Autor: Satur Villajos Nieto – Bombero del Ayto de Toledo – TS.PRL – Técnico Especialista en Máquinas Herramienta – Perito judicial en PRL – Representante del sindicato USO.
La división, el individualismo y la competitividad, entre organizaciones, solo han contribuido a la dispersión, la des regularización, y la precariedad de los servicios de bomberos en España. La existencia de servicios de prevención propios o ajenos, y la implementación de medidas de prevención de riesgos laborales, en los parques de bomberos, han experimentado un considerable desarrollo desde que apareció la Ley de PRL en 1995. No obstante, la falsa creencia de que la LPRL, no se aplicaba en el contexto de nuestro trabajo, junto con la extendida costumbre, en este colectivo, de asumir riesgos, más allá de lo necesario, por el simple hecho de trabajar en una profesión, a la que podríamos denominar “multi riesgo”…, crea la imperante necesidad, de una profunda revisión y reflexión, de la situación actual, en materia de seguridad y salud.
La necesaria información y posterior formación en PRL, en este colectivo de trabajadores, implica necesaria y legítimamente, a las respectivas administraciones, así como a todos los trabajadores, dada la urgente necesidad de desarrollar entre todos, una correcta y cualitativa evaluación de riesgos profesionales en nuestro trabajo. Con este espíritu constructivo y de unidad, sin el condicionante de las siglas, nació hace un año el (GTPB), Grupo de Trabajo Prevención Bomberos, estamos convencidos, que entre todos, podemos y debemos, disminuir los accidentes, así como las enfermedades profesionales en este colectivo.
La evaluación de riesgos, es el punto de partida de la prevención, es el instrumento fundamental de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, debiéndose considerar no como un fin, sino como un medio, que debe permitir al empresario tomar una decisión, sobre la necesidad de realizar, todas aquellas medidas y actividades, encaminadas a la eliminación o disminución, de los riesgos derivados del trabajo. En este sentido, la correcta gestión de la prevención, es nuestra mejor herramienta, para conseguir evitar o minimizar dichos riesgos.
Una evaluación de riesgos correctamente realizada, por técnico competente, puede y debe servir, como base fundamental o punto de inflexión, para conseguir el objetivo final, de prevenir todos los riesgos, (incluidos los psicosociales). De una evaluación de riesgos completa y correctamente realizada, por técnico competente, deriva la verdadera y efectiva, planificación de la actividad preventiva, así como su posterior implantación y seguimiento para prevenir accidentes, incidentes y enfermedades profesionales, con todas sus consecuencias positivas, tanto para la organización, para los trabajadores, como para la sociedad en general. Sin embargo, una evaluación de riesgos, efectuada incorrectamente o incompleta, puede derivar a que la situación en la organización empeore, por no haber implantado las medidas adecuadas o suficientes, y en su momento. Sin una correcta y completa evaluación, difícilmente podremos realizar una verdadera, objetiva y efectiva prevención.
La evaluación de riesgos tiene como objetivo principal, identificar exhaustivamente los riesgos asociados al puesto de trabajo, en este caso nos referimos a la actividad de bombero,… siendo necesario para ello, investigar o estudiar a fondo previamente, tanto el puesto de trabajo, como los equipos de trabajo que se utilizan durante la actividad, para así poder identificar correctamente después, los diferentes, numerosos y especiales riesgos, de esta peculiar profesión.
Al objeto de poder realizar, una evaluación de riesgos laborales, que identifique correctamente y evalúe el mayor número posible de riesgos, a los que puede estar expuesto un bombero, en su puesto de trabajo o durante el desarrollo de su actividad, es necesario que dicha evaluación, sea específica y cualitativa, la cual se lleve a cabo por técnico competente, esté clasificada y/o estructurada en bloques diferenciados, estos trataran de aglutinar las diferentes actividades y riesgos asociados a las mismas, durante su realización, dichos bloques aunque diferenciados, se deben encontrar inter relacionados entre sí.
Estos bloques los podríamos clasificar en los siguientes apartados:
* BLOQUE 1 – EVALUACIÓN DE RIESGOS DEL CENTRO DE TRABAJO.
*BLOQUE 2 – EVALUACIÓN DE RIESGOS EN LAS INTERVENCIONES, DE LAS DIFERENTES URGENCIAS Y EMERGENCIAS, PRÁCTICAS Y MANIOBRAS, DEL PUESTO DE TRABAJO BOMBERO.
*BLOQUE 3 – EVALUACIÓN DE RIESGOS, DERIVADOS DE LOS VEHICULOS DE EMERGENCIAS, CONSIDERANDO Y ATENDIENDO ESTOS, COMO EQUIPOS DE TRABAJO AUTOMOTORES O NO, Y QUE SE UTILIZAN EN LAS ACTIVIDADES DE LOS BOMBEROS, SEGÚN R.D 1215/1997, DE 18 DE JULIO. ANEXO II DISPOSICIONES RELATIVAS A LA UTILIZACIÓN DE LOS EQUIPOS DE TRABAJO.
En lo que se refiere al bloque 1, evaluación en el centro de trabajo, se debería tener en cuenta a la hora de realizar la evaluación, que los servicios de bomberos cuentan con diferentes puestos de trabajo y cada uno de ellos, presenta factores de riesgo diferentes. Estamos hablando de una actividad “multiriesgo”, la cual implica riesgos o tensiones físicas o mentales importantes. Profesión que contempla riesgos inherentes, al trabajo nocturno y a turnos, así lo reconoce el artículo 8, letra b) de la Directiva Europea 2003/88, desarrollada por el nuevo RD. 311/2016, en su artículo 33.
