Todos llevamos sobre nuestras espaldas, una “mochila genética”, que con frecuencia está cargada de diferentes factores relacionados con un mayor riesgo cardiovascular, y que es lo que se ha venido a denominar nuestro genotipo.
Sin embargo, un estilo de vida saludable puede contrarrestar parcialmente el componente genético del riesgo coronario, y conseguir modificar la expresión de ese genotipo, esto es, nuestro fenotipo. Los factores medio ambientales, incluido el medio ambiente laboral o condiciones de trabajo, -en donde pasamos un tercio de nuestra vida-, así como los hábitos y estilos de vida tienen un elevado peso como determinantes de nuestra salud física, mental y social. O sea, que la sartén está en nuestras manos, y podemos dar la vuelta a la tortilla, inhibiendo nuestro genotipo y potenciando la expresión de un fenotipo saludable.
La evidencia científica en este sentido, está ampliamente contrastada, y podemos afirmar con rotundidad, que la adherencia a un estilo de vida saludable puede reducir considerablemente el riesgo de enfermedad arterial coronaria a pesar de haber un riesgo genético elevado para eventos coronarios.
Según los datos publicados en un reciente estudio1, si uno tiene un riesgo genético elevado y un estilo de vida poco favorable, el riesgo a 10 años de tener un ataque al corazón es de cerca de 11%, pero si tienes un riesgo genético elevado y un estilo de vida favorable, el riesgo a 10 años es de solo 5%, lo que sugiere que uno podría reducir más de un 50% su riesgo genético al adherirse a un estilo de vida saludable. ¿Vale la pena cambiar la mochila?
Los diferentes modelos o sistemas de gestión de empresa saludable, como el modelo viBmas de SGS, constituyen una herramienta muy importante para la promoción de la salud en y desde el lugar del trabajo, contribuyendo a promover organizaciones saludables y trabajadores con actitudes saludables, en definitiva, organizaciones generadoras de Bienestar y Salud, empresas seguras, saludables y sostenibles.
Entonces, ¿qué factores deberíamos introducir en la mochila #CardioSaludable?
En mi opinión, y basado en la evidencia disponible, no pueden faltar al menos estos 4 elementos: Tabaquismo ausente, no obesidad, regularidad de ejercicio y dieta saludable.
Aquellas personas que trabajan que tuvieran tres o más de estos factores los consideramos con un estilo de vida favorable, los que tienen dos factores tendrían un estilo de vida intermedio y finalmente, aquellos con uno o sin factores tendrían un estilo de vida no favorable, toda una bomba de relojería, donde el genotipo y el fenotipo tendrían el mismo nivel de riesgo.
Según el estudio mencionado, los investigadores encontraron que el riesgo relativo de un evento coronario incidental, fue 91% más alto en aquellos participantes con el riesgo genético más elevado que en aquellos con el riesgo genético más bajo (OR: 1,91; IC 95%: 1,75 – 2,09).
Sin embargo, también encontraron que cada uno de los factores del estilo de vida, se asoció con una disminución del riesgo de eventos coronarios: tabaquismo ausente (OR: 0,56; IC 95%: 0,47 – 0,66), no presentar obesidad (OR: 0,66; IC 95%: 0,58 – 0,76), actividad física regular (OR: 0,88; IC 95%: 0,80 – 0,97), y dieta saludable (OR: 0,91; IC 95%: 0,83 – 0,99).
Podemos concluir que por lo menos para un ataque cardiaco, el ADN no es el determinante, inclusive si uno está en un riesgo genético elevado, uno también tiene la posibilidad de controlar una parte de ese riesgo al adherirse a un estilo de vida saludable.
La implantación efectiva de modelos de gestión de empresa saludable, facilitan sin duda, a escoger este segundo camino, más aún, si se incluye como estrategia empresarial como elemento indispensable de la visión y misión de la empresa.
1.- Khera AV, Emdin CA, Drake I, et al. Genetic risk, adherence to a healthy lifestyle, and coronary disease. N Engl J Med2016; 375:2349-2358.
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