El albaricoque es de color amarillo, aunque tiene ligeras tonalidades rojas en su piel. Su excelente calidad, aroma y sabor refrescantealivian la sed de forma natural, nutritiva y saludable. Dado su exquisito dulzor y su perfumada fragancia, los albaricoques se consumen principalmente como fruta fresca bien maduros. Esta deliciosa fruta puede consumirse a cualquier hora del día: sola, pelada o con piel, en ensalada, macedonia, cócteles, mermeladas, repostería, sorbetes y helados, como aperitivo, en postres, ensaladas…
El aporte energético del albaricoque es bajo comparado con otras frutas, por su cantidad de agua y reducidos hidratos de carbono. Es abundante en fibra por lo que mejora el tránsito intestinal. Tiene un alto contenido mineral, principalmente potasio, y también en provitamina A (beta-caroteno), de acción antioxidante. El beta-caroteno se transforma en vitamina A cuando nuestro organismo lo necesita, vitamina muy beneficiosa para la visión, la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular. El albaricoque también tiene una buena cantidad de magnesio, que regula el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad.
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