Autores: Jerónimo Maqueda Blascoa y José María Roel Valdésb DOI:10.12961/aprl.2019.22.04.01
A pesar de que la contribución de la enfermedad profesional o relacionada con el trabajo a la carga de morbilidad de las poblaciones trabajadoras se estima muy superior a la contribución del accidente de trabajo1, llama la atención el escaso desarrollo de una práctica de investigación orientada a la identificación de los hechos causales.
La ocurrencia del accidente de trabajo como un hecho brusco, disruptivo de la normalidad en los procesos de trabajo y siempre dramático en sus consecuencias, genera una reacción inmediata de necesidad de intervención tanto desde las estructuras preventivas de las empresas como desde las Autoridades Laborales, esto deriva en la puesta en marcha de procedimientos de investigación de campo.
La enfermedad profesional o relacionada con el trabajo tiene un comportamiento epidemiológico claramente diferente y, además, de amplia diversidad. La enfermedad es un suceso preventivamente “incómodo” y fácilmente deslizable hacía ámbitos explicativos fuera de los entornos de trabajo. Lo que conduce a que, finalmente, no se aborde su investigación.
Existen factores concurrentes que favorecen este escenario, como pueden ser, entre otros, la debilidad de nuestro sistema preventivo en las especialidades de Medicina y Enfermería del Trabajo, situación puesta de manifiesto en el informe de la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, el escaso desarrollo de la vigilancia de la salud colectiva, la ausencia de procedimientos armonizados de investigación, etc.
La preocupación social por cómo se está afrontando el tema de las enfermedades relacionadas con el trabajo y particularmente las enfermedades profesionales, ha quedado reflejada en la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo (EESST) 2015-20203, cuyo objetivo 3.B expresa la necesidad de fortalecer las acciones dirigidas a una mejor identificación de las causas, efectos y medidas de prevención de la enfermedad profesional. Este objetivo no deja de ser una llamada para llegar, a partir de la investigación del caso, a un conocimiento colectivo que permita dirigir de forma selectiva las medidas de prevención y por lo tanto mejorar su propia efectividad.