
Esta vez, me acerco a la sede del IMF Business School (IMF) para entrevistar a Carlos Martínez, su director general, que acaba de recoger el Premio Prevencionar al Mejor Profesional en Prevención del Año 2016.
Antonio Hernández (AH) – ¿Cómo se llega del derecho a la prevención de riesgos laborales?
Carlos Martínez (CM) – Yo empecé mi carrera en la prevención casi por accidente. Nada más acabar la carrera de derecho un señor que había montado una academia para impartir el master en prevención de riesgos laborales me dio la oportunidad de incorporarme al mundo de la prevención dando cursos de nivel básico. Estoy hablando del año 1998 o 1999. Así que ya ha llovido.
Siempre he enfocado mi carrera como técnico en el ámbito de la gestión fundamentalmente, o de los recursos a la inspección, etcétera. Con lo cual a pesar de venir del mundo del derecho me he incorporado bien a la prevención porque no me he metido nunca en una obra construcción o en la industria pesada. Eso ha hecho que ese perfil jurídico pueda aportar mucho en el mundo de la prevención
AH – ¿Qué le ha aportado dar clases en prevención de riesgos laborales?
CM – Llevo dando clases en prevención veinte años, diecinueve para ser más exactos. Es la manera de formarse continuamente. Te obliga a estar al día de novedades, noticias, etcétera.
Por otro lado, ves las necesidades del técnico y los trabajadores. Lo que me ayuda a mejorar la tesis doctoral que estoy haciendo y la docencia.
Siempre he pensado que la docencia mezclada con la experiencia profesional es la combinación perfecta. Porque los académicos dentro del ámbito universitario, que tienen una experiencia académica tremenda, les falta la parte empresarial, para mi, para un alumno, lo que le puedan transmitir está incompleto.
AH – Comienza a dar clases en prevención y ¿cuál fue el siguiente paso?
CM – En el año 1999 me incorporo como técnico del Servicio de Prevención Propio de una correduría de seguros, AON Carvajal. Estuve en esa correduría cuatro años acabando como Responsable del Servicio de Prevención Propio.
En esa época, mientras era el responsable, seguía dando clases en distintos centros que en aquel momento estaban homologados por la autoridad laboral para impartir el master de prevención. De forma que detecté que lo que podía hacer para terceros lo podía hacer para mí mismo. Por aquel entonces me ocupaba de solicitar la autorización de los cursos, de buscar a los profesores, el material docente lo había desarrollado yo. Entonces veía que tenía todo lo necesario para hacerlo para mí mismo.
En el año 2001 mi mujer y yo montamos la escuela de negocios, IMF, y el master de referencia de esta escuela de negocios, que lo sigue siendo, el master de prevención de riesgos laborales.
AH- ¿Qué aprendió en la trayectoria de técnico a responsable del servicio de prevención en una empresa?
CM – Cuando tú eres responsable entiendes muchas cosas que cuando eres técnico te cuesta más entender. Es decir, aprendes a ponerte en los zapatos del que tienes enfrente cosa que cuando no has ocupado el puesto te resulta más difícil de entender. Tienes una visión más global de todo.
Es ahí cuando empiezas a profundizar en la gestión de personas en concreto, que es, quizás, una de las labores más difíciles para un técnico. Porque al final los técnicos trabajamos con personas y creo que durante muchos años se ha cometido el error de fijar mucho el discurso en el “saber hacer” y nos hemos fijado poco en el “saber ser” y en el “saber estar”.
¿Qué quiero decir con esto? Nos hemos preocupado mucho de que el técnico se sepa el [Real Decreto (R.D. a partir de este momento)] 486 o el [R.D.] 1215 de memoria pero se nos ha olvidado enseñarle competencias básicas, lo que se llaman competencias suaves. Como empatía, comunicación, resistencia, agilidad. Porque con el palo conseguimos cosas, el palo tiene que estar, pero nuestro fin es cambiar comportamientos y para eso tenemos que tener esas competencias suaves. Para ejercer un liderazgo emocional que realmente no sea el punitivo que hemos venido desarrollando en prevención de riesgos laborales.
AH – ¿Entiendo que el master de prevención lo hiciste al acabar la carrera?
