En la “nueva normalidad” será inevitable el retorno a los centros de trabajo, así que sobrellevemos la experiencia de la mejor manera posible. En este decálogo resumimos las principales líneas de actuación para un retorno seguro y saludable. Te invitamos a utilizarlo en tus formaciones, junto con el serious game “Un retorno saludable” que encontrarás al final de este artículo, con el que podrás poner a prueba los conocimientos adquiridos.
- Consensuar: Crear un equipo de trabajo multidisciplinar y representativo de todos los implicados para organizar la vuelta al trabajo, publicitando las actas de las reuniones del equipo en las que se establezcan propuestas de solución, plazo y responsables de ejecución y estableciendo una política de transparencia informativa y puertas abiertas. Tener capacidad de decisión sobre las medidas a tomar facilita su implementación.
- Flexibilizar. Optar por el teletrabajo, siempre que sea posible. La incorporación al puesto de trabajo de manera física se realizará de manera escalonada, flexibilizando el horario de entrada y salida, reorganizando turnos, alternando jornadas y ajustando las tareas para minimizar el contacto entre trabajadores y entre trabajadores y clientes.
- Reorganizar: Reorganizar procesos y espacio de trabajo para reducir el contacto entre las personas, dejar abiertas las puertas interiores, ventilar a diario, instalar mamparas, establecer un aforo máximo, habilitar espacios adicionales y señalizar el flujo de circulación. Evitar las reuniones presenciales. Informar sobre todas las modificaciones efectuadas y señalizar para ayudar a recordarlas.
- Limpiar. Limpiar y desinfectar regularmente, sobre todo aquellas zonas que puedan ser compartidas. Establecer pausas para la higiene del puesto de trabajo. No compartir herramientas ni material de oficina. Desinfectar el material que proceda del exterior. Usar productos para la limpieza cuya eficacia esté verificada y almacenarlos adecuadamente.
- Extremar la higiene personal. Facilitar la higiene frecuente de manos mediante dispensadores de gel hidroalcohólico colocados estratégicamente. Evitar el contacto físico al saludarse. Toser sobre la cara interna del codo o sobre un pañuelo y desecharlo de manera inmediata. Evitar tocar la cara, especialmente ojos, nariz y boca. No usar joyas en manos y muñecas. No compartir comida ni bebida.
- Usar EPIS. Facilitar equipos de protección personal, como máscaras, gafas o guantes, informando sobre su uso adecuado. Habilitar recipientes de basura con tapa y sistema de apertura con el pie para desechar este material una vez usado. Un equipo que no está marcado como reutilizable debe ser desechado tras su uso. Los EPIs no deben compartirse y siguen siendo de uso obligatorio los que ya lo eran antes de la pandemia.
- Reconsiderar los riesgos. Considerar los factores de riesgo psicosocial y otros posibles riesgos. Planificar de manera coherente el retorno al trabajo, formar al personal sobre las medidas a adoptar y sobre la eficacia de las mismas. Actualizar la información de manera permanente y asegurarse de que llega a todo el personal. Informar sobre la marcha de la actividad de la empresa para eliminar la incertidumbre sobre la permanencia en el puesto de trabajo. Facilitar la conciliación y garantizar el derecho a la desconexión.
- Priorizar la salud. Vigilar la salud física y anímica del personal, considerando las características personales y las circunstancias individuales de todos los trabajadores, facilitar la comunicación, interesarse por el estado de trabajadores y compañeros y establecer un cuestionario de auto chequeo para que, ante el menor síntoma, el trabajador afectado no acuda al centro de trabajo.
- Revisar los planes de emergencia. Si se han producido modificaciones en el espacio de trabajo es necesario replantear el plan de emergencia y evacuación y efectuar un simulacro.
- Medir para mejorar. Monitorizar y actualizar las medidas de prevención y control, realizando un seguimiento permanente de cara a verificar su eficacia y, en caso contrario, efectuar las modificaciones pertinentes para garantizar el control del riesgo. Documentar todas las medidas implementadas y establecer indicadores para poder efectuar el seguimiento de su efectividad.