que el acusado estableció un procedimiento de trabajo inseguro al permitir que sus empleados manipulasen la máquina introduciendo los perfiles de aluminio sin trabarlos o ajustarlos con el pisón.
La jueza reseña, asimismo, que no consta que el trabajador hubiese recibido formación específica para manejar la máquina, la cual es de uso común en su categoría profesional. A consecuencia de los hechos relatados, el obrero sufrió la amputación del quinto dedo de la mano derecha y el arrancamiento de la tercera falange del cuarto dedo de la misma mano, además de tener una lesión del nervio extensor del tercer dedo y de quedarle afectadas las partes blandas del dorso de la mano. Tras cuatro días de hospitalización y 409 días impedido para sus ocupaciones habituales, la víctima arrastra secuelas que le dificultan la realización de tareas de la vida cotidiana y de su actividad laboral como conductor de camión.