Vivimos una auténtica esquizofrenia (separación de la realidad) en las empresas, en la medicina, y en la vida en general.
Nos seguimos olvidando que las personas somos una totalidad bio (físico) psico (mente) social (contexto).
¿Por qué entonces cuando enviamos a trabajadores a una revisión preventiva al SPA solo evaluamos lo bio y olvidamos lo psico y lo social?
Lo que decía, una esquizofrenia en toda regla.
Además de ser una infracción legal, puesto que la ley 31/1995 de prevención de riesgos laborales recoge la obligación de prevenir los factores psicosociales.
Al focalizarnos solo en la salud física (la parte biológica del ser humano) podemos encontrar informes de “apto” que obvian si existe también una homeostasis emocional (mente) y social (relaciones con compañeros, jefes y subordinados) “apta”.
En caso de riesgo latente dejamos a la deriva las consecuencias igual que si lo hubiésemos hecho con parámetros físicos.
Todos conocemos daños psicosociales como mobbing, acoso sexual, despido interior, zombies, ataques de ansiedad, depresión, etc.
Estos daños no se producen de la noche a la mañana. Son fruto de un proceso que lleva gestándose hace semanas, meses, años…
¿Tanto cuesta analizar los niveles de cortisol e inmunoglobulina A en sangre, orina o saliva para detectar altos niveles de estrés?
Si además hacemos preguntas dirigidas a identificar si hay un patrón de alteración de sueño, irritabilidad y relaciones laborales desadaptadas, es fácil detectar posibles problemas psicosociales.
Por supuesto esto es solo un screening. Habría entonces que profundizar, seguir haciendo pruebas, etc. Igual que en un proceso de evaluación fisiológico.
¿Cuánto cuestan luego las bajas psicológicas, la desmotivación o las luchas internas que deterioran la atención al cliente?
Y no quedan ahí los “daños colaterales” de no abordar estos problemas de forma adecuada ya que, cuando se deteriora demasiado lo psicosocial, podemos llegar a los tribunales.
Para que tenga que ser un juez o jueza quien aporte “soluciones” a algo que se podía haber prevenido.
¿Y lo psicosocial, no es salud?