Trabajar un promedio de 8 horas al día es un estándar que ha existido por siglos a nivel mundial. Y mientras que algunos países han logrado reducir las horas de trabajo para asegurar la calidad de sus empleados en otros, aún se cree que la carga extra, aumenta la productividad. Así que si la semana laboral dura alrededor de 40 horas, legalmente, un empleado promedio termina trabajando 47 y hasta 60 horas extra. Es aún peor saber que la mayoría de los empleados no son elegibles para el pago de horas extra.
Las largas horas, el estrés y la inactividad física a la que muchos estamos sometidos, son perjudiciales para nuestro bienestar.
Se suponía que la tecnología nos liberaría de gran parte del trabajo diario, pero ha empeorado las cosas. Ahora, revisamos correos e incluso terminamos trabajos fuera del horario de oficina desde nuestros teléfonos inteligentes.
El exceso de trabajo se ha convertido en la norma en muchas empresas y mientras que trabajar de más se vuelve un motivo de reconocimiento, la relajación, los pasatiempos o la lectura de un libro se consideran como pereza.
Al final del día, nos arrastramos a la cama agotados, le damos una última revisada al celular y volvemos al día siguiente a la oficina para pasar de 8 a 12 horas sentados, esperando al fin de semana o las próximas vacaciones.
En Alemania, los trabajadores tienen derecho a tener 30 días pagados de vacaciones, mientras que en los Estados Unidos, los empleados tienen la suerte de contar con dos semanas de descanso al año. En México apenas se tiene 6 días.
De acuerdo con investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia, los empleados que son sedentarios por más de 13 horas al día tienen el doble de probabilidades de morir prematuramente que los que están inactivos durante 11.5 horas. Los autores concluyeron que estar sentado en una oficina por largos períodos tiene un efecto similar al fumar.
Por otro lado, expertos del University College London hablan sobre una correlación entre el exceso de trabajo y los problemas cardiovasculares, especialmente la taquicardia y la fibrilación auricular, lo que aumenta las posibilidades de un derrame cerebral hasta cinco veces. Además, trabajar bajo condiciones estresantes, provenientes de largas jornadas de trabajo, pueden aumentar el riesgo de desarrollar depresión. Este problema se ha vuelto más frecuente entre los trabajadores, especialmente los jóvenes, algo que para los empleadores, termina siendo algo realmente perjudicial.
Los investigadores dicen que el límite general de trabajo saludable debe establecerse en 39 horas a la semana, y que las mujeres deben trabajar menos que los hombres. Para las mujeres, 34 horas es el límite semanal saludable ideal, pero para los hombres, puede ser de hasta 47 horas porque se considera que pasan menos tiempo en el cuidado o las tareas domésticas.
Las largas horas de trabajo terminan con la salud mental y física de una persona, porque deja menos tiempo para comer bien y cuidarse adecuadamente. Es importante priorizar tu tiempo y pensar en tu felicidad si crees que te estás enviciando con el trabajo.