Respecto al punto 2, Evaluación en vehículos de bomberos. El R.D 1215/97, establece las condiciones mínimas, que dichos equipos de trabajo deben presentar, para ser utilizados por los trabajadores, sin que peligre su integridad física, (mantenimiento peventivo, antigüedad, revisiones, estado de conservación…etc). Estadísticamente muchos de los incidentes y accidentes, que ocurren en los servicios de bomberos, están directa o indirectamente relacionados con el uso y manejo de dichos equipos de trabajo, entre los que se encuentran los vehículos, los cuales transportan a su vez máquinas y herramientas peligrosas, por lo tanto, es fundamental la correcta y completa realización de dichas evaluaciones, con el fin de eliminar o minimizar, todos aquellos factores de riesgos, que sean potencialmente susceptibles de poder provocar un accidente.
El tercer bloque, es el que posiblemente resulta más imprescindible, poder contar con una evaluación específica y cualitativa, con el fin de evitar todos los riesgos, e implantar en consecuencia, las correctas y oportunas medidas preventivas, porque es precisamente donde el bombero está más expuesto, a un gran número de riesgos, que no podrán ser eliminados en origen, por lo tanto cobran especial relevancia, disponer de los pertinentes procedimientos de trabajo, derivados de las oportunas, correctas y cualitativas evaluaciones de riesgos.
En cuanto a los criterios y métodos de evaluación podemos utilizar entre otros, el método desarrollado por el INSHT, que basa la estimación del riesgo para cada peligro, en determinación de la potencial severidad del daño y sus consecuencias así como la probabilidad de que este ocurra.
Tanto si la evaluación se realiza por un Servicio de Prevención Ajeno (SPA), como por un Servicio de Prevención Propio, (SPP) sería aconsejable que el técnico en PRL, encargado de la evaluación, además de ser técnico competente en la materia, tuviera formación como mínimo, en tres especialidades. La evaluación de riesgos del puesto de bombero, es compleja y multidisciplinar, por lo tanto los riesgos están intrinsecamente relacionados entre si.
Podemos entender como “Técnico Competente”, aquél título en PRL, universitario o no, que ha desarrollado su formación, en materias o ramas técnicas, es decir, obviamente es preferible que la formación del TS.PRL que se dispone a realizar una evaluación de riesgos en un parque de bomberos, tenga directamente una información, lo más técnica o aproximada posible, de la actividad que se trata, ¿Quién es técnico competente en PRL, dependiendo de la actividad a evaluar? otra gran laguna, que la propia Ley 31/95, no aclara o determina convenientemente.
Por último, considerar como punto importante de referencia, en este sentido, el excelente trabajo realizado por nuestro compañero, Julián Moreno, bombero del Consorcio de Málaga, 24 años de experiencia en esta profesión, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, Coordinador del Servicio de Prevención Propio, de dicho consorcio de bomberos, Psicólogo Clínico y Auditor de normas ISO. Considerando que se trata de un trabajo, objetivo y práctico, el cual puede servir de guía o referencia, puesto que se consigue profundizar y a la vez resumir, poniendo de manifiesto e identificando, de manera metódica, acertada y objetiva, todos y cada uno de los riesgos, a los que estamos expuestos diariamente los bomberos, en nuestro puesto de trabajo, así como en las diferentes intervenciones en las que actuamos..
Considero que el trabajo, realizado por nuestro compañero Julián, experto y buen conocedor de esta profesión, puede servir de guía o referencia a cualquier técnico competente, para conseguir realizar, una correcta y completa evaluación de riesgos laborales, en cualquier parque de bomberos.
Me consta, que existen desgraciadamente algunas evaluaciones de riesgos, que no han sido realizadas cualitativamente por técnicos competentes, a veces dicho trabajo, no se ha efectuado de forma totalmente correcta o completa, en algunas ocasiones no se han incluido los riesgos psicosociales, en otras no se han evaluado los vehículos, como equipos de trabajo automotores, tampoco se evalúan las prácticas o maniobras, no siempre en las evaluaciones, se contemplan los riesgos biológicos, radiológicos y químicos…etc. En algunos casos, los resultados no son precisos ni objetivos, bien sea por falta de voluntad política o técnica, escasa o nula participación de los trabajadores, en ocasiones por falta de información, entre otras cosas, también quizá sea por la carencia de presupuesto, para planificar y desarrollar la actividad preventiva, bien por desconocimiento o falta de estudio previo en profundidad, sobre los riesgos específicos de la actividad a evaluar, la propia cualificación del técnico, o simplemente por posibles criterios subjetivos del mismo, así como la utilización del método correcto y adecuado, a la actividad que se pretende evaluar.
En definitiva un cúmulo de factores, que pueden contribuir, a que se agraven los problemas, se generen otros nuevos, y estos a su vez, deriven en conflictos o riesgos psicosociales adicionales imprevistos, no contemplados en principio, o bien que las medidas preventivas resultantes, no sean suficientes o adecuadas. Concluyendo, sería una lástima, que la actividad preventiva implantada, no consiguiera al final, evitar o minimizar los riesgos, por falta de un apropiado sistema en gestión de la prevención, con el consiguiente seguimiento, para su verdadero y correcto cumplimiento.
Evidentemente, los bomberos y bomberas de este país, tenemos mucho que decir en materia preventiva, porque desde nuestra profesión se pueden contemplar, por suerte o por desgracia, muchos riesgos que se deben evitar. He aquí la importancia, de que un “Técnico Competente en la Materia”, realice desde un principio, una correcta, completa y cualitativa evaluación de riesgos laborales, en el puesto de bombero.
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