En la casa de papá Noel todo era muy diferente. Existían los accidentes, los incidentes, los fracasos y los suspensos ¡por supuesto! Pero eran recibidos con mayor júbilo y alegría… una actitud nada habitual para cualquier occidental medio acostumbrado a una valoración social y cuantitativa de su rendimiento en términos estandarizados bajo la forma protocolaria del boletín de calificaciones: bien, notable, aprobado, sobresaliente… Y donde un suspenso significaba literalmente dejar de ser amado, no sólo por los padres, por los abuelos, sino por Dios mismo… ¡cómo suspendas te quedas sin vacaciones, los reyes no te traerán nada, ni papá Noel vendrá, y no saldrás a la calle a jugar, y te quitaré del futbol, y no jugarás a la play, ni a la Nintendo, y tampoco esto ni lo otro…y por tu culpa nos quedamos todos sin vacaciones….!
¡Joder la que ha que ha liado el pollito…!
Pues igual que ocurre con los suspensos, ocurre de mayores con los incidentes, los accidentes, las deficiencias, los errores y los fracasos, en casa, en la empresa,…¡a tomar por saco la mejora continua!….porque haber quien le dice al jefe que por su culpa se falló en tal operación o no se cumplieron los objetivos de año…
En casa de Papá Noel, claro que lamentaban la pérdida, a nadie le gusta que un compañero muera, quede mutilado o enferme, o que la carga se caída del trineo, o que su hijo no sepa de logaritmos… pero allí. cada vez que acontecía un incidente, un error, un suspenso en general lo celebraban, incluso si les hacía gracia se reían, porque hay hechos que son graciosos para rato (la risa no significa dejar de ser responsable).
Y con ese júbilo daban la bienvenida al acontecimiento, pues el tiempo del cambio se aproximaba. Y cuando pasaban cosas graves salían todos a recolectar causas y a vendimiar medidas. No había tarea más importante en aquel momento para aquella sociedad de renos, elfos y noeles que escudriñar la realidad tras la búsqueda de la nueva buena. Las verdades no son fijas y hay que estar alerta al cambio.
Y si alguien tenía la fortuna de encontrarla, era licor oro del que todos se alimentaban con la mayor de las alegrías pues el nacimiento de algo nuevo que acaba de llegar siempre abre nuevas posibilidades.
Todos sabían que gracias a los accidentes podíamos hacernos mejores, nadie es perfecto, siempre hay errores y trabajando podemos hacernos mejores cada día. Y eso siempre merece la pena. Y si después de un accidente no llegamos a ser mejores es simplemente que no supimos leerlo. Nada más. Cuestión de volver a aprender. Así es la historia.
Yo creo que en navidad los habitantes de la ponía salen a vernos. Para que recordemos su mensaje, los niños lo saben….Feliz Navierrar.
“Entonces tuvo conciencia de que los tiempos modernos objeto tan a menudo de sus maldiciones y de sus condenas, no existían; la propia consumación de los tiempos era sólo una quimera; con cada nueva conciencia comenzaban las mismas posibilidades de siempre, y los ojos de los niños en medio del gentío ¡Fíjate en ellos! Transmitían el espíritu eterno. ¡Pobre de ti si no percibes esa mirada! Peter Handke en Historia de Niños
“Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacer? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?
Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí.
Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.
Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño. Friedrich Nietzsche. ASI HABLO ZARATUSTRA
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