Autor: Alberto Resino Alfonso
Podemos aprovechar ciertas obligaciones legales en materia de prevención de riesgos laborales (PRL) (integración, formación) como punto de palanca para lograr un avance, de forma que con una inversión mínima: se puede mejorar la eficacia de otros elementos e inversiones que ya realiza la organización y además se puede mejorar también su desempeño.
Debemos incluir I+D+i en la gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) investigando nuevas aplicaciones para desarrollar mejores prácticas que en el medio plazo se convertirán en motores de competitividad. Esto es válido para grandes organizaciones y pymes, y está relacionado con el comportamiento de las personas.
El éxito está relacionado con la capacidad de aprendizaje de las organizaciones. Y para poder aprender hay que conocer las oportunidades de mejora. Y para que afloren los errores se necesita un clima en el que la persona sienta que no se la recriminará por sacar a la luz los errores y pueda hablar de ellos con tranquilidad.
En su ausencia de este clima los sistemas de gestión (guiados por el ciclo PDCA de mejora continua) son papel mojado y en la organización se respira temor genera daños psicosociales, pérdida de rendimiento y finalmente daños a la competitividad, en un ciclo vicioso que se realimenta. Por eso necesitamos que las personas confíen en que no serán represaliadas y ese clima generará actitudes responsables y honestas. Y este clima se genera a través de las comunicaciones entre las personas.
Por eso desarrollar habilidades de comunicación positivas supone una mejora competitiva que además reduce los daños a la salud. Por eso podemos utilizar la formación psicosocial en PRL para adquirir en habilidades positivas de comunicación que repercutirán en la competitividad.
Esta formación se relaciona también con el liderazgo y se puede realizar a todos los niveles.
La cuestión no está en qué cosas se dicen, la cuestión es cómo se dicen las cosas. Utilizar las palabras para guiar la atención hacia el pasado o hacia el futuro, hacia el detalle o hacia la visión general, hacia la reflexión o hacia la acción, hacia la evitación o hacia el logro…. saber identificar los patrones de comportamiento de las personas a través del lenguaje y utilizar el lenguaje para motivarlas….
Saber utilizar las palabras es clave. Todo esto es parte de la Programación Neurolingüística y podemos aplicarla a la PRL para mejorar los procesos de comunicación, aflorar las oportunidades de mejora, favorecer comportamientos preventivos… Podemos usar la formación como herramienta de integración de la PRL en la gestión de la organización desde una perspectiva psicosocial.
Es fácil si sabes cómo.