CM – Lo hice el año 1998 en ICADE, creo que fui la primera o segunda promoción, cuando se publicó el R.D. de los Servicios de Prevención. Cuando empezamos todavía no tenía la autorización porque todo estaba todavía muy en pañales
AH – ¿Cuánto tardas en llegar a Responsable del Servicio de Prevención?
CM – Unos tres años y ocupé el puesto durante dos años. Ahí aprendes a manejarte con las mutuas. En aquel momento las mutuas gestionaban muchos servicios relacionados con la prevención. Aprendes a salir de tu micromundo, que es tu empresa, y a relacionarte. Fue una experiencia muy enriquecedora.
AH – También tiene un MBA por el Instituto de Empresa ¿con el master de prevención no es suficiente?
CM – Si quieres ocupar un cargo directivo o de responsabilidad necesitas un complemento de gestión empresarial. Porque gestionamos personas y una unidad de negocio.
Tengo la sensación que con la formación de técnico que viene recogida en el reglamento no es suficiente para poder ejercer esa labor. De ahí que en el año 2006 me apuntase para tener esa experiencia y esa formación.
AH – ¿Dónde más ha ido adquiriendo esas competencias de liderazgo?
CM – En la experiencia del día a día. Llevo liderando el proyecto de IMF desde el 2002. Mi última etapa en AON coincidió con su génesis. He ido aprendiendo gestión con la experiencia y poco a poco. Empezamos tres personas y ahora somos unas 150 personas en plantilla y la compañía factura 15 millones de euros.
Siempre hemos sido una empresa de tamaño mediano que se ha orientado en cuanto a su valor añadido a la formación y la docencia en prevención de riesgos laborales. Después de tantos años, el master de prevención sigue siendo nuestro master estrella.
AH – ¿En qué debería fijarse una persona que está buscando un master en prevención de riesgos laborales para comenzar su carrera profesional en este área?
CM – Lo primero que sea oficial universitario. Hay centros que están ofreciendo títulos propios que pueden tener problemas para que les certifique para a ejercer esta función.
Luego tendría en cuenta la metodología. A un recién licenciado le recomendaría un master presencial. A alguien que está trabajando que tiene cargas familiares y que tiene una vida personal más complicada lo podría hacer on-line. La metodología debe elegirse en función de las circunstancias de cada persona.
Luego están los profesores. Y la marca de la entidad. Que tenga convenios con universidades y sellos de calidad. Y, por supuesto, el nivel de los compañeros con los que puede interactuar. Todos sabemos que las relaciones, el networking, es parte importante de un master. Ver el perfil de alumnos que se matricula en el master y que sean lo más parecido al nuestro en cuanto a necesidades e inquietudes.

“Sin duda hay futuro en el sector de la prevención”
AH – ¿Qué te gustaría que se llevaran las personas que pasan por el máster de IMF?
CM – Que tengan la sensación de que han aprovechado el tiempo y que la inversión que han realizado ha merecido la pena. Que cuando presenten su trabajo fin de master digan “Me ha merecido la pena”. Para mi es la mayor satisfacción que puedo tener.
AH – He visto en su curriculum que tiene muchos premios ¿cómo de importantes son los premios para un profesional de la prevención?
CM – Los premios, en verdad, no valen de nada, para serte sincero. Simplemente te gustan, te congratulan, porque te lo dan los compañeros de profesión. Pero más allá de eso no tienen mayor importancia. No debemos pensar que porque alguien tenga muchos premios es más importante que alguien que no los tenga.
¿Por qué los tengo yo? Porque tengo mucha visibilidad, un bagaje profesional importante, una compañía que me respalda sin la cual ninguno de los premios hubiese sido posible. Estoy totalmente agradecido de haberlos recibido, pero hay cosas más importantes que los premios.
AH – ¿Cómo sería una carrera en prevención que se empezase hoy?
CM – En gran medida va a depender de las inquietudes de ese técnico. Si tiene ganas de emprender, mi primera recomendación es que se montase algo por su cuenta. Una auditora, una consultora o una empresa de formación. Es el camino más seguro para salir adelante y crear riqueza.
