Se resumen a continuación, algunas consideraciones a tener en cuenta con respecto a los envases empleados en el trasvase de productos químicos inflamables o combustibles.
- Deben desecharse los envases frágiles, salvo excepciones condicionadas por la corrosividad o reactividad del producto contenido con el material del envase o cuando la pureza del con- tenido pueda verse afectada. Muchos productos de uso en el laboratorio se encuentran en este caso.
- Los recipientes metálicos (acero, acero inoxidable, aluminio, etc.) y los de plástico, que estén certificados como resistentes al producto a contener, son los más seguros. También son recomendables los recipientes metálicos revestidos interiormente, para resistir la corrosión de las sustancias.
- Como norma general, en los lugares de trabajo es recomen- dable que los productos inflamables, para su manejo, estén contenidos en recipientes de seguridad certificados. Las características de los mismos son: resistencia mecánica adecua- da, estanqueidad en cualquier posición (aun en posición in- vertida), existencia de un dispositivo de seguridad para el alivio de la sobrepresión y/o del vacío en su caso, dispositivo parallamas, etc. También pueden disponer de una manguera flexible para efectuar el trasvase con mayor fiabilidad y mínimo goteo. Así mismo, algunos están dotados de una válvula de cierre automático situada en el interior del recipiente.
- Si el vidrio resultara ser el material más apropiado, pueden emplearse envases protegidos con revestimiento exterior adecuado que, en caso de caídas o golpes, eviten su rotura y el derrame del líquido contenido, permitiendo su transporte a un lugar no peligroso. En todo caso los recipientes de vidrio deben limitarse para pequeñas cantidades.
- A los bidones de capacidad hasta 250 litros, que no suelen disponer en origen de elementos de seguridad incorporados, se les pueden incorporar dispositivos de seguridad si fueran del todo necesarios.