Competencias del liderazgo en la gestión de la SST
El desarrollo del liderazgo constituye una de las principales preocupaciones de las organizaciones en vista de su eficaz contribución al éxito empresarial en un mundo de continuos cambios. Si el liderazgo tiene que ver con influir sobre los otros: ¿cómo se consigue desarrollar esta influencia sobre los demás?, ¿cómo se consigue que las personas hagan la voluntad del líder?, ¿cómo se consiguen sus ideas, su compromiso, su excelencia?
Dirigir y liderar con efectividad grupos de personas requiere de diferentes competencias. Las competencias de liderazgo se pueden clasificar en técnicas y en emocionales, estas últimas con un mayor peso con respecto a las primeras. A su vez las competencias emocionales se pueden distinguir en dos categorías: intrapersonales (surgidas desde el interior de cada persona – autoconfianza y auto control) e interpersonales (derivadas de las relaciones con los demás – conciencia social y relaciones sociales). Hay que destacar que tanto las competencias intrapersonales como interpersonales, pueden ser adquiridas mediante su exigencia y práctica, más que a través de la formación.
Los trabajadores demandan principalmente atención a sus condiciones de trabajo y que su labor sea enriquecedora para ellos. Por tanto, preocuparse por las personas y sus condiciones de trabajo, y tratar de resolver las posibles dificultades que pudieran presentárseles dentro y fuera del trabajo, en momentos circunstanciales, son algunos de los aportes de la prevención de los riesgos laborales a la salud de los trabajadores y a la excelencia de la gestión empresarial.
Asumir el liderazgo en la prevención de riesgos laborales y en la mejora de las condiciones de trabajo, exige poner en practica algunos requisitos esenciales y cuestiones de principios que permitan dar respuesta eficaz y sincera a las exigencias productivas, sin dejar de estar atentos a la defensa de los derechos y necesidades reales de los trabajadores.
A partir de diferentes modelos o enfoques de liderazgo, se puede elaborar una lista (no exhaustiva) de competencias para un liderazgo efectivo en la gestión de la SST:
- Autoconfianza – seguridad en la valoración que hacemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades.
- Paciencia o autocontrol – mostrar dominio de uno mismo.
- Afabilidad – prestar atención, apreciar y animar.
- Empatía – ponerse en el lugar de los demás sintiendo sus emociones, comprender su punto de vista e interesarse activamente por las cosas que les preocupan.
- Respeto – tratar a los demás como personas importantes.
- Generosidad o espíritu de servicio – satisfacer las necesidades de los demás.
- Honradez o integridad – estar libre de engaños, ser digno de confianza.
- Honestidad – se refiere al comportamiento ético.
- Humildad – ser auténtico y sin pretensiones ni arrogancia.
- Ejemplaridad – dar buen ejemplo.
- Compromiso – atenerse a las propias decisiones.
Estilos de liderazgo aplicables en la gestión de la SST
Como se señaló en la primera parte de este artículo, el liderazgo es un concepto muy complejo que está siendo cuestionado de muchas formas, ya sea en términos de teorías, métodos de investigación o aplicaciones. Por ello, no es de asombrarnos que la cantidad de enfoques y teorías haya ido en aumento.
El liderazgo puede expresarse de distintas maneras y en niveles diferentes. El cada vez mayor número de trabajos de investigación indica que el estilo de liderazgo tiene la posibilidad de influir e impactar en la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores. Así, el liderazgo activo es uno de los factores claves en la gestión de la SST.
Hay que destacar que distintos modelos de gestión empresarial se basan en el principio de participación y en los requisitos de un sistema de calidad basado en el mejoramiento continuo. Es bien sabido que todos los sistemas normalizados de gestión integran de manera intrínseca el concepto de “mejora continua”, ya que es la única manera de que el sistema no se estanque y contribuya en entornos complejos y competitivos a mejorar la realidad con la participación de las personas. Asimismo, la gestión de la SST también exige la participación activa de los trabajadores y la aplicación de un conjunto de procedimientos o procesos que conlleven a la mejora continua.
