Muchas de las acciones que una persona realiza diariamente pueden afectar la salud del corazón y aumentar los riesgos de padecer una enfermedad coronaria. Por eso es importante conocer qué hábitos son los que se deben incorporar y cuáles hay que comenzar a dejar atrás para disfrutar de una mejor calidad de vida.
¿Te gusta comer comida basura?, ¿no comes nunca frutas ni verduras?, ¿eres fumador y sedentario? Si es así, cuidado. Tienes hábitos poco saludables que debes modificar con urgencia. La buena noticia es que la mayoría de las enfermedades cardiovasculares se generan por riesgos que pueden ser perfectamente controlados, y para eso es vital conocer qué comportamientos afectan directamente la salud del corazón.
Hábitos que puedes controlar para evitar enfermedades coronarias:
Tabaquismo.
El consumo de cigarrillos eleva la frecuencia cardiaca y aumenta los riesgos de padecer hipertensión, ya que la nicotina produce vasocontricción (estrechamiento de las arterias), lo que no permite que la sangre fluya normalmente.
Sedentarismo.
Las personas que practican alguna actividad física constante, durante 30 minutos, tres veces a la semana, disminuyen considerablemente los riesgos de padecer una enfermedad cardiaca. El deporte previene principalmente el sobrepeso y las enfermedades que derivan de él (diabetes, angina de pecho, infartos, hipertensión, colesterol alto, entre otras), pero además ayuda a mantener controlado el estrés, que también es un factor que puede poner en riesgo la salud del corazón.
Consumo de sal.
El consumo excesivo de sal provoca un aumento en la presión arterial que con el tiempo puede derivar en hipertensión. Esta enfermedad está directamente relacionada con algunas patologías coronarias, ya que un corazón hipertenso debe trabajar más rápido, lo que aumenta su exigencia y eleva los riesgos de infarto al miocardio. Sin embargo, la complicación más común derivada de la hipertensión son los accidentes cerebrovasculares, que se generan cuando las arterias no resisten la presión y rompen un vaso, provocando una hemorragia cerebral que deja graves secuelas motoras.
Alimentación.
La alimentación es clave para mantener un corazón sano, ya que las dietas poco balanceadas y ricas en grasas, sodio, carbohidratos y azúcar provocan un aumento de peso que puede involucrar el padecimiento de otras enfermedades que afectan directamente la salud cardiovascular.
Estrés.
En momentos de mucha presión, tensión y ansiedad, se acelera la frecuencia cardiaca y aumenta la presión arterial, lo que incrementa el trabajo cardiaco y los riesgos de que se produzca un infarto al miocardio. Además, el estrés también desarrolla la secreción de sustancias que aumentan el flujo sanguíneo, acelerando el daño de la pared arterial.
Chequeos médicos.
Es importante someterse a chequeos médicos periódicos que permitan detectar cualquier patología a tiempo y tratarla para evitar riesgos mayores. Controlar la presión arterial y los niveles de colesterol es fundamental para prevenir enfermedades cardiovasculares, sobre todo en aquellas personas mayores de 45 años.
Fuente ACHS