LIDERAZGO EN SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
Si la consideración de los factores humanos y organizacionales pretende, en última instancia, favorecer el desarrollo de comportamientos individuales y colectivos más seguros en todos los niveles de la empresa, esta evolución no puede darse sin un fuerte compromiso de la dirección de la misma en este sentido.
Efectivamente, la función tradicional de un director es la de gestionar, es decir, realizar su tarea de la mejor manera posible, planificar las actividades o dirigir. Conviene, no obstante, añadir a estas funciones una voluntad de influir, de guiar u orientar a sus colaboradores. Es esta última aptitud la que convierte al director en líder. Es fundamental para progresar en materia de seguridad, puesto que también dentro de este campo la movilización colectiva pasa obligatoriamente por la existencia de cierto liderazgo por parte de la dirección, entendido este como la capacidad del director de influir en los comportamientos para que se vuelvan más seguros (figura 1).
Pero el liderazgo no incumbe exclusivamente a la dirección de la empresa. Los líderes como, por ejemplo, los delegados sindicales o determinados expertos o veteranos, ejercen también una influencia en los comportamientos del personal. Esta influencia es distinta y complementaria de la ejercida por la jerarquía, pero no por ello es menos determinante para las condiciones de seguridad. Naturalmente, nos hemos interesado por el liderazgo de los delegados de personal en los Comités de Seguridad y Salud en el Trabajo, que desempeñan un papel institucional en el ámbito de la seguridad
El liderazgo de la dirección (figura 1) puede ejercerse a través de distintos canales, ya sean relativos a las propias actitudes y comportamientos de la dirección (1), a la acción directa del director sobre los comportamientos individuales o colectivos de los colaboradores (2) o a su acción indirecta a través de los factores que favorecen comportamientos más seguros, como las situaciones de trabajo (3) o la organización (4). En lo que a los miembros del Comité de Seguridad y Salud se refiere, el liderazgo se ejercerá principalmente por la vía 1, e incluso por las vías 3 y 4, con los medios previstos por la ley.
El comportamiento de la dirección es lo que más influye en el comportamiento de los agentes sobre el terreno.
Por una parte, cada uno gestiona sus prioridades en función de su contexto de trabajo y de los mensajes que recibe. Por lo general, uno presta atención a lo que le preocupa a su jefe, aunque este no le exija rendir cuentas explícitamente; en otras palabras: si el jefe no muestra interés por un campo, hay pocas posibilidades de que sus colaboradores tengan interés en él.
Por otra parte, el hecho de que la seguridad de las personas afecte naturalmente a cada individuo, a su integridad, a su salud, no supone que su movilización sea forzosamente espontánea. Para ello cada uno debe tener claro qué está en juego y estar convencido de los objetivos. Además, el movimiento debe estar coordinado.
En resumen: los propios comportamientos con respecto a la seguridad de la dirección son mensajes que pesan mucho más que los distintos eslóganes que se cuelgan en la empresa. Demuestran el valor que realmente se atribuye a la seguridad dentro de la empresa y determinan en gran medida el grado de motivación del personal para actuar en este ámbito.
El director es el actor de la empresa que tiene el margen de maniobra para actuar sobre los factores que facilitan el desarrollo de comportamientos de seguridad.
Un líder en seguridad procura actuar directamente sobre los comportamientos de los empleados estando presente sobre el terreno y desarrollando sistemáticamente un contacto de seguridad centrado en el reconocimiento de las buenas prácticas, el diálogo y la investigación de las causas profundas de los comportamientos de riesgo. Pero puede igual
mente influir indirectamente en estos comportamientos actuando sobre factores humanos y organizacionales que también son determinantes en la obtención de una buena cultura de seguridad, a saber, situaciones de trabajo adaptadas y una organización eficiente.
La dirección tiene un papel crucial en la coordinación de la seguridad con los demás ámbitos de la empresa.
En un contexto de competencia exacerbada, los resultados de producción, así como los aspectos de calidad, costes y plazos, constituyen una preocupación esencial. Los progresos en materia de seguridad pasan pues obligatoriamente por una implicación visible, concreta y permanente de la dirección. A esta corresponde tomar decisiones que tengan en cuenta el conjunto de los objetivos dentro del marco de las políticas y la ética de la empresa. Esta integración o síntesis de intereses y objetivos, con una necesaria jerarquización, forma parte de las competencias de la dirección. Es indispensable para guiar a todos los actores y coordinar actividades que en ocasiones entran en conflicto. Los responsables de seguridad, sin obviar la importancia de su liderazgo, no pueden cumplir esta función solos.
Fuente: ICSI