Otra característica importante de la gestión de la SST es la de la seguridad integrada, la cual implica que todas las actividades de prevención de riesgos implementadas por el empleador deben integrarse en el conjunto de actividades y en todos los niveles jerárquicos de la organización. En otras palabras, todos los trabajadores de la organización asumen la obligación de incluir la prevención de riesgos en cualquier actividad que realicen u ordenen y en todas las decisiones que adopten.
Se debe enfatizar que la gestión de la SST requiere que todos los miembros de la organización actúen en una determinada dirección y que el ejercicio del liderazgo esté asociado al cambio. En este sentido, el liderazgo en la gestión de la SST puede ser entendido más como un valor colectivo de la cultura organizacional (y en particular de la cultura de seguridad) y menos como una cualidad personal.
De acuerdo a lo antes expuesto, la gestión de la SST debe desarrollarse teniendo en cuenta factores claves: el compromiso de la alta dirección, la consulta y participación de los trabajadores, el apoyo a las personas, la comunicación eficaz y la mejora continua. Para ello se requiere un liderazgo que se enfoque tanto en los resultados del trabajo como en las relaciones humanas en el trabajo. Así, se puede señalar que el liderazgo en la gestión de la SST debe basarse en una combinación de estilos, teorías o modelos descritos por distintos autores.
Uno de los acercamientos al liderazgo que puede ser aplicado a la gestión de la SST es la teoría de la trayectoria a la meta (o de trayecto-objetivos), desarrollada por Robert House. La esencia de esta teoría es que el rol del líder consiste en ayudar a los trabajadores a cumplir con sus objetivos y darles la dirección y el apoyo que necesitan para asegurarse que sus metas sean compatibles con las metas de la organización. En este enfoque se identifican cuatro estilos de liderazgo, y el líder podrá decidir qué estilo usar con cada trabajador o en cada situación que deba afrontar:
- Liderazgo directivo: El líder le muestra a los seguidores lo que se espera de ellos, da lineamientos claros y concretos sobre cómo cumplir las tareas y programa el trabajo. Ejemplo: Asigna y comunica a los trabajadores sus responsabilidades y deberes dentro de la gestión de SST.
- Liderazgo de apoyo: El líder muestra preocupación por el bienestar y las necesidades de los empleados, al tiempo que intenta crear un ambiente de trabajo placentero. Ejemplo: Este tipo de liderazgo es el indicado para tratar de minimizar el grado de insatisfacción de los trabajadores que laboran en tareas repetitivas, monótonas, o que se consideran desagradables, estresantes o frustrantes.
- Liderazgo orientado a logros: El líder establece metas rigurosas y espera que los seguidores cumplan al más alto nivel. Ejemplo: Meta “cero accidentes”.
- Liderazgo participativo: Es el que se emplea cuando el líder consulta a los trabajadores, pide sugerencias y las toma en cuenta antes de tomar decisiones. Ejemplo: Consulta a los trabajadores a la hora de adquirir equipos de protección personal.
Otro modelo de liderazgo que puede ser aplicado en la gestión de SST, es el denominado liderazgo transformacional o transformador (que agrupa a su vez diversas teorías), el cual es uno de los más actuales y que está generando una mayor cantidad de investigación, erigiéndose como uno de los más relevantes en el ámbito internacional.
El liderazgo transformacional motiva a los seguidores para hacer mucho más de lo que estos perseguían inicialmente, e incluso para llegar mucho más lejos de lo que podían pensar, creando un contexto de trabajo dominado por expectativas desafiantes que habitualmente permiten alcanzar un elevado rendimiento.
