Para ejercer un liderazgo saludable es necesario ser consciente de dónde pones tu atención, aunque no suficiente. Además, es clave que seas consciente de la intención de tu atención. Es decir, de la actitud que imprimes a la hora de focalizar tu atención: ¿curiosidad, aceptación, juicio, reproche, perfeccionismo, aprendizaje, reafirmación, satisfacción, negación…? Dependiendo de cuál sea tu intención, cambiará tu comportamiento y el de tu equipo. Y esto cambiará las consecuencias.
Si quieres saber más sobre liderazgo saludable visita mi blog, mi web o el curso de experto gestión de empresas saludables.