[perfectpullquote align=”full” cite=”” link=”” color=”” class=”” size=””]Según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, las políticas de control del tabaco, incluidos los aumentos a los impuestos y precios del tabaco, pueden generar ingresos significativos y así apoyar la financiación de iniciativas de salud y desarrollo.[/perfectpullquote]
Estas medidas también pueden reducir ampliamente el consumo del tabaco y proteger la salud de la población de las principales causas de muerte en el mundo, tales como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, la industria tabacalera y el impacto mortal de sus productos cuestan a las economías mundiales más de 1 billón de dólares anualmente en gastos de atención sanitaria y pérdida de productividad, según los resultados publicados en The Economics of tobacco and tobacco control. Actualmente, alrededor de 6 millones de personas mueren anualmente como consecuencia del consumo de tabaco, y la mayoría vive en países en desarrollo.
La monografía de casi 700 páginas examina la evidencia disponible sobre dos amplios temas:
• La economía del control del tabaco, incluido el consumo y el cultivo del tabaco, la fabricación y el comercio, los impuestos y los precios, las políticas de control y otras intervenciones para reducir el consumo de tabaco y sus consecuencias; y
• Las repercusiones económicas de los esfuerzos mundiales contra el tabaquismo.
“El impacto económico del tabaco en los países y en el público en general es enorme, como lo demuestra este nuevo informe”, señaló el doctor Oleg Chestnov, subdirector general de la OMS para las enfermedades no transmisibles y la salud mental. “La industria tabacalera produce y comercializa productos que matan a millones de personas prematuramente, roban a las familias las finanzas que podrían haber sido utilizadas para la alimentación y la educación, e imponen inmensos costos sanitarios a las familias, comunidades y países”, afirmó.
A nivel mundial, hay 1.100 millones de fumadores de tabaco de 15 años o más, con alrededor del 80% viviendo en países de ingresos bajos y medianos. Aproximadamente 226 millones de fumadores viven en la pobreza.
La monografía, citando un estudio de 2016, indica que mundialmente la recaudación fiscal anual por impuestos a los cigarrillos podría aumentar en 47%, o 140.000 millones de dólares, si todos los países elevaran los impuestos especiales en unos 0,80 dólares por paquete. Además, este aumento a los impuestos incrementaría en un 42% los precios al por menor de los cigarrillos, lo que daría lugar a una disminución del 9% en las tasas de tabaquismo y hasta 66 millones menos de fumadores adultos.
Las principales conclusiones incluidas en la monografía son:
- La carga en salud y económica del consumo de tabaco a nivel mundial es enorme y es soportada de manera creciente por los países de ingresos medios y bajo (LMICs por sus siglas en inglés). Alrededor del 80% de los fumadores del mundo viven en LMICs.
- Existen políticas y programas efectivos para reducir la demanda de los productos de tabaco y las muertes y enfermedades asociadas a su consumo, pero estas intervenciones están subutilizadas. El Convenio Marco para el Control de Tabaco de la OMS (CMTC) proporciona el marco basado en la evidencia para la acción gubernamental para la reducción del consumo de tabaco.
- Las políticas y programas para la reducción de la demanda de los productos de tabaco son altamente costo-efectivos. Estas intervenciones incluyen incrementos significativos de los impuestos y precios del tabaco; prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco; advertencias sanitarias grandes y con imágenes; establecimiento de ambientes libres de humo en todos los lugares públicos y de trabajo por ley y programas de cesación de base poblacional para ayudar a las personas a dejar de fumar. En 2013-2014, los impuestos al tabaco generaron a nivel mundial 269 mil millones de dólares americanos en ingresos para los gobiernos. De ellos, menos de mil millones se invirtieron en el control de tabaco.
- El control del comercio ilícito de los productos de tabaco es la política esencial desde el lado de la oferta para reducir el consumo de tabaco y sus consecuencias sanitarias y económicas. En muchos países, los altos niveles de corrupción, la falta de compromiso para abordar el comercio ilícito y la ineficacia de las aduanas y la administración tributaria, tienen un papel igual o mayor en la evasión de impuestos que los impuestos a los productos y la fijación de precios. El Protocolo para eliminar el comercio ilícito de tabaco del CMCT aplica herramientas, como el sistema internacional de seguimiento y trazabilidad, para asegurar la cadena de suministro de tabaco. La experiencia de muchos países muestra que el comercio ilícito puede ser abordado con éxito, incluso cuando se incrementan los impuestos y precios del tabaco, con el resultado de mayor recaudación fiscal y una reducción del consumo de tabaco.
- El control del tabaco no perjudica a las economías. El número de empleos dependientes del tabaco ha estado cayendo en la mayoría de los países, principalmente debido a la innovación tecnológica y la privatización de las empresas que anteriormente eran de propiedad estatal. Las medidas de control de tabaco , por lo tanto, tendrán un impacto modesto sobre el empleo relacionado, y no generarán pérdidas de empleo neto en la gran mayoría de los países. Los programas de sustitución del tabaco por otros cultivos ofrecen a los productores opciones alternativas de cultivo.
- El control de tabaco reduce la desproporcionada carga sanitaria y económica que el consumo de tabaco impone a los pobres. El consumo de tabaco se concentra cada vez más en los pobres y otros grupos vulnerables.
- Hay avances en el control de la epidemia mundial de tabaquismo, pero se requieren esfuerzos concertados para asegurar que los avances se mantengan o aceleren. En la mayoría de las regiones, la prevalencia del consumo de tabaco está estancada o está disminuyendo. Sin embargo, el aumento del consumo de tabaco en algunas regiones, y el potencial de aumento en otras, amenaza con socavar el progreso mundial en el control del tabaco.
- El poder de mercado de las compañías se ha incrementado en los últimos años, creando nuevos desafíos para los esfuerzos en el control del tabaco. En el 2014, 5 compañías tabacaleras representaron el 85% del mercado mundial de cigarrillos. Si bien las políticas dirigidas a limitar el poder de mercado de las compañías tabacaleras no han sido en gran medida evaluadas, pero podrían ser prometedoras para reducir el consumo de tabaco.
Para acceder a la monografía completa en inglés ingrese en: www.who.int/tobacco/publications/economics/nci-monograph-series-21/en/