Los líderes transformacionales crean y comunican una visión de cómo debería ser la nueva situación, la cual está estrechamente vinculada con los propósitos tanto del líder como de los seguidores. Además, estos líderes estimulan a los trabajadores para que sean creativos e innovadores en las propuestas de solución de problemas, de manera que estas resulten congruentes con los valores de los seguidores y con la visión que les transmiten, motivándolos para que desempeñen un papel activo que propicie la mejora continua. Los líderes transformacionales crean un entorno de aprendizaje y de desarrollo del potencial de los seguidores, de modo que estén preparados para los retos del futuro, y fomentan el espíritu de equipo.
El liderazgo transformacional en la gestión de la SST trasciende el estricto cumplimiento de las normas legales, para generar motivación trascendente, estimulando a los trabajadores e inspirándolos para cambiar la realidad, al buscar nuevas oportunidades. Ofrece un modelo de comportamientos seguros y saludables para los trabajadores. Presta atención personal, respeta a los empleados y les otorga responsabilidades.
En definitiva, el estilo de liderazgo que se asuma en la gestión de SST se debe concentrar en algunos aspectos básicos y fundamentales: las personas, la participación, las competencias, el desempeño, los resultados, la mejora continua, el aprendizaje y el manejo del cambio. De acuerdo con esto, y considerando la premisa que “el liderazgo fue hecho para el cambio”, podemos tener un enfoque más estrecho acerca de un estilo de liderazgo aplicable a la gestión de SST dando preferencia al liderazgo participativo.
El liderazgo participativo sirve para animar a los trabajadores en el intercambio de ideas, la comunicación, el planteamiento de sugerencias y el interés en el cambio. El liderazgo participativo estimula el compromiso, no el simple acatamiento del cambio. El compromiso lleva implícita la motivación para apoyar el cambio y trabajar con el fin de lograr que el cambio sea efectivo. Desde luego, es necesario que los trabajadores participen en el cambio antes de que este ocurra, no después de que tiene lugar. Cuando lo hacen desde el principio, ellos se sienten protegidos contra las sorpresas y sienten que sus ideas son bienvenidas. Por otra parte, si la participación es después de ocurrido el cambio, es posible que los trabajadores sientan que su participación no es más que una técnica de convencimiento y manipulación por parte de los directivos.
Consideraciones finales
Con la idea clara de que el liderazgo es un factor clave en la gestión de SST, podemos señalar algunas consideraciones finales sobre el liderazgo, con una visión ampliada en el contexto del concepto de bienestar laboral del cual la SST forma parte.
El liderazgo es una relación humana dinámica y equitativa que exige que el líder y los seguidores se tengan respeto y confianza mutuamente. Es necesario que haya retroalimentación entre ambas partes (líder y seguidores) para facilitar la comprensión mutua de los valores y el intercambio de experiencias.
Así, el líder debe conocer las necesidades, aspiraciones, limitaciones y desafíos de sus seguidores para ayudarles a identificar sus problemas y las posibles alternativas de solución. Más que esto, el liderazgo se basa en el compromiso de ayudar y apoyar a las personas para que logren metas que no han alcanzado antes. Si el líder debe conocer bien a sus seguidores, estos también deben conocer bien a la persona que los dirige.
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Sobre el autor: Anselmo J. Millán M.
Cumaná, estado Sucre – Venezuela.
www.linkedin.com/in/anselmo-millan-288284a3
Ingeniero Industrial (UDO, 1993). Licenciado en Contaduría Pública (UNA, 2016). Magister Scientiarum en Gerencia de Mantenimiento (Convenio UDO-UNEFA, 2002). Profesor Universitario de pre y postgrado. Desempeño profesional en las áreas de Seguridad y Salud en el Trabajo, Ingeniería de Producción, Ingeniería de Mantenimiento y Servidor Público del Ministerio del Pod
er Popular para el Proceso Social de Trabajo en el Sistema Integrado de Inspección Laboral y Seguridad Social en la Unidad de Supervisión del estado Sucre – Venezuela.
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