Un estudio de Comisiones Obreras (CCOO) sobre las enfermedades derivadas del trabajo cifra en 266,4 millones de euros su coste sanitario, que representa un 0,13% del PIB regional y un 3,6% del gasto sanitario en 2015, y recalca que “gran parte del coste que generan estos procesos debería ser asumido por las Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social”, en aras de la sostenibilidad del sistema público.
El reconocimiento de las enfermedades profesionales en la Comunidad de Madrid “es manifiestamente menor al que presentan otras comunidades autónomas”, asegura el informe presentado este jueves.
Prueba de ello, según CCOO, es que la tasa de incidencia media de enfermedades profesionales entre 1990 y 2015 en la región fue de 37,7 casos por 100.000 ocupados, lo que supone una diferencia de 158,7% en relación con la tasa nacional en el mismo periodo.
Según datos de 2018, Madrid es la cuarta región con menor índice de incidencia en España, solo por delante de Andalucía, Ceuta y Melilla, por lo que “es evidente que el subregistro en esta comunidad es aún mayor que en el resto de España, un 55% menos que la media nacional”.
Esta diferencia se debe “a la inexistencia en la región de un sistema de notificación coordinado entre todas las administraciones, y además no se ha promovido el diagnóstico de sospecha de la enfermedad profesional desde la administración sanitaria”, critica el sindicato.
Un total de 19.523 hospitalizaciones y 33.497 consultas ambulatorias de atención especializada se realizaron en la Comunidad de Madrid en 2015 por causas atribuibles al trabajo, año en que se notificaron 1.587 enfermedades en la región.
Los hombres fueron responsables del 73% de las hospitalizaciones y el 62% de las consultas, con casi tres ingresos de hombres por uno de mujer. El gasto en los hombres supuso el 68% frente al 32% en las mujeres en la atención sanitaria total.
Tras bajar en 2006, la incidencia de estas enfermedades ha crecido, pero únicamente los casos leves, siendo muy bajo o nulo el reconocimiento de las enfermedades profesionales complejas y crónicas, añade el estudio.
Las enfermedades del sistema circulatorio cuestan 79,4 millones de euros; las musculoesqueléticas y del tejido conectivo, 43,5 millones; los cánceres de origen laboral, 38,7 millones; las enfermedades respiratorias 24 millones; las enfermedades infecciosas casi 30 millones; las enfermedades mentales casi 20 millones, y las del sistema nervioso y órganos sensoriales, 8,5 millones de euros.
CCOO pide “incorporar la historia laboral como parte esencial de la historia clínica”, además de “cambios en el sistema de notificación y registro para que deje de depender de las mismas entidades obligadas a la reparación del daño: las Mutuas colaboradoras con la Seguridad Social”.
En otros países europeos, las mutuas transfieren “anualmente una cierta cantidad al Sistema Público de Salud para compensarlo por los gastos indebidos que le producen los casos de enfermedad profesional y accidente de trabajo que se ve obligado a atender por no detectarse su origen laboral”