
En su parte expositiva, el RD 171/2004 incide en la necesidad de buscar un adecuado equilibrio entre la seguridad y salud de los trabajadores y la flexibilidad en la aplicación de la norma con objeto de obtener una reducción de los indeseados índices de siniestralidad laboral. Ante este fin último, el RD 171/2004 dedica su artículo tercero a la definición de los objetivos que debe perseguir la CAE. Conforme a estos objetivos, la CAE debe garantizar la aplicación coherente de los principios de la acción preventiva, la aplicación correcta de los métodos de trabajo, el control de las interacciones de las diferentes actividades y la adecuación entre los riesgos y las medidas aplicadas.
Para cumplir estos objetivos se hace preciso orientar la CAE como un proceso conformado por una serie de etapas que deben asegurar una correcta integración de los requisitos preventivos en la realización de las actividades y en los distintos niveles jerárquicos implicados. Por ello, la CAE debe entenderse como un proceso integrado dentro de la gestión general de la empresa. El elemento fundamental de este proceso es el “procedimiento de trabajo”, definido por la “Guía técnica de integración” como la forma especificada de realización de una actividad. Incluirá, por tanto, la respuesta a las siguientes preguntas: qué debe realizarse; cuándo; quién hará qué; y, por último, cómo.
De acuerdo con lo anterior, cualquier medida adoptada para gestionar la CAE deberá ser tomada en el marco del objetivo final perseguido. Estas medidas serán únicamente un medio, y no un fin, para lograr dicho objetivo. Por ello, cualquier medida que no contribuya a su logro será considerada, desde un punto de vista preventivo, ineficiente. Así, es esencial conseguir un adecuado equilibrio entre las necesidades surgidas con motivo de la concurrencia y los recursos empleados para satisfacerlas. Por consiguiente, una gestión eficaz de la CAE puede resultar determinante en la reducción de costes asociados a la contratación de servicios. Este es un motivo más para tratar de definir medios de coordinación integrados en la línea productiva que sean ágiles y, sobre todo, orientados a salvaguardar unas condiciones de seguridad y salud óptimas para los trabajadores de las empresas concurrentes.