Si no se tiene esa inquietud, no pasa nada. Hay muchas salidas. Se puede trabajar en una empresa auditora, en un servicio de prevención propio, en un servicio de prevención ajeno, en una mutua.
El abanico [de oportunidades laborales] es amplio y dependerá de las inquietudes de esa persona.
AH – ¿Para las labores de auditoría o consultoría no sería mejor adquirir previamente una experiencia?
CM – Sí, pero se puede adquirir en la misma auditora o servicio de prevención. En algún momento tiene que ser el minuto uno. Si te incorporas a una entidad auditora en un primer momento no vas a firmar las auditorías, no vas a aparecer como protagonista de esa auditoría. Irás de acompañante. Irás aprendiendo. Es un ciclo formativo que se adquiere con la experiencia profesional y que en unos años te llevará a hacer esas auditorías. Es un proceso gradual de aprendizaje.
AH – Hablas de técnicos porque que es la titulación que da IMF pero ¿cuántos profesionales sanitarios llegan a esta escuela
CM – Muy pocos. Tenemos muchos más alumnos de Geografía, de Historia, de Filosofía, de Filología que médicos cuando el único profesional que puede tener las cuatro especialidades [preventivas] es el médico.
Pienso que es también un tema de oferta y demanda. Los médicos del trabajo, habitualmente, no tienen problema para encontrar trabajo. Es un profesional demandado, que encuentra hueco en el mercado laboral, y eso hace que se relaje en cuanto a la adquisición de competencias para ampliar su radio de actuación dentro de la empresa.
AH – ¿Les aconsejarías a los especialistas en medicina del trabajo que lo hicieran?
CM – Claro. Aunque solo fuera por el gustazo de tener las cuatro especialidades. Eso solo se lo pueden permitir los especialistas en medicina del trabajo. Si hay un profesional completo en el mundo de la prevención es el médico del trabajo con las cuatro especialidades. Nadie puede hacer eso sino es un médico. Desde mi punto de vista la expansión natural de las competencias de un médico es especializarse en las otras disciplinas.
AH – ¿Hay futuro en el sector de la prevención?
CM – Sin duda hay futuro. Es verdad que hemos pasado unos años de “travesía en el desierto” con sueldos muy bajos. Un mercado de precios muy bajos por parte de los servicios de prevención, pero yo pienso que poco a poco esta situación va cambiando.
La salida de las mutuas del mercado de la prevención ha sido positivo para el conjunto del sector. Antes se jugaba con los servicios con cargo a cuotas, sobre todo cuando se trataba de grandes empresas.
La liberalización total del sector va a tener un impacto positivo. Sobre todo, para los servicios de prevención más pequeños que ya no tiene a los servicios más grandes que jugaban con ventaja. Poco a poco la facturación de los servicios de prevención va a crecer y, pienso, que también los sueldos de los técnicos.
AH – ¿La concentración que se está produciendo va a favorecer el desarrollo de los profesionales de la prevención?
CM – Creo que sí. La concentración permite optimizar costes y dar un mejor servicio a menor precio, más márgenes y probablemente podrán pagar un poquito mejor.
Al final este es un servicio en el que vendemos materia gris. No vendemos tornillos, no vendemos tuercas. Entonces, lo que estamos vendiendo es la materia gris del técnico que viene a visitarme y que me hace el trabajo.
AH – ¿Tiene mercado esa materia gris?
CM – Vamos a ver, aunque sea porque tenemos una legislación que nos obliga [hay mercado]. La ley no la podemos obviar. La economía, ahora, está creciendo, las empresas están creciendo, eso es una oportunidad para los técnicos de prevención.
AH – La rigidez de la legislación española frente a la de otros países europeos ¿nos favorece o nos entorpece?
CM – Fue muy difícil digerir toda la legislación que salió de golpe. Pero, pienso que por el nivel educativo que tenemos en España, eso de que “la letra con sangre entra” es cierto. ¿Cuándo ha dejado la gente de fumar en los sitios? Cuando le han dado un estacazo en los bares que se dejaba fumar. ¿Cuándo se han reducido el número de accidentes [de tráfico]? Cuando se nos han empezado a quitar puntos por conducir mal.
