Una buena iluminación es la que se adecua a las características de la actividad que se realiza, teniendo en cuenta los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores y las tareas visuales que se desarrollan, de manera que permita evitar los accidentes y ver la tarea sin dificultad ni esfuerzos visuales extraordinarios
Un buen sistema de iluminación debería proporcionar ambientes visuales confortables, en los que, además de las lámparas y del color de la luz, juegan un papel importante los elementos de decoración y los colores seleccionados para las distintas superficies del local. Al iluminar un espacio, es importante tratar la iluminación que incide sobre el plano de trabajo no exclusivamente desde el punto de vista cuantitativo o cantidad de luz necesaria para realizar el trabajo, sino también desde el punto de vista cualitativo; la luz debe contener componentes de radiación tanto difusa como directa, cuya resultante produzca sombras suaves, lo que hace aparecer la forma y posición de los objetos y facilita la creación de contrastes que revelan la textura de los mismos. Por otra parte, se deben evitar las reflexiones molestas que dificultan la percepción de los detalles. Se deben eliminar los deslumbramientos y las sombras excesivas colocando las lámparas en luminarias que las oculten a la visión directa y distribuyan una cierta cantidad de luz sobre el techo y la parte superior de las paredes serán de colores claros, lo cual contribuye a difundir convenientemente la luz. Así mismo, se debe prever la necesidad del mantenimiento de la instalación luminosa. Si el mantenimiento de una instalación de iluminación no es el apropiado, la depreciación ocasionada por el envejecimiento de las lámparas y la acumulación de polvo sobre las luminarias pueden ocasionar una constante pérdida de luz. Por lo tanto, se deberá tener en cuenta que:
- El equipo de iluminación seleccionado sea de fácil mantenimiento; así mismo, se deberán prever mecanismos apropiados para el cambio de las lámparas fuera de uso. Cuando las luminarias estén colocadas muy altas habrá que pensar en el empleo de dispositivos tales como torres móviles, plataformas elevadoras, pasarelas de trabajo o contemplar la posibilidad de que la luminaria descienda hasta el nivel del suelo.
- Las luminarias deberán limpiarse con regularidad, con una frecuencia suficiente como para evitar reducciones del nivel de iluminación superiores al 20% – 30% durante el intervalo entre dos limpiezas. El cambio de las lámparas también se llevará a cabo de forma sistemática ya que no siempre es oportuno esperar a que estén fuera de uso. Una lámpara de incandescencia deja de funcionar sin que se haya producido un notable descenso en su eficacia, pero esto no se cumple cuando se trata de lámparas fluorescentes ya que éstas pueden continuar iluminando mucho tiempo después de que su eficacia haya decaído notablemente. De modo general, tras 100 horas de uso la eficacia de una lámpara fluorescente cae por debajo del 75%.