Es muy difícil desde un primer momento concienciar. Ahora ya nos hemos acostumbrado a que hay que ponerse el cinturón [en el coche] incluso en la parte de atrás. Pero al principio, yo siempre pienso que por nuestro carácter, debemos ser estrictos y sancionar. Y después, poco a poco ir relajando porque irá entrando dentro de la cultura.
AH – ¿No ha llevado esto a intentar cubrir el mínimo legal al menor coste precarizando el sector?
CM – Sí. Pero quiero ser positivo. Como llevo en esto muchos años, yo sí que veo que estamos evolucionando de una prevención para evitar la sanción a hacer una prevención para evitar el accidente.
Conozco a mucha gente y hago visitas en las que me encuentro con empresarios que piensan que esto de la prevención les va a hacer más rentables y más productivos.
AH – ¿Dónde lo ha visto?
CM – Lo he visto sobre todo en grandes compañías de sectores de especial peligrosidad, para serte sincero. En un bar, no lo he visto. En una mercería, no lo he visto. Pero sí en aquellos sitios que son más susceptibles a tener accidentes.
AH – A medida que se produce la integración de la prevención en las empresas ¿cómo van a ser los servicios de prevención propios?
CM – Creo que si la economía crece el sector tiene que crecer. Si la economía crece, crece el número de empleados y crece el número de empresas. Es de sentido común. Si se crea empleo tiene que haber más negocio en el mundo de la prevención.
AH – ¿Cuál sería el paso que debería dar un profesional en prevención con experiencia si quiere seguir desarrollándose?
CM – Si quiere ocupar puestos directivos, un MBA estándar o un MBA dirigido a la dirección de empresas de prevención, que los hay. O dirigirse hacia el mundo del peritaje judicial que es un sector que está creciendo, hay más demanda. Desde luego es una extensión natural de nuestra profesión. Sobre todo en el caso de personas que tiene formación más jurídica, ingenieril, psicológica o médica. Hay distintas vías de crecimiento más allá de la formación reglada.
Yo también soy partidario de que el técnico se recicle continuamente en temas tan importantes y peligrosos como es ATEX o plataformas elevadoras. Ese tipo de operaciones complejas que no siempre dominamos.
AH – ¿La formación continúa es importante?
CM – Por supuesto. Tenemos que estar al día en avances tecnológicos. La prevención es muy grande. Tenemos que intentar ser lo más completos posible.
AH – ¿Cuál es la importancia de las asociaciones en prevención? ¿Cómo deberían ser? ¿Qué deberían promover?
CM – La asociaciones de los servicios de prevención que yo conozco, tal vez, no han conseguido las cosas que se proponían en un principio. Tal vez deberían haber hecho un lobby para mejorar el estado del sector. Porque el sector ha sufrido mucho, fundamentalmente los servicios de prevención pequeños.
En cuanto a las asociaciones de técnicos, la única comunidad que tiene un colegio de técnicos es la de Valencia. No hay ninguna otra comunidad que haya querido seguir ese modelo. Pero si realmente queremos seguir liderando la prevención tendríamos que luchar por crear un lobby
AH – En esta entrevista ¿qué me ha faltado por preguntarle o qué le hubiera gustado que le preguntara?
CM – Quizás ¿por qué me dedico a esto de la prevención? ¿Por qué alguien decide matricularse en un master de prevención? Yo entiendo que alguien que trabaja en prevención es porque le gusta trabajar con personas. Le gusta trabajar por la sociedad. De hecho encuentro cierta vocación social en el trabajo de prevención que no está suficientemente reconocida. Es un trabajo que si lo hacemos bien, y nos dejan hacerlo, estamos evitando muertes por accidentes de trabajo. Para hacer este trabajo es indispensable que tener ese punto de vocación social porque, desde luego, no se hace por dinero.
AH – ¿Qué quiere decir con que te dejen hacerlo?
CM – Muchas veces los técnicos quieren hacer un trabajo determinado, de una manera determinada y bien por injerencia empresarial o por injerencia del servicio de prevención para el que trabajamos al final no puede ser. Hay temas políticos, económicos o de otra índole.